renovación del patrimonio ideal en el pensamiento latinoamericano como resultado de la operación de los conceptos gramscianos en el trabajo de la intelec-tualidad de izquierda. Sin embargo, lamenta que esa renovación no haya alcanzado a la izquierda política.
Gramsci, los movimientos de izquierda y la cons-trucción de derechos en América Latina
•La experiencia sandinista
Por la misma época en que Aricó escribía aquella queja desilusionada, en varias organizaciones polí-ticas latinoamericanas surgían sintomáticas innova-ciones conceptuales, varias de ellas vinculadas a los efectos de la operación de los conceptos gramscia-nos. La revolución sandinista y algunas elaboracio-nes teóricas referidas al cambio social que promo-vió, trajeron importantes innovaciones que fueron recibidas con mayor o menor simpatía, pero que se expandieron por América Latina y no pasaron sin dejar huellas en la izquierda política.
Los efectos teóricos de la revolución sandinista modi-ficaron algunos dogmas en áreas del pensamiento de izquierda. Gracias a este proceso, la relación entre mar-xismo y cristianismo pasa de ser relación de opuestos filosóficos a ser pensada en forma de complementa-rios políticos. Además, en la cuestión del sujeto social de la revolución en América Latina, se sustituye el concepto cerrado de clase hacia una idea reciclada de pueblo. En la cuestión del sujeto político de la revolu-ción, se pasa de la idea de partido-vanguardia hacia la idea de vanguardia unificada o frente de partidos. Igualmente, se introduce el pluralismo a la cuestión de la democracia política. (Burgos, 1997, pág. 7)
•Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional
Al mismo tiempo que la experiencia sandinista,
otros dos fenómenos se destacaron en el escenario político de América Latina a fines de los años 70 y principio de los 80 del pasado siglo: el comienzo de la guerra civil en El Salvador, que marcaba también el nacimiento del Frente Farabundo Martí para la
Liberación Nacional (FMLN) como fuerza insurgen-te, y el surgimiento del Partido de los Trabajadores (PT), en Brasil. Estos dos partidos desarrollaron sus proyectos políticos en condiciones totalmente disí-miles, uno envuelto en una guerra revolucionaria, el otro a través de formas no armadas de intervención en la vida política y social del país.
Para la exposición del caso del FMLN, es necesario tener en cuenta que a raíz del inicio del diálogo en Ginebra en abril de 1990 , se desarrollaron propues-tas, discusiones y crisis internas. Estas desemboca-ron, primero, en las formulaciones colectivas conte-nidas en la Plataforma de la Revolución Democrática de septiembre de 1990 y luego, en un nuevo período de reformulaciones para la elaboración de un pro-yecto transformador. Es en este contexto es que la problemática de la hegemonía irrumpe en el FMLN. El concepto más generalizado en todas las fuerzas es el concepto de sociedad civil, bajo la forma de supre-macía de la sociedad civil o hegemonía de la socie-dad civil. Esto es visible no sólo en la lectura de los documentos de las distintas fuerzas que componían el Frente en la época, sino por el hecho de que, en los documentos colectivos más importantes del FMLN, es un concepto central. Igualmente, en los documen-tos de fundación del nuevo partido FMLN, se subraya varias veces este punto. Por ejemplo, en el prefacio a los “Principios ” del partido, se dice: “A lo largo de doce años el FMLN se vio en la necesidad de llevar adelante una guerra popular para reivindicar el pa-pel de la sociedad civil, superar el militarismo y abrir una nueva época para la Nación salvadoreña ” (FMLN, 1993, pág. 16). En el punto número cinco señala:
El FMLN se orienta al fortalecimiento de la so-ciedad civil como base de la democracia, a ga-rantizar la supeditación del poder del Estado a
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El 4 de abril de 1990, se celebró una reunión de diálogo en Ginebra, Suiza donde se firmó un acuerdo que fijó el conjunto de normas a seguir en el proceso de nego-ciación y se estableció la voluntad de ambas partes, Gobierno y FMLN, de alcanzar una solución al conflic-to bélico.