Cuba y sus relaciones diplomáticas con los países del Campo socialista europeo 1960 a 1992. Entrevista con la Embajadora Isabel Allende Karam

Cuba and its diplomatic relations with the countries of the European Socialist Bloc from 1960 to 1992. Interview with Ambassador Isabel Allende Karam

M. Sc. Lohania Josefina Aruca Alonso

Licenciada en Historia, Especialista en Urbanismo y Máster en Estudios de América Latina, el Caribe y Cuba. Historiadora, profesora, investigadora, escritora y periodista en prensa impresa y digital. Graduada de Diplomacia en la primera Escuela del Servicio Exterior Manuel Bisbé Alberni del MINREX. Funcionaria del MINREX (1962-1973). Miembro de la Cátedra honorífica “Raúl Roa García” del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI) e integrante de su Junta Directiva. Es miembro de la Unión de Historiadores de Cuba y de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC).

lohaniajosefina.aa@gmail.com 0009-0008-2574-1602

 

Cómo citar (APA, séptima edición): Aruca Alonso, L. J. (2025). Cuba y sus relaciones diplomáticas con los países del Campo socialista europeo 1960 a 1992. Entrevista con la Embajadora Isabel Allende Karam. Política internacional, VII (Nro. 4), 247-261. https://doi.org/10.5281/zenodo.17306012

https://doi.org/10.5281/zenodo.17306012

 

Recibido: 9 de junio de 2025

Aprobado: 19 de agosto de 2025

publicado: 20 de octubre de 2025

 

RESUMEN Se presenta aquí un fragmento largo de la primera entrevista, de dos, que se realizaron a la Embajadora Isabel Allende Karam, sobre sus experiencias diplomáticas y valoraciones políticas más importantes, en cuanto a las relaciones entre Cuba y el Campo Socialista o Bloque Comunista de Europa Oriental, en su etapa inicial, a partir de 1960.

Palabras clave: Cuba siglo XX, historia; Cuba política exterior revolucionaria; Cuba relaciones internacionales, historia; Cuba y campo socialista euro oriental; Cuba socialismo.

 

 

ABSTRACT A lengthy excerpt from the first of two interviews conducted with Ambassador Isabel Allende Karam is presented here, focusing on her most significant diplomatic experiences and political assessments regarding the diplomatic relations between Cuba and the Socialist Bloc or Communist Block of Eastern Europe during its initial stage, starting in 1960.

Keywords: Cuba in the 20th century, history; Cuba's revolutionary foreign policy; Cuba, international relations, history; Cuba and the Eastern European socialist bloc; Cuba, socialism.

 

 

Presentación del tema y de la entrevistada

En la historia de la diplomacia cubana el tema que ahora abordamos representa un hito histórico muy importante, muy significativo, es un viraje extraordinario en las relaciones internacionales de la joven República de Cuba en muchos aspectos, a partir de 1959.1 Esta cuestión, a la que nos proponemos aportar modestamente, requiere aún de profundos estudios.

El bloque de los países socialistas de Europa Oriental, encabezado por la Unión Soviética, a la que se sumaron otros 7 europeos, constituyó en el siglo XX (1947-1991), ante todo, un fuerte contrincante frente a los intereses de dominio imperialista de los Estados Unidos de América, principalmente; aunque, el mentado bloque abogó con persistencia por la coexistencia pacífica y la paz internacional, mientras duró la llamada Guerra Fría.

El mundo bipolar fue un hecho real durante cuatro décadas, aproximadamente. Equiparaba, hasta cierto punto, el potencial de la Unión Soviética y demás países integrantes del bloque socialista con el poderío económico, tecnológico y militar acumulado por los países capitalistas más desarrollados y mejor armados del mundo. Cuba, país miembro del Movimiento de los No Alineados (MNOAL) desde 1960, fue uno de los dos países del MNOAL (el otro era Yugoslavia) y el único país de América, que formó parte del bloque socialista desde 1972 -a partir de su membresía oficial en el CAME (Consejo de Ayuda Mutua Económica). No obstante, esta posición bien definida en la arena internacional tuvo una historia complicada.

Hubo evidentes ventajas económicas y políticas para Cuba en el CAME; aunque, existieron contradicciones entre sus intereses nacionales y los propios de los países socialistas euros orientales. Muchas de estas últimas, aparecen muy bien explicadas en la entrevista. Se evidencia un objetivo fundamental de la parte cubana: garantizar su independencia y soberanía dentro del bloque comunista. Por otro lado, igualmente, hubo diferencias en torno al significado del concepto socialismo, de las formas de construirlo (modelos) y la forma de aplicarlo en cada país. Individualmente, los países que conformaban el campo socialista, tuvieron distintos puntos de partida históricos, así como niveles de desarrollo económico, político, social y cultural. También, las relaciones bilaterales de ellos con la URSS fueron disímiles. De la misma manera, ocurría en las relaciones internacionales de dichos países, por separado, con el sistema capitalista mundial liderado por Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN. Aquí he mencionado, sucintamente, algunos de los aspectos más destacados de la cuestión en sí, las diferencias entre los países integrantes del campo socialista, que demandaron continuamente, la atención y el trabajo diligente de la diplomacia revolucionaria cubana.

La abrupta desaparición del campo o bloque socialista europeo oriental fue catastrófica para Cuba en la década del 90 del siglo XX. No obstante, a pesar de la gran envergadura de sus efectos sobre la economía, sociedad, política y cultura cubanas (denominado en su conjunto “Periodo Especial en tiempo de paz”), se mantuvieron, sabia y serenamente, las relaciones diplomáticas con los países del extinto bloque socialista y los nuevos que se desgajaron de la antigua Unión Soviética bajo la dirección del primer secretario del Partido Comunista de Cuba (1965-2011) y presidente de los Consejos de Estado y de Ministros Fidel Castro Ruz (1976-2008).

Isabel Allende Karam (Guanabacoa, La Habana, 1945), es licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad de La Habana. Trabajó en el Minrex desde 1963 hasta el 2020. Traductora e intérprete de los más importantes idiomas eslavos. Ocupó diferentes responsabilidades vinculadas a las relaciones de Cuba con los países socialistas de Europa del Este: vicedirectora de la Dirección de Países Socialistas; Embajadora en Polonia, ministra consejera en la Embajada de Cuba en la URSS y Agregada Diplomática en la Misión cubana en Checoslovaquia. Fue viceministra y la primera mujer en desempeñar tal cargo en la Cancillería cubana revolucionaria. También, fue la primera Rectora del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI) durante catorce años (2006-2020). Está considerada como una destacada representante de la diplomacia revolucionaria cubana; sin dudas, es parte imprescindible de su historia. Ostenta varias condecoraciones cubanas y extranjeras, entre ellas la Orden Ana Betancourt y la Félix Elmusa.

Le agradezco sinceramente su valiosa colaboración con nuestro trabajo (la entrevista fue realizada el martes 6 febrero 2025, en el salón Raúl Roa García, del ISRI), y por la amistad que nos une desde los años sesenta del siglo XX, hasta hoy día.

Entrevista

(Primera parte)

LAA: ¿Cómo describiría UD su experiencia diplomática acerca de la política exterior de Cuba hacia los países que formaron parte del campo socialista europeo?

IAK: En sentido general, las relaciones de Cuba con los países de Europa del Este,2 en este caso incluida la URSS, vinieron a florecer con el triunfo de la Revolución [Cubana]. Independientemente de esto, con algunos países hubo relaciones anteriormente; es el caso de Yugoslavia, o, de la Unión Soviética desde 1944 hasta 1952, cuando Batista [general Fulgencio Batista y Zaldívar] dio el golpe de Estado. Incluso hubo una sede de la Unión Soviética en La Habana. Pero, la política exterior cubana antes de 1959, como bien escribió D´Estefano [Miguel D´Estefano Pisani],3 era una política totalmente subyugada por el imperio, totalmente subordinada a los intereses de los EE.UU., en sentido general. Nuestro pueblo, no estaba preparado ideológicamente para una relación con esos países.

¿Por qué lo digo? Porque muchas personas se fueron de Cuba al principio de la Revolución por miedo al comunismo. El gran fantasma, y lo peor, al punto de que cuando triunfó la revolución se dijo (yo lo tenía en un librito [impreso], en el forro de mis libros de la Escuela de Comercio). “Nuestra Revolución no es comunista, nuestra Revolución es Humanista. Nuestra Revolución es verde como las palmas”, para disminuir el temor que existía. Porque aquí había la concepción, en el común del cubano, de que existía una “cortina de hierro” en la Unión Soviética, de que esos países eran atrasados, etc. Por lo tanto, para nosotros eso era una experiencia, o un campo, totalmente desconocido con anterioridad [a la Revolución Cubana] en nuestra política exterior. Esto era desconocido en 1959. No fue hasta 1960 que se establecieron relaciones oficiales entre el Gobierno Revolucionario de Cuba y el de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).4

En ese año se produjo un parte aguas, y ¿cómo fue que se produjo? Tuvo que ocurrir, primero, una etapa de mutuo conocimiento. Hablo del mutuo conocimiento, porque los países socialistas europeos también tenían desconocimiento, una visión limitada de Cuba, en sentido general, como pueblo. Después fuimos conociendo que había problemas reales [en la URSS], que tampoco eran como lo planteaba aquella prensa esencialmente anticomunista.

Por otra parte, en aquellos países socialistas había desconocimiento, también, de quiénes éramos nosotros. La primera visión general que hubo fue que esta revolución era como otra cualquiera, de esas que ocurrían entonces, solamente un cambio de gobierno, en el que no iba a haber un cambio de profundidad –como el que había planteado ya Fidel en La Historia me absolverá. De modo que, hubo una etapa de parte de ellos, fundamentalmente de la Unión Soviética, de conocer qué estaba pasando. Yo recuerdo haber leído, un memorándum que hizo el primer Embajador de Cuba en la Unión Soviética, y el único [antes de 1959] Concheso [Aurelio Fernández-Concheso Valdés]5, quien fue nombrado en los años de la II GM [II Guerra Mundial], cuando establecimos relaciones -que eran de interés de los americanos-, la época del Frente Amplio. Aquel Embajador que mencioné, fue recibido por Stalin6 (Concheso era, a la vez, Embajador de Cuba residente en los EE.UU. y ante la ONU), y comentaba que Stalin no sabía, en la práctica, ni dónde estaba Cuba, así lo evidenciaba en su memorándum. Tal vez estoy exagerando un poco, pero lo cierto es que había un profundo desconocimiento de Cuba. Y eso estaba a la vista, porque cada país tiene sus intereses, y, en aquellos momentos, los intereses de la Unión Soviética eran defenderse de la andanada de desinformación que existía contra ella y los países de Europa del Este que habían formado el campo socialista. Los países “satélites”, como les llamaba la prensa burguesa de aquel tiempo.

Entonces, yo creo que la política exterior cubana, en general, ya tenía principios esbozados. Para mí lo están, existen, desde La Historia me absolverá, donde Fidel dice que Cuba jamás sería refugio para los sátrapas de América Latina, sino que sí sería refugio para aquellos que lucharan por la libertad, etc. Junto a esos principios que tiene nuestra Revolución, junto a los antecedentes, también, presentes en la formación de nuestras fuerzas revolucionarias, algo que tiene que ver con nuestra política interna, el trabajo por la unidad de todas las fuerzas revolucionarias incluidas [el Movimiento26 de Julio, el Directorio Revolucionario 13 de marzo y el PSP, Partido Socialista Popular] de aquella época.

La política exterior tiene una gran dosis de pragmatismo: ejercer el derecho soberano de establecer y mantener relaciones diplomáticas con los países que nos interesaran, sobre bases de mutua ventaja. Y hubo dos grandes acciones, antes de establecer oficialmente relaciones diplomáticas, una la exposición, en el Museo de Bellas Artes [La Habana], de la Unión Soviética y dos, la de [República Socialista de] Checoeslovaquia. Estos fueron los dos países que hicieron esas exposiciones, lo que hoy llamaríamos “diplomacia cultural”. Los soviéticos hicieron una exposición [Exposición Soviética de Ciencia, Técnica y Cultura]7 que me asombró, porque demostraba que era un país con seres humanos, iguales a nosotros, con cultura y costumbres quizás muy diferentes a las nuestras. Después, vino la exposición checa. Los checos eran más sofisticados que los soviéticos, tenían toda una muestra de bisutería checa, de cristal de roca… Y la gente dijo, bueno este es un mundo distinto al que nos han pintado con anterioridad. En fin, comenzaron a hacerse algunos movimientos que inducían esas relaciones.

Los soviéticos enviaron a sus personalidades aquí, a La Habana, recuerdo a Alexander Alexeev -quien después fue Embajador en Cuba, nuestro querido Alejandro- como representante de TASS, para ver qué estaba ocurriendo aquí, palpar los hechos que estaban pasando.8 Y yo creo que vieron esa dosis de pragmatismo, y del establecimiento de principios, de la necesidad -que ya Fidel intuía- de no depender de una sola fuente.

Ya había ocurrido el viaje de Fidel a los EE.UU., durante el cual él respondió a la pregunta de si venía a pedir un préstamo, y él aclaró: “No, yo vengo a ofrecer buenas relaciones”, a pesar de que él sabía que eso era muy difícil. No se había producido Girón,9 pero él sabía que la relación normal era muy difícil. ¿Cuándo se crearon las milicias populares [Milicias Nacionales Revolucionarias]? En 1959. Ya se habían realizado grandes atentados, sabotajes [indicados por el gobierno de EE.UU.]… Fidel sabía que Cuba debía buscar otros grandes asideros. Cuba era un país, a pesar de su pequeño territorio, que tenía relaciones diplomáticas con más de 50 países ¡con mucha gente! Porque, entonces, ¿cuántos países pertenecían a las Naciones Unidas? ¿Cuántos países había en el mundo? Sin embargo, esas relaciones estaban dirigidas a solo dos continentes: las Américas y Europa Occidental. Pocas relaciones diplomáticas había con otros países; las hubo, sí, pero muy pocas con países de los otros continentes.

Ese fue un hito fundamental, que nos llevó a valorar positivamente las relaciones con los países del Este europeo. Y, no por gusto, se restablecieron primero con la Unión Soviética, el 8 de mayo de 1960, y el 20 de mayo, de ese mismo año, se crearon con Checoeslovaquia. Empezamos casi, en 1960 a establecer nexos con los países socialistas del Este de Europa, y los países socialistas de Asia. Establecimos las relaciones con China, y abogamos por la inclusión de ese país en Naciones Unidas. En fin, vimos el mundo con otra extensión. ¿Fuimos obligados por las circunstancias históricas? Sí, por toda la batalla en la OEA; por la ruptura de relaciones con Cuba de casi todos los países de América Latina; por el aislamiento político y diplomático que nos quiso imponer EE.UU., que no lo logró totalmente, solo en el campo diplomático.

Y, también, vimos la posibilidad de desarrollar planes de la Revolución que se podían facilitar con esos países socialistas. Cuando hablo de planes de la Revolución me refiero a formación profesional. Una de las ideas principales de la Revolución fue la formación masiva de personal calificado en todos los frentes. ¿Quiénes nos ofrecieron esa posibilidad? ¿Dónde pudimos tener esa posibilidad de formación de personal? ¿Cuántos cubanos pudieron aprovecharla?

Hubo un momento, que yo recuerdo en mi vida diplomática de larga experiencia, que ya habían desaparecido la República Democrática Alemana [RDA], eran ya los años 90, y los alemanes insistían en fundar aquí el Instituto Goethe10. Cuba era el país de América Latina (exceptuando Brasil, donde había descendencia de emigrantes alemanes) con más personas hablantes de alemán. Pero, no eran cualquier persona, sino profesionales con cargos importantes, en el Ministerio de Comercio Exterior, en el Banco Nacional, y otras instituciones, que se habían formado en la RDA. Y eso ocurría muy frecuentemente, con otros países socialistas europeos. Antes de la perestroika, nosotros llegamos a tener en la Unión Soviética, al mismo tiempo, 8 mil becarios civiles, al mismo tiempo, sin contar los becarios militares que se formaron allí, del MININT y del MINFAR. ¿Cuántos tuvimos en Praga? ¿Dónde se formaron algunos importantes cineastas cubanos? En Praga, yo conocí personalmente a Octavio Cortázar en Praga, era estudiante de los estudios de cine Barrandov.

Bien, aquello fue un parte aguas que empieza con esa colaboración en el año 1960, con ese mutuo conocimiento y con un entrechocar de intereses, también. Porque nuestros intereses no siempre coincidieron con los de la Unión Soviética. Cuba era una islita, que ellos veían muy idealizada: “la Isla de la libertad”, donde había la esperanza de un cambio real en América Latina. Pero, todavía no se conocían las verdaderas potencialidades de esa isla, y valía la pena intentar un acercamiento. Valió para los soviéticos, que tampoco tenían, en aquella época, una entrada importante en América Latina, por las mismas razones que con anterioridad no la habían tenido con Cuba; podía significar la puerta abierta hacia América Latina. Significaba una apertura al socialismo en el continente americano, y eso fue lo que resultó.

Hablo de los soviéticos porque, lamentablemente, hay que reconocer que en aquella época en una gran parte de los otros países socialistas europeos, en la política exterior, las decisiones de la Unión Soviética tenían una influencia decisiva. No en todos por igual. Cuando digo que no todos por igual, es porque tampoco podemos decir que todos eran iguales; y esto es algo que matiza las relaciones de Cuba con el bloque socialista europeo oriental; no tuvieron un desarrollo igual. No lo hubo. No tenían la misma idiosincrasia, aunque había similitud en el idioma. Eran eslavos los polacos, los checos, los búlgaros, los yugoeslavos, los rusos. No eran eslavos los rumanos, los húngaros y los albaneses. Todo eso marcó nuestras relaciones, y las diferencias con los países de este bloque socialista.

Las diferencias en su desarrollo, económico, cultural, su historia, y sus relaciones con la URSS, también marcaron aquellas relaciones. Porque no era lo mismo mantener relaciones con Bulgaria, que era el país más afín con los soviéticos, desde todo punto de vista -no solo desde el punto de vista gubernamental, sino desde el punto de vista nacional, del pueblo- porque los búlgaros siempre vieron a la Unión Soviética como el salvador, no como el opresor, fueron los rusos quienes los liberaron del imperio otomano, después de 300 años de colonización. Entonces, para nosotros los búlgaros tenían esa cercanía a la Unión Soviética y, por tanto, las relaciones con Cuba siempre fueron más abiertas que con los polacos, por ejemplo. La Unión Soviética era para estos últimos, poco amistosa, por razones históricas, independientemente de las relaciones políticas que existían entre ellos.

Los rumanos no se sentían parte del mundo del campo socialista europeo o, los yugoeslavos, cuyo conflicto con la URSS era ancestral. Los checos tenían una fuerte subordinación a los soviéticos por esos años. Había un chiste que decía que “Novotny11 salió con un paraguas un día soleado y cuando le preguntaron por qué, contestó ¡Porque en Moscú está lloviendo!” Además, Checoeslovaquia fue el último país que desarrolló el proceso de desestalinización, el último país en sacar a la gente de la cárcel. Esto también explica los acontecimientos de 1968. En Checoeslovaquia aquel proceso culminó en 1963 y hasta ese año Gustav Husak12 estuvo preso. Yo recuerdo las toneladas de información que tuve que traducir para mandar a Cuba sobre ese proceso, salían en Rudé právo13, y yo me preguntaba por qué el Embajador [Armando] Flórez Ibarra se empeñaba tanto en ellas. Eran realmente importantes; fue el último lugar en que sucedió el proceso de desestalinización, que ya había tenido lugar en Polonia, Hungría, y en otros lugares.

Todo lo que he relatado es una experiencia; hoy ya puedo tratarla, metabolizarla; porque en aquella época, para nosotros y para la gente común, las relaciones había que tenerlas porque eran importantes desde el punto de vista económico, eran amigos nuestros, ¡era el socialismo y teníamos una comunidad de intereses! Sin embargo, verdaderamente, no había una “comunidad de intereses”, incluso, ni una comunidad de opiniones, ni de experiencias de conducción política, ni de cómo era la construcción del socialismo. ¿Cómo veíamos nosotros el socialismo y cómo lo veían ellos? ¿En qué momento había llegado el socialismo a Cuba, y en qué momento les había llegado a ellos? La primera gran diferencia que tiene lugar entre nosotros y los países socialistas del Este europeo, excluyendo a la URSS, es que el socialismo para nosotros fue una opción, para ellos no sucedió igual. En Europa del Este, en la mayoría de los casos, el socialismo no fue elegido por ellos, fue una consecuencia de los acuerdos de Yalta y de Postdam, fue una consecuencia de la liberación de sus países por parte de las tropas soviéticas. Sucedió como una consecuencia de la II Guerra Mundial; de la misma manera que el imperio austro-húngaro se cayó con la I Guerra Mundial, algo similar ocurrió entonces.

No obstante, en la zona checa de la [República Socialista de] Checoeslovaquia el Partido Comunista fue fuerte antes de la II GM; en 1935, la segunda fuerza que ganó las elecciones fue ese PC. Así que había diferencias históricas en el desarrollo de estos países. No fue lo mismo en Polonia, con una nutrida clase campesina y pocos obreros, que, en las regiones industriales de Bohemia y Moravia, donde había una clase obrera fuerte; que, en Eslovaquia, eminentemente región agrícola. Estas son experiencias que una va obteniendo de las dificultades, los problemas y las diferencias reales que fueron surgiendo en la relación diplomática con esos países. Al principio no se advertían, pero con posterioridad, se van a desarrollar de manera evidente. Nunca fueron lo mismo nuestras relaciones con Checoeslovaquia o, con la RDA y Bulgaria, que, con Polonia, Hungría, o, con Yugoeslavia. Lo más importante -mi mayor experiencia de estos vínculos- es que trascendieron lo oficial. Porque el solo hecho de tener tantos cubanos en esos países, estudiando, capacitándose, formándose, estableció vínculos propios, que llegaron hasta el vínculo familiar. ¿Cuántos descendientes de matrimonios entre cubanos, cubanas y búlgaros, checos, alemanes, polacos, hay en Cuba? Sin mentar a los soviéticos. Ese vínculo familiar ha permanecido durante muchos años y, a mi modo de ver, trascendió y fortaleció las relaciones oficiales. En lo oficial fueron intereses promovidos por el CAME, por las disposiciones de Moscú, por los gobiernos europeos, por distintas vías. Yo creo que la política exterior cubana, inmediatamente reaccionó muy positivamente ante aquellos.

LAA: En términos generales ¿cuáles fueron los intereses y las bases principales de nuestra política exterior hacia el campo socialista? ¿Cómo se expresaron en la dimensión de las relaciones bilaterales y multilaterales?

IAK: Yo podría decirte que nuestros intereses con los países socialistas fueron multifacéticos, de todo tipo. En primer lugar, teníamos el interés del apoyo político, necesario, pero también teníamos una situación particularmente complicada, desde el punto de vista económico. El bloqueo económico y comercial, aunque oficialmente se instituyó en 1962, realmente, desde 1959 comenzaron las escaseces, la negación a refinar el petróleo crudo soviético, los ataques políticos, la batalla en la OEA [Organización de Estados Americanos] para nuestra exclusión. Se evidenció que Cuba tenía que hallar otro asidero económico, y el que mayores posibilidades ofrecía era en los países socialistas de Europa oriental. Fíjate, no creo que podamos decir que fue un elemento fundamental a ultranza. ¿En qué sentido? en el que Cuba iba a ceder en su política exterior, en sus principios para poder acceder a esas relaciones. Creo que ahí se dio un fenómeno muy particular, Cuba cedió a tener determinado nivel alto de relaciones económicas, de dependencia, sí, como dependimos de EE.UU., después dependíamos de ellos. Ciertamente fue así, pero sin ningún tipo de concesión en cuanto a principios políticos. Y eso se produce desde el establecimiento de relaciones y en la entrada de Cuba al CAME.

Desde luego, la entrada de Cuba al CAME representa otros compromisos gubernamentales, que no cambiaron la política exterior de Cuba, pero que influyeron en la política exterior cubana. La matizaron, es la palabra correcta. Cuba siempre mantuvo una política exterior muy firme en temas fundamentales como la lucha por la liberación nacional, los temas vinculados a la construcción del socialismo en lo interno, independientemente del tipo de relaciones económicas que logramos establecer. Nuestra independencia política fue una cuestión esencial. Esto se evidenció en la Crisis de Octubre. También, hubo intereses de carácter cultural, científico. Se vio que en esos países había un desarrollo científico, que era un desarrollo importante.

También está presente el aspecto de la defensa. Yo creo que sin esas relaciones hubiera sido sumamente difícil mantener la defensa de Cuba, porque ¿de dónde íbamos a obtener armas? ¿De dónde Cuba iba a obtener preparación militar para subsistir, si no hubiera sido de la Unión Soviética, fundamentalmente de la Unión Soviética? Yo no voy a hablar de las metralletas checas que no sirvieron, de armas que vinieron que no sirvieron; el hecho cierto es que el suministro fundamental de nuestras Fuerzas Armadas provenía de la Unión Soviética, tanto la preparación como desde el punto de vista material, de la logística. Entonces, todos esos fueron los intereses que estaban ahí, primando. Pero nunca dejamos de mantener nuestra política invariable de defensa de la soberanía de nuestro país; de nuestro derecho a dirigir nuestro destino como quisiéramos por obtener una relación internacional. Ahora bien, está claro, sin esta relación no hubiéramos subsistido.

Siempre lo digo en todas partes: no hubo subordinación de Cuba, pero sí hubo una necesidad tremenda de esa relación con el campo socialista. Primero, porque empezaron las escaseces, y después establecieron el bloqueo contra Cuba.

Cuando se estableció el bloqueo estaba, a la vez, establecido el aislamiento de América Latina, el comercio con esta región se había liquidado. Después, vino la ruptura diplomática de América Latina; el único país con el que sosteníamos relaciones fue México. Con EE.UU. no podíamos comerciar: ese era nuestro cliente y abastecedor natural. No podíamos comprarle petróleo a Venezuela. ¿De dónde venía el petróleo? ¡Venía de la URSS! ¿De dónde venían, también, muchas cosas desde el punto de la colaboración científica? ¿Por qué nosotros creamos los institutos de idiomas para aprender ruso y checo? Los creamos porque realmente se estaba produciendo un auge de las relaciones con esos países, y necesitábamos personas que conocieran esos idiomas, que incluso nos ayudaran a entender la ayuda técnica. No fue un caso de subordinación, ni de complacencia. Fue una necesidad histórica, realmente teníamos que conocer esos idiomas. Teníamos que empaparnos de esas culturas. Las relaciones económicas, fueron lo fundamental; también, en el plano de la defensa, esas relaciones fueron esenciales para la supervivencia de la Revolución Cubana.

Hubo muchos desencuentros, yo diría que el primero fue la Crisis de Octubre y la posición de la Unión Soviética respecto a Cuba cuando ocurrió. En eso no me voy a extender, hay mucho analizado y escrito. Yo tendría que decir que para nosotros fue una sorpresa, para muchos soviéticos también, fue un elemento extraordinariamente discordante en estos vínculos. Aunque, también ahí, actuamos con cabeza fría, en el sentido de que, a la par de defender nuestras posiciones, pudimos hablar con los rusos. ¡No se rompió el vínculo, y no se rompió aun manteniendo nuestros principios! Porque ni aceptamos la medida, ni la inspección a Cuba, no aceptamos ninguna de las cosas que estaban pidiendo los americanos. Tratamos de resolver ese problema con la Unión Soviética de la manera más ventajosa posible para nosotros, pero sobre todo de manera de mantener nuestros principios. Sobre todo, eso.

Hay que tener en cuenta en el análisis la situación de la Unión Soviética, y yo no voy a justificar a los soviéticos. Yo creo que realmente fue terrible lo que nos hicieron. Pero, hay que tener en cuenta que los soviéticos tenían como premisa fundamental para ellos, para su política exterior, lograr alguna coexistencia pacífica que le permitiera ganar recursos destinados a su desarrollo económico. Ellos se habían quedado atrás; porque ya estaban atrás cuando triunfó la Revolución de Octubre. El milagro económico de la Unión Soviética fue indiscutible, no podemos pedirles que en los años 70´s tuvieran el desarrollo económico de EE.UU., o de Europa Occidental [acumulado durante siglos por el sistema capitalista en desarrollo], porque la mayor parte de su dinero tuvieron que dedicarlo a su defensa. ¿Cuál fue el costo que tuvo la II Guerra Mundial para ellos? Fue el país que más vidas humanas perdió, que más bloqueo tuvo. En fin, fue el país que más aportó a la derrota del fascismo. Los soviéticos tenían que salir de ese bache y para ellos la coexistencia pacífica era su interés nacional.

También, hay que decir que el interés nuestro, nuestra historia nacional, chocaba con eso. Hay muchas negociaciones, y opiniones, sobre la Crisis de Octubre, el hecho cierto es que la Crisis dejó su huella, pero logramos sanarla. Varios hechos contribuyeron: el primero fue la sinceridad con que Cuba expuso sus posiciones, la inteligencia de Cuba para discutir con el enviado de la Unión Soviética, que era Mikoyán [Anastás Ivanovich]14 y llegar a que él entendiera. Hay quien dice que Fidel se metió a Mikoyán en el bolsillo. Sí, es verdad, hicieron una amistad. Pero, que Mikoyán entendiera realmente dónde estaban los problemas nuestros, y por qué nosotros teníamos que reaccionar de esa manera, es otra cosa. Yo creo que Mikoyán lo entendió perfectamente. Y se lo hizo saber a Jrushchov.

Jhrushov estaba en una situación muy complicada dentro de su propio Partido [PCUS]. La crisis fue en 1962 y a Jhrushov lo quitaron en 1964, y lo quitan siendo un gran amigo de Cuba. ¡Y un gran amigo de Fidel! Al punto de que ¿cómo se resuelve y cómo se diluye todo el resquemor de la Crisis? ¿Adónde fue Fidel en 1963? ¿Qué visita oficial hizo? Fue a la URSS. Pero todo esto fue precedido por un amplio proceso de negociaciones, de aclaraciones y de posiciones muy firmes de nuestra parte. Eso creo que es lo que nos ha mantenido vivos.

A veces, uno dudaba. Mi experiencia diplomática fue dura: yo pensaba por qué es así, por qué no vamos a aceptar la ayuda que provenga de la Unión Europea, si es por la vía de una ONG, por qué no? ¿Por qué vamos nosotros a cerrar el camino, y cerrar el camino de Europa? Te voy a poner un ejemplo de los 90´s. Cuando nosotros hicimos así, y Fidel cortó, y dijo “no con la Unión Europea nada, ¡nada que venga de la Unión Europea!” Y volvió a repetirlo, porque la firmeza, también, es una parte importante en la política. Y esto nos lo enseñó Fidel, y se mantuvo también con esos países. La firmeza, la explicación, el diálogo; y con Nikita se logró un diálogo verdaderamente positivo, para limar aquellas asperezas. El del viaje del 1963 y del 1964. No obstante, Nikita tenía una situación difícil, porque era el hombre de la reforma económica en la Unión Soviética y tenía mucha oposición interna. Lo quitan por la oposición que tiene. Entonces, tenían que buscar a alguien con una visión más disciplinada, más de Partido, diríamos, y lo sustituyó Brévhnev [Leonid Brévhnev]15. De todas maneras, nosotros teníamos que seguir recomponiendo esa relación.

Ellos no aceptaban, tampoco, nuestro apoyo a la lucha de liberación nacional. Hubo serios problemas después. Está Bolivia, el Che [Ernesto Guevara]. Esas opiniones que teníamos nosotros sobre la lucha armada por la liberación nacional, y la negativa soviética para aceptar que era una vía en América Latina, fue un factor importante a tener en cuenta en las divergencias acerca de nuestras relaciones. Otro factor fue el conflicto chino soviético. En este último, vinimos a tomar partido mucho después, pero al principio no lo hicimos. Tratamos de mantener una posición que nos mantuviera a equidistancia. No me gusta usar esta palabra porque era usada por los yugoeslavos en los No Alineados sobre mantener relaciones con China y con la URSS. Con los chinos tuvimos problemas serios.

Todas estas cuestiones intervienen, como sucede en las relaciones internacionales entre otros países. En el caso nuestro, tuvo una particular importancia, debido a la necesidad que nosotros teníamos de mantener el vínculo económico, que fue por lo que entonces pudimos resistir al bloqueo. Si no hubiera habido esa relación con la Unión Soviética, la situación que tenemos ahora la hubiéramos tenido mucho antes y no hubiéramos podido resistir. Sin esos países ¿de dónde sacábamos el petróleo? de dónde sacamos la harina de trigo? La misma posición de créditos blandos, teníamos relaciones con Europa, pero sin créditos. ¿Cómo electrificábamos el país? ¡Que lo electrificamos! Lo que ocurrió en 1992, la debacle de ese año, si se hubiera producido en el 1960 o 1961 la Revolución hubiera sucumbido. Sencillamente, eso fue así.

Yo siempre me niego a aceptar que los soviéticos nos mantenían a nosotros, la ayuda fue inmensa, inconmensurable, sobre todo la ayuda militar. La ayuda se expresó en términos tales como que nosotros podíamos exportar el petróleo que recibíamos del que nos sobraba, la cantidad sobrante, la podíamos vender en el mercado mundial y ganar más dinero que por el azúcar. Cuando se estableció el sistema de precios indexados,16 yo pienso que ahí se logró algo que no se había logrado nunca, la ruptura del intercambio desigual. Porque el principio de esos precios indexados era, tú me aumentas tus productos manufacturados y yo te aumento, en la misma medida, mis productos básicos. Esto significó la ruptura del intercambio desigual. El intercambio desigual era que los países industrializados vendían caros sus productos, ¡y los países pobres tenían que vender los suyos baratos!

Así que, con los precios indexados se produjo un equilibrio. Aun cuando dicho equilibrio venía buscándose por Cuba desde los años sesenta y pico. Cuando los soviéticos comenzaron a pagar el azúcar a 6 centavos, cuando el bloqueo nos impidió comercializar el azúcar en la bolsa de Nueva York y tuvimos que conformarnos solamente con la Bolsa de Londres. Es decir, hubo toda una serie de cosas importantes, con los créditos militares que nos dieron tuvimos armas para defender el país, bajo el principio -después de la Crisis de Octubre-, de que la defensa del país dependía de nosotros, del propio país. No podíamos confiarnos en nada más. Por tanto, teníamos que crear las bases nuestras para responder a ese principio. Pienso que ese objetivo fue logrado en sentido general. No de igual manera en todos los otros aspectos.

Primero, no hubo la misma disposición gubernamental, no con la misma facilidad, no con los mismos reclamos y eso tenía que ver con las disposiciones internas de cada país. Cada país fue totalmente distinto. Nosotros no podíamos pensar igual que los húngaros respecto a la Unión Soviética, los húngaros fueron invadidos por los soviéticos en 1956. Kádár [Janos Kádár]17 fue la figura que salvó eso. Fíjate si la Revolución Cubana logró por su actitud, espacios importantes en esos países y un reconocimiento a nuestra independencia –el que ellos mismos no habían sido capaces de lograr para la suya-, que a mí no se me olvida nunca que en el I Congreso del Partido Comunista de Cuba, vino Yivkov [Todor Yivkov]18, por supuesto, pero, además de él, vino Kádár, como primer secretario de su Partido Socialista Obrero Húngaro. Él presidió la delegación húngara a nuestro Congreso del PCC. Mientras que otras delegaciones de países socialistas no fueron presididas por los primeros secretarios de sus respectivos Partidos Comunistas. Nosotros fuimos creando una base que no era igual, que no era exactamente igual en todos los casos, pero establecimos esa base de relaciones económicas, científicas, culturales, educacionales, desde todo punto de vista con esos países y te repito, aquí el factor humano, también, fue decisivo.

Las establecimos con la República Democrática Alemana (RDA) de una manera muy importante, porque la RDA llegó a convertirse en nuestro segundo socio económico y comercial. El desarrollo de la RDA se había llevado a cabo de forma muy relevante, porque recibió por una gran tubería los créditos rusos. No quedaba otra opción ¿sobre qué base se creó la RDA? Se creó en la parte de Alemania menos industrializada, más atrasada, más agrícola. Entonces, para que la RDA pudiera tener un cierto nivel en relación con la República Federal Alemana, RFA, había que darle dinero para que se desarrollara. Después, se demostró que de todas maneras el Trabant19 no competía con el Mercedes Benz. Sin embargo, el nivel de vida que se alcanzó bajo el socialismo en la RDA fue muy alto. Igual que el alcanzado por Checoeslovaquia. Los checos llegaron a pagar la deuda externa, sin grandes sacrificios para su pueblo. Los rumanos llegaron a pagar la deuda externa con Ceaucescu [Nicolae Ceaucescu]20, pero a costa de un sacrificio tremendo para la población, que llevo a que después pasara lo que pasó allí. Ese no fue el caso de los checos.

Yo creo que nosotros logramos nuestros objetivos con grandes encontronazos, pero los logramos. Y pienso que otro momento decisivo, que no fue muy bien entendido al principio por parte de mucha gente -en Cuba, fuera de Cuba, y por amigos de Cuba en el exterior, en Europa Occidental, porque fue ahí donde se produjo una escisión del movimiento comunista internacional- fue la posición cubana en los sucesos de Checoeslovaquia. Que no fue una posición acrítica, yo creo que nunca nadie había dicho públicamente los errores de la construcción del socialismo que habían sucedido en esos países, como lo planteó Fidel en su discurso, pero, a la larga, él antepuso el principio de defensa del socialismo y apoyó que se mantuviera a Checoeslovaquia dentro del campo socialista, que se le impidiera el desgajamiento de la URSS.

Las circunstancias para nosotros, desde el punto de vista internacional, eran propicias, porque, también, en aquel momento, EE.UU. estaba metido en la guerra contra Vietnam; la posibilidad de una agresión militar a Cuba no era tan inminente, no constituía una moneda de cambio por parte de los americanos, no podían decir que se iban a meter en Cuba para ver qué iban a hacer los rusos -si van a intervenir o a esperar a que yo intervenga, como en la Crisis de Octubre-, con una situación tan fuerte. Además, había una situación internacional muy complicada, porque los soviéticos estaban en una fase de la política de coexistencia pacífica todavía más avanzada con sus acuerdos, y porque se produjo el descalabro de Bolivia, los soviéticos estaban en contra de la guerrilla del Che Guevara en Bolivia. Había problemas en las relaciones bilaterales (con Cuba), 1967 no era el mejor momento. Fue cuando se produjo la visita de Kosiguin [Aleksei Kosiguin]21 a Cuba, las discusiones fueron muy fuertes. Yo te puedo decir sobre eso -porque trabajé en un libro de documentos de las relaciones entre Cuba y Rusia- que el documento más frío que se encuentra en ese libro fue el telegrama de condolencia por la muerte del Che Guevara: “Reciba mis condolencias por la muerte de Ernesto Guevara”. Nada más. Ni una sola palabra afectuosa, es todo un hecho diplomático. Aquello fue un mensaje muy significativo. Ahí hay otro parte aguas, que por supuesto, no fue entendido por los checos, porque ellos fueron los invadidos. Cuando te hablo de los checos, te hablo en general, incluso de embajadores checos que estaban a favor del socialismo y no entendieron una invasión de la Unión Soviética. Nosotros no lo hubiéramos entendido como pueblo, pero Fidel hizo un análisis muy contundente de la situación [comparecencia ante la TV Cubana del primer ministro Dr. Fidel Castro Ruz, 23 de agosto de 1968]22. Y a la larga, logramos mejorar las relaciones con la Unión Soviética, en el sentido más general, siempre sobre una base de principios, de la crítica de lo que había pasado, incluso responsabilizando de ello a los checos. (Acuérdate que yo te dije ya, que el proceso de desestalinización más tardío fue el de Praga.) Allí, en el año 1968, hubo que acudir nuevamente a lo que acudió Stalin en la II Guerra Mundial, ¿Stalin no tuvo que mandar a buscar a los generales que se encontraban en los campos de concentración en Siberia para que comandaran al Ejército Soviético? Pues, hubo que traer a Husak, que ya estaba liberado hacía rato, para que ocupara su puesto al frente de Checoeslovaquia. Porque lo que había pasado a Dubcek [Alexander Dubcek]23, lo que había hecho, era (quizás tenía un objetivo positivo, quizás, no lo sé). Pedía una reforma económica, que después se ha hecho en todos los países socialistas. Algunos economistas cubanos, ahora reivindican a Ota Sik o Shick.24 En fin, el momento para los checos era complicado, y a lo mejor lo que los checos querían hacer en su país tenía una determinada motivación, como la tuvo la perestroika. No obstante, el hecho cierto es, que, tanto en un caso como en el otro, los movimientos y las modificaciones económicas que se estaban realizando, en uno y otros lados, tuvieron, también, un apoyo malintencionado del exterior. Me refiero a la actividad de los medios enemigos sobre el tema.

Otro desencuentro, muy difícil para nosotros, en esos años, fue la cuestión de la micro fracción. En realidad, no fue una acción de los gobiernos de los países socialistas. Sin embargo, hubo personalidades tanto de la Unión Soviética como de Checoeslovaquia, vinculadas directamente a la micro fracción. Esto fue muy complicado. Es notorio que nosotros, en particular Fidel, siempre trabajó por la unidad. Ellos se aprovecharon de ciertas gentes, lo que pasó con el ministro de Salud Pública, Frantisek Kriegel, en Praga. Era un hombre que fue técnico aquí, que había trabajado como colaborador; algunos otros personajes en la URSS, apoyaba la micro fracción. Ellos fueron elementos muy negativos, por esos años. Se empezaba a minar el campo socialista y la existencia de la Unión Soviética. Empezó a minarse con el caso de Polonia, empezó por ahí.

El trabajo de los americanos siempre fue hacer una política diferenciada para cada país, y esa política tenía nombre y apellido. No eran los checos los que estaban en la mira, eran los polacos, pero los checos habían dado este paso con los cambios de la reforma económica. Y eso los condujo a lo que finalmente ocurrió [Primavera de Praga, insurrección].

La posición de Cuba, a mi modo de ver, fue trascendental en dos aspectos: uno, lograr mantener una posición firme en algo que tenía que ver con la Plataforma Programática del PCC, porque no olvidemos que en este documento se dice que nosotros defenderemos el socialismo por encima de todo. Se reconocen los serios problemas que hubo y se hace una seria crítica; llama la atención sobre lo que está ocurriendo y que, después, se va a manifestar con más fuerza en otros países de Europa Oriental, en donde acabó con el socialismo. Dos, la posición nuestra de discusión amplia, abierta, contra la micro fracción y nuestra acción hacia los micro fraccionarios.

Creo que eso demuestra la firmeza de nuestro país, la posibilidad de nuestro país de lograr mantener su independencia, y maniobrar en su política exterior, con esa dignidad, independencia y soberanía, que es lo fundamental. Y maniobrar, buscar causas que fueran justas y permitieran también desarrollarnos. Esta posición nuestra, fue muy criticada, por algunos Partidos comunistas de Europa Occidental, ya existía toda aquella historia del eurocomunismo, etc.; también, sirvió como una alerta a ese movimiento comunista internacional, que antepuso la causa de sus intereses nacionales, por países, a la causa general del socialismo. ¡Nosotros hablamos de la causa general del socialismo! ¿Podríamos haberlo hecho en otra circunstancia? Yo creo que en el 1991 con los sucesos de Polonia nosotros no lo hubiéramos podido hacer. Lo creo porque la situación internacional era distinta, por tanto, bienvenido el estado de guerra que los propios polacos tomaron para evitar la invasión soviética. Ah! Primó otro principio sobre este último. Todo está aún por ser estudiado.

¿Por qué cayó el campo socialista? Unos dicen que, por el motivo económico, que no funcionaba, otro por no sé qué o, no sé cuánto… Pero, yo pienso que hay una profunda base, también, que está en que el capitalismo ha logrado, desgraciadamente, vencernos con el consumo. Pasa lo mismo en nuestro país, yo siempre dije -y lo dije cuando se discutió la conceptualización- que había que definir ¿a qué prosperidad nosotros teníamos capacidad y oportunidad de llegar? Porque nosotros, como país, con lo que tenemos y lo que no tenemos (ni recursos naturales, ni dinero, etc.), no podemos aspirar a un país donde cada persona posea un automóvil. Aunque, ¡sí tenemos que aspirar a un país con un buen transporte público! Y eso es lo que tiene que estar en nuestra mira.

Después de los sucesos de Checoeslovaquia, nosotros entramos en el CAME, en 1971, (sobre esto Raúl Roa Kourí te debe una entrevista) porque a la reunión que se hizo, entonces, en Moscú, nosotros no íbamos con el propósito de entrar al CAME. Sin embargo, los soviéticos maniobraron de forma tal que nosotros entramos en el CAME. Dentro del CAME, esa posición nos favorecía mucho, porque nos daba la posibilidad de tener un organismo multilateral para discutir todos esos problemas de la ayuda al país menos favorecido, etc. Nosotros concebíamos esa ayuda económica del país más desarrollado con el menos desarrollado. Y esa relación, que ya la teníamos con la Unión Soviética, que era la indexación de precios, etc., la defendimos no solo para nosotros, Cuba la defendió y fue portavoz de que esa relación debía establecerse con Vietnam y con Mongolia, que también eran países socialistas subdesarrollados. No lo logramos, pero luchamos por eso.

La Habana, junio 1ro. de 2025

notas

1 La República de Cuba fue proclamada oficialmente como un Estado independiente y soberano el 20 de mayo de 1902, a pesar de que la Constitución de 1901, que la amparaba, contenía un apéndice denominado Enmienda Platt, que limitó atributos esenciales de su soberanía en favor de la dependencia (neocolonial) de los Estados Unidos de América. Es a partir de la fecha anteriormente señalada que se inició su reconocimiento diplomático por los países pertenecientes a la comunidad internacional en ese tiempo. L.A.

2 Campo Socialista, Europa del Este o, Bloque comunista: Estaba integrado por 8 países, la Unión Soviética, República Democrática Alemana, República Socialista de Checoeslovaquia, Bulgaria, Albania, Hungría, Rumanía, Polonia. Cuba se incorpora a este Campo en 1972. L.A.

3 D´Estéfano Pisani, Miguel Ángel: abogado, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana. Fue presidente de la Sociedad de Derecho Internacional de Cuba. L.A.

4 Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas: Los países que la integraban (1922-1991), eran 8: Rusia, Bielorrusia, Ucrania, Estonia, Letonia, Lituania, Kazajistán, Kirguistán. L.A.

5 Aurelio Fernández-Concheso Valdés: Político, abogado cubano, Penalista en ejercicio, profesor de la Cátedra de Derecho Penal de la Universidad de La Habana, y diplomático, Embajador, bajo los dos gobiernos de Fulgencio Batista. También, fue ministro de Educación dos veces en los períodos de gobiernos antes mencionados. Fue el único diplomático latinoamericano y caribeño acreditado, en algún momento de su carrera, al mismo tiempo, ante Franklin Delano Roosevelt, Winston Churchill, Adolfo Hitler y Josef Stalin. Su hijo Aurelio Fernández-Concheso, le dedica un libro titulado El Diplomático, (2015), http//www.analitica.com

6 José Stalin: Josef, Iosif Stalin, Iosif Vissarionovich Dzhugashvili, (Gori, Georgia, 5.12.1878 – Moscú, 5.3.1953) Político, militar, revolucionario ruso, de origen georgiano. Secretario general del PCUS 1922-1952. Presidente del Consejo de Ministro de la URSS entre 1941 y 1953. Fue denunciado en el XX Congreso del PCUS (1956) por Nikita Jrushchov, lo cual dio inicio al llamado proceso de desestalinización. L.A.A.

7 Nuñez Jiménez, A: (1998) En marcha con Fidel 1960, t.2, p. 80.

8 Nuñez Jiménez, A: (1998) En marcha con Fidel 1959, t. 1, pp. 317-320. Acerca de la entrevista entre Fidel y A. Alexeev se precisan algunos datos por A. Núñez Jiménez en la obra indicada. El primero en entrevistarse con el periodista soviético en el Hotel Habana Libre, La Habana, fue Camilo Cienfuegos, quien se lo informa a Fidel el 16 de octubre de 1959. Posteriormente, tiene lugar la entrevista con Fidel en el edificio del INRA. Núñez participó de esa entrevista y relata los detalles de la misma: “Alexeiev le comunica la gran admiración que siente el pueblo soviético por la Revolución Cubana y en particular por él. […]” p.118. “Se habla de la gestión extraoficial realizada en Nueva York por quien esto escribe [Núñez Jiménez, A] en ocasión de su visita el 26 de julio de 1959, con los directores de la Exposición Soviética inaugurada allí por Anastás I. Mikoyán, a fin de traerla a Cuba.” […]”Señala Fidel que resultará de gran impacto para el pueblo cubano que Mikoyán, vicepresidente del Consejo de Ministros de la Unión Soviética, viaje a Cuba para su inauguración”. […] “Alexei le dice: -Muy bien Fidel, ya podemos contar que vamos a establecer relaciones económicas, pero, las más importantes, ¿diplomáticas? […] -”Es mejor que conversemos”, continuó Fidel. - Vamos a tener que seguir así por el momento, pues necesitamos tiempo para crear las condiciones.” […] -“La idea de traer la exposición es excelente, a Núñez que estuvo en Nueva York y la vio, le gustó mucho. Es una oportunidad para mostrar al pueblo cubano los progresos de la Unión Soviética. Hasta el presente todo lo que se dice de la URSS es negativo y procuraremos que ese tipo de información no se expanda, no continúe. La exposición y la visita de Mikoyán pueden ser un inicio exitoso, ¿no le parece?” (p.119) […] “–Lo fundamental ahora no son las relaciones diplomáticas. Lo más importante es que ya cubanos y soviéticos somos amigos”. (p.120) L.A.

9 Ataque a Playa Girón, provincia de Matanzas: 17-20 de abril de 1961. L .A.

10 Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832): Poeta, novelista, dramaturgo y científico alemán, en honor a su memoria se fundan institutos para la enseñanza del idioma y cultura alemanas en otros países. L.A.

11 Antonin Novotný (Praga, 1904- Praga, 1975): político, fue Primer Secretario del Partido Comunista de Checoeslovaquia, Presidente de la República.

12 Gustav Husák (Bratislava, Eslovaquia 1913-Ídem, 1991): Político checoeslovaco fue Secretario general del Partido Comunista de Checoeslovaquia y Presidente de la República.

13 Rúde právo (español Ley Roja o Derecho Rojo): Era el periódico oficial del PC Checoeslovaquia. Su sucesor es el diario Právo. L.A.

14 Anastás Ivanovich Mikoyán (1895-1978) Armenio, político y estadista soviético; fue Presidente del Presídium del Soviet Supremo de la URSS, bajo el gobierno de Nikita Jrushchov (1964). L.A.

15 Leonid Brévhnev (Kamianské, Ucrania 1906-1982, Zarechnye, Rusia): político soviético, fue el secretario general del Comité Central del PCUS, presidió el país desde 1964 hasta su muerte 1982. L.A.

16 Precios indexados: son aquellas tarifas que establecen el precio que marca el mercado mayorista. L.A.

17 Janos Kadar (Rijeka, Croacia 1912-Budapest, Hungría): político húngaro, primer ministro de su país entre 1956 y 1958; posteriormente, entre 1961 y 1965. Líder del Partido Socialista Obrero Húngaro. L.A.

18 Todor Yivkov (1911, Pravets, Bulgaria- 1998, Sofía, Bulgaria): político, estadista comunista búlgaro, líder de la República Popular de Bulgaria, desde 1954 hasta 1989, secretario general del Comité Central del Partido Comunista Búlgaro. L.A.

19 Trabant (satélite, en alemán): Es un automóvil de bajo costo, producido por VEB Sachsenring Automobilwerke, Sajonia. Fue el auto más usado en la RDA. L.A.

20 Nicolau Ceaucescu (1918, Targoviste, Rumanía-1989, condenado y ejecutado por un tribunal militar rumano): político, Presidente de la República Socialista de Rumanía 28.3.1974-22.12.1989. L.A.

21 Aleksei Kosiguin (1904, San Petersburgo-1980, Moscú, Rusia): político y estadista soviético, durante la Guerra Fría. Fue Presidente del Consejo de Ministros, 1964-1980. Realizó reformas económicas. L.A.

22 Fidel Castro Ruz, comparecencia televisiva. Entre otros planteamientos dice: “En Checoeslovaquia se marchaba hacia una situación contrarrevolucionaria, hacia el capitalismo y hacia los brazos del imperialismo. Resultaba imprescindible impedir a toda costa, de una forma o de otra, que este hecho ocurriera”. Y añadió: “Nosotros preguntamos: ¿Serán enviadas también las divisiones del Pacto de Varsovia a Vietnam si los imperialistas yanquis acrecientan sus agresiones contra el país y el pueblo de Vietnam solicita esa ayuda? ¿Se enviaran la divisiones del Pacto de Varsovia a la República Popular Democrática de Corea si los imperialistas yanquis atacan a ese país? ¿Se enviarán las divisiones del Pacto de Varsovia a Cuba si los imperialistas yanquis atacan nuestro país, incluso ante la amenaza de ataque de los imperialistas yanquis a nuestro país, si nuestro país lo solicita?” L.A.

23 Alexander Dubcek (1921, Uhrovec, Eslovaquia-1992, Praga, Chequia): político, estadista checo, secretario general del Partido Comunista de Checoeslovaquia 1968-1969; Presidente de la Asamblea Federal de Checoeslovaquia 1989-1992. Reformista con el lema “Socialismo con rostro humano”. L.A.

24 Ota Sik (1919, Pilsen-2004, San Galo, Suiza): político, Profesor de Economía, Universidad de San Galo, Suiza. Fue miembro del Partido Comunista de Checoeslovaquia. Miembro del CC del PC Checoeslovaquia. Emigró a Suiza tras la Primavera de Praga. Asesor del Presidente Václav Havel. L.A.

CONFLICTO DE INTERESES

La autora declara que no existen conflictos de intereses relacionado con el artículo.

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