NOTAS

Reseña y comentarios sobre el libro de Carlos Perzabal Marcué:*

Para estudiar El Capital de Karl Marx. Guiones de estudio y metodológicos

Review and comments on the book by Carlos Perzabal Marcué: To study Karl Marx’s Capital. Study and methodological outlines

Dr. C. Ernesto Molina Molina

Doctor en Ciencias Económicas. Miembro de Mérito de la Academia de Ciencias de Cuba. Profesor Titular de Economía Política, Historia del Pensamiento Económico y Teoría Económica, Instituto Superior de Relaciones Internacionales Raúl Roa García. Presidente de la Sociedad Científica de Pensamiento Económico de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba, e-mail: emolina@isri.minrex.gob.cu



Recibido: 15 de enero de 2020 Aprobado: 24 de enero de 2020


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Espero obtener, para nuestro Partido, una victoria en el terreno científico.

Carlos Marx a Weidemeyer, 1 de febrero de 1859


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Sobre El Capital de Carlos Marx se han escrito varias obras. La más conocida en Cuba es Comen- tarios a los tres tomos de El Capital (Rosemberg, 1979), del notable economista soviético David Rosemberg (1879-1950), especialista en economía política e historia de las ciencias económicas.

Conocemos también una pequeña recopilación de escritos de Federico Engels (Engels, 1975) en relación con El Capital de Marx, publicada en Cuba, que en nada se debe subestimar.

He reseñado anteriormente dos libros de títulos muy parecidos, uno de Istvan Meszaros y otro de Michael A. Lebowitz. El primero se titula Más allá del capital (Meszaros, 2001) y está escrito por un filósofo marxista húngaro Istvan Meszaros, se trata de una voluminosa y valiosísima obra en el campo filosófico político; la diferencia de los títulos obedece al diferente objeto de estudio, si bien ambas obras son profundamente marxistas. El segundo se titula Más allá de El Capital, la economía política de la clase obrera (Lebowitz, 2008) del economista nor- teamericano Michael Lebowitz.



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* El doctor Carlos Perzabal (1940-) impartió Economía Política en la Universidad de La Habana (1961-1967); en la Escuela Na- cional de Agricultura (1967-1970); en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (1967- 2008); y en la Facultad de Economía de la UNAM (1969-2004).


El propio autor de esta reseña, realizó el prólogo de parte de la correspondencia que se cursaron Carlos Marx y Federico Engels en relación con El Capital (Marx y Engels, 1976).

Thomas Piketty en su libro El Capital en el siglo xxi (Piketty, 2014) realiza un análisis crítico de la brecha cada vez mayor que se viene produciendo a escala global entre los ingresos del capital y los ingresos del trabajo desde el siglo xviii hasta el presente. Aun cuando el autor reconoce la obra de Marx como un antecedente teórico e histórico de su estudio, no comparte ni mucho menos su enfo- que revolucionario. Y, no obstante, este libro consti- tuye un llamado de alarma, y por eso el autor, una vez realizado su diagnóstico en las primeras tres partes de su libro, destina la cuarta parte a propo- ner un camino reformista para el capitalismo del siglo xxi.

Me ha resultado muy satisfactoria la lectura de

este nuevo libro sobre El Capital, de Carlos Perza- bal; y he tenido el honor de presentarlo en el Instituto de Filosofía de la Academia de Ciencias de Cuba, el 2 de diciembre del 2019, en presencia del autor, a quien dejé de ver por más de 50 años, cuando estu- diábamos juntos El Capital, para llegar a ser eco- nomistas y profesores de Economía Política en la Universidad de La Habana.

Algo que valoro especialmente en esta obra con fines pedagógicos, científicos y políticos, encabeza la frase de Marx a Weidemeyer, en su carta de 1 de febrero de 1859: “Espero obtener, para nuestro Par- tido, una victoria en el terreno científico”. Ello explica el rigor y respeto con que Perzabal reproduce el orden lógico por secciones de cada uno de los tres tomos de El Capital. Para esta sencilla reseña que presentamos, solo nos atrevemos a presentar bre- vemente algunas ideas y preguntas que animen al lector a consultar esta obra.


Tomo I. El proceso de producción del capital

Sección primera. Mercancía y dinero

Todo el sistema de contradicciones del capitalismo existe en embrión en la mercancía.

El doble carácter del trabajo mercantil permite explicar la creación de valor y valor de uso y, por tanto, la creación simultánea del valor junto a la transferencia de valor a la mercancía.

La mercancía es esa unidad de contrarios, que en su desarrollo lleva al surgimiento del dinero y del capital.

Marx y el fetichismo mercantil

El hombre queda enajenado cuando el trabajo se enfrenta a él como algo ajeno que lo domina (la rela- ción social materializada en la mercancía).

En el dinero este fetichismo aparece en un nivel superior y en el capital mucho mayor.

A medida que avanza el capitalismo, surgen nuevas formas fetichistas del capital y el grado de enajenación del hombre frente al trabajo alcanza niveles superiores.


Marx y el dinero necesario en la circulación

Por cuanto el papel moneda circula efectiva- mente en lugar de monedas de oro, está sujeto a las leyes de la circulación del dinero.

Si se emite, por ejemplo, 5 millones de millones de dólares y la circulación solo necesitan 2 millo- nes de millones, esa masa de 5 millones representa solo 2 millones de millones. De allí que la inflación está asociada a la circulación de signos de valor: billetes.


Secciones tercera, cuarta y quinta. La producción de la plusvalía absoluta y de la plusvalía relativa

¿Quién une en el capitalismo los elementos sim- ples del trabajo? (el capital)

¿Qué papel desempeña la coerción, la ciencia y la tecnología al servicio del capital? (subordina el trabajo al capital)

¿Qué importancia tienen las secciones III, IV y V, para el estudio del imperialismo? (con cada revo- lución científico tecnológica, crece la subordinación del trabajo al capital)


Ventajas de la maquinaria y la gran industria

La supeditación del trabajo al capital durante las etapas de la cooperación y la manufactura, es for- mal, porque la base material es el trabajo artesanal, y no se puede someter al trabajo calificado.

Con el surgimiento de la maquinaria y la gran industria, la supeditación del trabajo al capital es real: surge una base técnica cualitativamente nueva.


Sección sexta. El salario

En El Capital, Marx supone constante el salario. Él sabía que la lucha no lo hacía constante. Las necesidades de los obreros crecen y allí reside el poder del capital.

Pero la clase obrera ha de tener una estrategia para elevar la satisfacción de sus necesidades cre- cientes. El estudio de la clase obrera, de nosotros, exige conocer cómo la gente se produce a sí misma mediante su lucha. Los obreros que no luchan per- tenecen al capital, son esclavos fieles.


Sección séptima. El proceso de acumulación del capital.

¿Cómo se reproducen las relaciones capitalistas de producción?

¿Cuál debe ser la tendencia de la situación de la clase obrera en el capitalismo?

¿Qué fue la “llamada” acumulación originaria del capital?

No es ocioso acudir a esta obra del siglo xix, para comprobar que sigue siendo vigente para explicar la dialéctica del capital en el siglo xx.


El análisis por Marx de la reproducción simple

El obrero no solo crea la plusvalía, sino también el fondo de salario.

El consumo de la clase obrera es consumo pro- ductivo para la clase capitalista y consumo impro- ductivo para la propia clase obrera.

El divorcio entre el producto del trabajo y el trabajo mismo no solo es el punto de partida del proceso capitalista de producción, sino que se reproduce.


La llamada acumulación originaria del capital

Según Adam Smith, con el desarrollo de la divi- sión del trabajo apareció el capital, que no es más que reservas acumuladas, pues el hombre primitivo, cuando no existía la división del trabajo, no necesi- taba acumular reservas.

Para Marx la “llamada acumulación originaria del capital” no es más que el proceso histórico de diso- ciación entre el productor y los medios de produc- ción. El capital surgió “chorreando sangre y lodo por todos sus poros”. Y lo sigue haciendo en el siglo xxi.


Tomo II. El proceso de circulación del capital

Sección primera. La metamorfosis del capital y su ciclo

En la fórmula general del capital D-M-D´ se com- pra para vender con el objetivo de que el dinero regrese incrementado.

El motivo propulsor del capital es apropiarse de riqueza abstracta. El valor de uso no puede conside- rarse jamás como fin directo del capitalista.

El ciclo del capital industrial

Ft Ft Ft

D-M .......P......M´- D´-M´ .....P M´´- D´´M….P..

Mp Mp Mp


El ciclo del capital industrial incluye los tres ciclos: capital dinero, capital productivo y capital mercancías. Cualquier estancamiento en una de las fases, detiene a todo el ciclo y provoca, por tanto, crisis.


Sección segunda. La rotación del capital

El consumo productivo de los elementos del capi- tal exige un tiempo de rotación diferente, es decir, su valor se recupera en un solo ciclo de producción o en varios ciclos.

No todas las partes del capital productivo rotan con una velocidad similar, no completan sus rota- ciones en intervalos de tiempo iguales. El capital fijo transfiere su valor en varios ciclos de producción.

El capital circulante o transfiere su valor en un solo ciclo de producción o reproduce su valor en un solo ciclo de producción, esto permite que su valor sea recuperado en un solo ciclo de producción.


Sección tercera. La reproducción y circulación del capital social en su conjunto

Marx encuentra la solución de la reproducción social al dividir toda la producción social en dos grandes sectores.

Ello le permitió identificar las condiciones de la producción y la realización para la reproducción simple y la reproducción ampliada.

Y al analizar la renovación del capital fijo a escala social, pudo explicar el carácter cíclico de la econo- mía capitalista.


Tomo III. El Capital

Secciones primera, segunda y tercera. La transformación de la plusvalía en ganancia media y la tendencia decreciente de la cuota de ganancia media

La teoría de la formación de los precios de pro- ducción y la ganancia media no solo permitió a Marx explicar las diversas formas transfiguradas de la plusvalía y el capital, sino que pudo esclarecer el sentido de la lucha de la clase obrera contra el capital.

La actualidad de la teoría de la ganancia media

Los capitalistas son como hermanos enemigos, pues explotan a la clase obrera en su conjunto, pero a la vez compiten entre ellos a escala global.

Los obreros no pueden limitar su lucha solo con- tra sus patrones, sino contra toda la burguesía en su conjunto a escala global.


Secciones cuarta y quinta. El capital comercial, el capital a interés, el capital bancario y el capital ficticio

El capital comercial y la ganancia media

La ganancia comercial en apariencia es fruto del intercambio no equivalente. El comerciante compra las mercancías al industrial a un precio y las vende a otro precio más alto.

La cuota media de ganancia se obtiene como una proporción entre la masa de plusvalía y todo el capital desembolsado.

En el proceso de formación de la ganancia media figura también el capital comercial, esto significa que la masa de plusvalía social se distribuye entre un número mayor de capitales, debido a lo cual debe existir un mecanismo para la redistribución de esta plusvalía entre los sectores donde se crea y los sec- tores que contribuyen a crearla.


La separación entre el capital y la gestión

Marx hace una distinción muy importante entre el capitalista (dueño del capital) y el empresario, quien hace funcionar al capital.

De aquí, las categorías capital-propiedad y capi- tal-función. Esta separación entre el capital-propie- dad y el capital-función llega a su máxima expresión con el desarrollo de todas las formas fetichistas del “capital ficticio”.


El capital bancario y las sociedades por acciones

El crédito bancario contribuye a la separación del capital propiedad y el capital función, pero se concede por un tiempo limitado y en proporción al patrimonio del deudor.

Surge, por tanto, la necesidad de formas de cen- tralización de capitales que rebasen los límites del crédito bancario. Esta función la vienen a cumplir las sociedades por acciones.


El capital ficticio

El capital ficticio es un capital formado por accio- nes y bonos públicos, que proporcionan dividendos e intereses y se negocian en el mercado de valores.

En la época de Marx, las sociedades por accio- nes constituyeron el preludio del surgimiento de los monopolios.

El capital ficticio alcanza su máximo desarrollo en la época del capitalismo monopolista.


El capital financiero y el capital industrial

El movimiento del capital financiero llega a subor- dinar al movimiento del capital industrial, incluso lo incluye:

Ft G.e- G. e/i- A- -D- M...P...M´-D´ D- M ...P...M´-D+d

Mp Rt- R/i -D-M...P...M´-D´

---------------------------- ------------------ ----------------------

Capital industrial Capital ficticio Capital industrial

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Capital financiero


En este esquema hemos presentado el capital industrial en forma muy resumida: D-M...P...M´-D´ (como capital dinero).

El capital ficticio lo hemos representado también en forma resumida, como la ganancia del empresa- rio capitalizada (G.e/i) para acceder al capital ajeno en forma de acciones y valores ficticios de todo tipo, como fuente para la inversión real.

Y también hemos presentado el precio irracional de la tierra como renta capitalizada (R/i) que tam- bién puede quedar sometida al movimiento de una economía de burbuja.

El término “capital ficticio” puede llamar a engaño, si no se comprende el papel tan importante que ha desempeñado el capital ajeno para potenciar la acumulación capitalista, una vez que surgieron las sociedades por acciones y todas las formas cada vez más sofisticadas de separación del capital pro- piedad y el capital función.

El problema es que el grado de independencia del capital ficticio del capital real, hace que la espe- culación se haga extremadamente peligrosa para el capital real.

Ernesto Che Guevara muy tempranamente com- prendió que sin una banca central bien conducida por un Estado legítimo representante de los inte- reses nacionales, no era posible contar con una política monetaria y crediticia soberana. Llama la atención la vigencia que tiene este principio.

El respeto teórico del Che por la obra científica de Marx y muy especialmente por lo que representó El Capital en el decir de Marx: un triunfo teórico para su partido, está muy presente en el artículo polé- mico del Che: “La Banca, el crédito y el socialismo”.

La banca en el capitalismo y en el socialismo

Los bancos centrales de los países capitalistas desarrollados y lo que es más grave, en los propios países dependientes, están diseñados como instru- mentos de penetración y dominación financiera y monetaria del mundo subdesarrollado.

Ernesto Che Guevara estaba dispuesto a incor- porar todo lo más avanzado de la técnica capitalista que estuviera al alcance de un país subdesarrollado como Cuba, contando para ello con la herencia dejada por los monopolios imperialistas.

Partiendo de Marx, Che expresa:

De hecho, el banco de los monopolios es su pro- pio ministerio de finanzas, es la dualidad de un Estado dentro de otro Estado que se opera en esta etapa.

En los periodos de la construcción de la socie- dad socialista cambian todos los conceptos que amparan la vida política del banco y debe bus- carse otro camino para utilizar su experiencia.

Incluso El Che cita a Carlos Marx:

“Desde el momento mismo de nacer, los grandes bancos, adornados con títulos nacionales, no fueron nunca más que sociedades de especula- dores privados que cooperaban con los gobier- nos y que, gracias a los privilegios que estos le otorgaban, estaban en condiciones de adelantar- les dinero. Por eso, la acumulación de la deuda pública no tiene barómetro más infalible que el alza progresiva de las acciones de estos bancos, cuyo pleno desarrollo data de la fundación del Banco de Inglaterra (en 1694).

”El Banco de Inglaterra comenzó prestando su dinero al gobierno a un 8 por 100 de interés; al mismo tiempo quedaba autorizado por el par- lamento para acuñar dinero del mismo capital, volviendo a prestarlo al público en forma de bille- tes de banco. Con estos billetes podía descontar letras, abrir créditos sobre mercancías y comprar metales preciosos. No transcurrió mucho tiempo antes de que este mismo dinero fiduciario fabri- cado por él le sirviese de moneda para saldar los empréstitos hechos al Estado y para pagar, por cuenta de este, los intereses de la deuda pública.

”No contento con dar una mano para recibir con la otra más de lo que daba, seguía siendo, a pesar de lo que se embolsaba, acreedor perpetuo de la nación hasta el último céntimo entregado. Poco

a poco, fue convirtiéndose en depositario insus- tituible de los tesoros metálicos del país y en centro de gravitación de todo el crédito comercial (Che Guevara, 1970: 290).

Siguiendo el “buen ejemplo” del Banco de Ingla- terra, ¿qué hace el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos? No solo hace exactamente lo mismo; sino que lo desarrolla a escala mundial, al convertirse el dólar en la divisa internacional.

El Banco Central de Estados Unidos fue creado bajo la inspiración de los Morgan, los Warburg, los Rockefeller, los Rothchild: la Ley o Acta de la Reserva Federal fue creada por banqueros, no por legisladores, en 1913.

Para ser electo W. Wilson, recibió el apoyo de los banqueros, quien se comprometió a aprobar la ley. El Banco de la Reserva Federal es una institu- ción privada que le suministra “dinero” a interés al gobierno (al Tesoro).

M. A. Rothchild: “Denme el control del suminis- tro de dinero de una nación y no me interesa quien haga sus leyes”.


La dolarización y la competencia espuria de los Estados Unidos

Las monedas no son dinero porque el Estado las acuñe. Y, sin embargo, después de la Segunda Guerra Mundial el dólar norteamericano ($) cobra tal preponderancia en el sistema monetario inter- nacional, que desde entonces da la impresión de que el Estado norteamericano tiene la capacidad de acuñar dinero mundial:

.....MMMMMMM. M

¿ $ $ $ $ $ $ $ $. (circulación)

.....MMMMMMM M.....


¿Es posible seguir exportando inflación dolarizada como solución a la crisis actual?

El aumento del endeudamiento norteamericano hace que el resto del mundo rechace cada vez más el sistema financiero mundial sobre la base del dólar, factor fundamental de crisis e inflación generalizada a nivel global.


Sección sexta. La renta del suelo

La renta del suelo a pagar por el empresario es expuesta por Marx en la sexta sección del Tomo III.

La renta absoluta debe desaparecer cuando el monopolio de la propiedad privada sobre la tierra desaparezca.

Pero la renta diferencial puede persistir en el socialismo.


Sección séptima. La plusvalía y sus formas transfiguradas

En el proceso de formación de la ganancia media figuran, además del capital industrial y agrícola, el capital comercial, el capital a crédito, el capital ban- cario y el capital ficticio.

Por tanto, la plusvalía social se distribuye entre todos los capitales que participan, ya sea entre los sectores donde se crea la plusvalía o los sectores que contribuyen a crearla.


CONCLUSIÓN

“Desde la aparición de El Capital, los revolucio- narios del mundo tuvieron un monumento teórico que esclarecía los mecanismos del sistema capita- lista y la lógica interna de su irremediable desapari- ción. Sin conocer El Capital no se es economista en el pleno y honroso sentido de la palabra” (Guevara, 2006: 25).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Che Guevara, E. (1970). La Banca, el crédito y el socialismo. En: Obras, 1957-1967. Tomo II. La Habana: Casa de las Améri- cas, p. 290.

Engels, F. (1975). Sobre El Capital. La Habana: Editorial de Ciencias sociales.

Guevara, E. (2003. Gran debate sobre la economía en Cuba 1963-1964. OceanPress.

Guevara, E. (2006). Apuntes críticos a la Economía Política. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales.

Lebowitz, m. (2008). Más allá de El Capital. La economía po- lítica de la clase obrera. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales.

Marx, C. (1973). El Capital. Tomos I, II y III. Instituto Cubano del Libro.

Marx, C. y Engels, F. (1976). Cartas sobre El Capital. Editorial de Ciencias Sociales.

Marx, C. (1965). Historia crítica de la teoría de la plusvalía. Vo- lumen I. La Habana: Ediciones Venceremos.

Meszaros, I. (2001). Más allá del capital. Valencia-Caracas: Va- dell Hermanos Editores, C. A.

Perzabal Marcué, C. (2018). Para estudiar El Capital de Karl Marx. Guiones de Estudio y Metodológicos. Tomos I y II. Ciudad de México: Rosa Luxemburgo Stifung.

Piketty, Th. (2014). El Capital en el siglo XXI. Chile: Fondo de Cultura Económica.

Rosemberg, D. (1979). Comentarios a los tres tomos de El Capi- tal. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales.