Relaciones Cuba-China: análisis crítico de problemas y oportunidades en la investigación cultural contemporánea
Cuba-China relationship: critical analysis of problems and opportunities in contemporary cultural research
Dr. C. Suleidis Sanabria Acosta*
Doctora en Ciencias en Antropología Cultural. Profesora en el Instituto de Turismo y Hostelería de Nanjing, China.
suleidis.sanabria@hotmail.com 0000-0002-4780-5370
Dr. C. Jesús Guanche Pérez
Doctor en Ciencias en Antropología. Profesor e investigador titular de la Universidad de Estudios Internacionales de Hebei, China. jguanche@hotmail.com 0000-0002-2465-8443
*Autora para la correspondencia: suleidis.sanabria@hotmail.com
Cómo citar (APA, séptima edición): Sanabria Acosta, S., & Guanche Pérez, J. (2025). Relaciones Cuba-China: análisis crítico de problemas y oportunidades en la investigación cultural contemporánea. Política Internacional, VII (Nro. 2), 215-226. https://doi.org/10.5281/zenodo.15103869
https://doi.org/10.5281/zenodo.15103869
Recibido: 3 de febrero de 2025
Aprobado: 18 de marzo de 2025
publicado: 7 de abril de 2025
RESUMEN El presente artículo responde a la necesidad de conocer el estado actual de las investigaciones contemporáneas en el campo temático de las relaciones Cuba-China. El mundo contemporáneo y el contexto de globalización pone a la humanidad en constante interacción y con esto la problemática de las relaciones humanas en los contextos de diversidad cultural. Desde la metodología cualitativa se integraron la revisión bibliográfica, el análisis documental e historiográfico y el enfoque teórico multidimensional. Posteriormente se analizaron los datos recopilados mediante técnicas de codificación inductiva-deductiva asistida por software Atlas.ti; y se relacionaron los datos con los documentos para proceder a visualizar en diagramas de Sankey. Esto resultó en la identificación de las principales temáticas abordadas en la relación China-Cuba y con ellos las teorías que predominan en estos estudios; para continuar con un análisis de aquellas que se pueden aplicar en este tipo de investigaciones, que incluyen las cuestiones de diversidad cultural en interacción.
Palabras clave: Cuba, China, estudios contemporáneos, relaciones mutuas.
ABSTRACT This article dialogues the need to understand the current state of contemporary research in the thematic field of Cuba–China relations. The contemporary world and the context of globalization place societies in constant interaction, raising challenges for human relationships in culturally diverse settings. Using a qualitative methodology, this study integrated bibliographic review, documentary and historiographic analysis, and a multidimensional theoretical approach. Data collected were analyzed using inductive–deductive coding techniques assisted by Atlas.ti software. The data were then linked to the documents and visualized using Sankey diagrams. This process led to the identification of the main themes addressed in the Cuba–China relationship, as well as the predominant theories in these studies. Additionally, the article provides a critical analysis of theories that can be applied to such studies, particularly those involving issues of cultural diversity and interaction.
Keywords: Cuba, China, contemporary studies, mutual relations
INTRODUCCIÓN
La diversidad cultural, además de ser considerada por la UNESCO como una fuente de desarrollo en términos económicos, es también un medio para ampliar la experiencia humana en los ámbitos intelectual, moral, espiritual y afectivo.
En la era de la globalización, el contacto y la convivencia entre personas de diferentes contextos culturales se han convertido en una experiencia cotidiana. Sin embargo, estas interacciones no siempre se desarrollan bajo condiciones de equidad y respeto. La interculturalidad, entendida como un proceso dinámico que promueve el diálogo, la integración y el entendimiento mutuo, se enfrenta a desafíos significativos en contextos de diversidad cultural. Estos retos se intensifican cuando las diferencias culturales influyen en la percepción y el comportamiento, generando tensiones que pueden obstaculizar la convivencia armónica y la colaboración efectiva.
China, como potencia emergente, ha implementado políticas gubernamentales destinadas a atraer talento extranjero y fomentar la colaboración académica y profesional. Esta realidad incluye a profesionales de diversos países, entre ellos cubanos, quienes contribuyen en áreas como la educación, el arte, el deporte, ciencia y tecnología, salud, comercio y economía, entre otros; sin embargo, las relaciones interpersonales en este contexto presentan desafíos, ya que las percepciones mutuas están influidas por valores culturales, emociones, narrativas históricas y la experiencia a partir de la interacción.
Es importante resaltar entre estas políticas gubernamentales el «Plan miles de expertos extranjeros»1, «mejora del ambiente para la investigación científica»,2 «apoyo en áreas clave», «Premio de la Amistad del Gobierno de China»3 y la «ampliación de canales para atraer y utilizar el talento extranjero».4 Esto hace que, en el contexto de la educación superior en China, las relaciones entre individuos de diferente identidad cultural sea un elemento de influencia directa, principalmente en centros cuyo perfil es el estudio de lenguas extranjeras. El factor humano se vuelve aquí, el eje central de cualquier tipo de negociación.
El artículo tiene como objetivo identificar las principales limitaciones y brechas en las investigaciones sobre relaciones culturales entre Cuba y China específicamente en los desafíos relacionados con la percepción cultural en contextos de diversidad cultural. Este análisis crítico proporciona una base para futuros estudios que aborden de manera más integral las tensiones y oportunidades en las relaciones culturales contemporáneas.
Según el Ministerio de Educación de la República Popular China (nombre oficial en idioma chino), en el 2019, se registraron 35 instituciones educativas empleadas en cooperación chino-extranjera y en cuanto a la matrícula se registraron 40 millones 20 000 personas recibiendo educación superior en nivel de grado, 2 millones 864 000 estudiantes en posgrado, de los cuales 424 000 vinculados a un programa doctoral y 2 millones 440 000 a maestría. En cuanto a los profesionales, en ese momento se encontraba un aproximado de 17 686 profesores extranjeros a tiempo completo/parcial. En cuanto a pregrado y posgrado se ofrecen un total de 64 cursos de especialización en idioma español.5
Este mercado laboral es un espacio de interés para muchos profesionales cubanos. No solo crecen los vínculos en las áreas comercial y financiera, sino que los lazos políticos, culturales, de educación y seguridad muestran un avance acelerado en las relaciones China-América Latina y el Caribe (Ding, 2021).
Cuba se ha caracterizado por ser un país exportador de profesionales, y en estos momentos China importa este tipo de recurso humano para satisfacer su demanda en diversas áreas científicas. El ámbito donde mayor impacto tiene la influencia cubana está en la enseñanza del español6 y los intercambios académicos en general. Se estima que entre 200 y 450 cubanos podrían estar trabajando como profesores en universidades chinas7.
Sin embargo, esto es difícil de evaluar dada la ausencia de información específica disponible. Esta realidad hace que sea pertinente mirar hacia los aspectos directamente vinculados con las relaciones humanas como punto de partida para el inicio y/o desarrollo de cualquier colaboración.
La colaboración entre chinos y extranjeros destaca la relevancia del discurso sobre diversidad cultural en la política actual. Este enfoque es esencial para preparar profesionales que fomenten relaciones fructíferas con la otredad, un aspecto clave para las relaciones de cualquier tipo.
Métodos
El artículo empleó un enfoque metodológico cualitativo que integró la revisión bibliográfica, el análisis documental e historiográfico, y un enfoque teórico multidimensional. Se analizaron temas de identidad cultural y percepción de la otredad tanto en Cuba como en China mediante un enfoque comparativo.
Selección de Fuentes
Para identificar textos valiosos, se realizó una búsqueda sistemática en bases de datos académicas como ResearchGate, EBSCO, Scopus, Web of Science y SciELO. Se utilizaron palabras clave como: relaciones Cuba-China, cultura, identidad cultural China e identidad cultural Cuba. Los criterios de inclusión incluyeron:
Fuentes publicadas con una antigüedad menor a 5 años.
Documentos en español e inglés.
Estudios que abordan temas relevantes para el análisis cultural y antropológico de las relaciones entre Cuba y China.
Metodología de Análisis
Las fuentes seleccionadas se analizaron mediante métodos de codificación inductiva y deductiva asistidos por el software Atlas.ti, cuya función es la organización, sistematización y análisis de datos mediante sistema de codificación.
• Codificación Inicial: En un primer momento se identificaron conceptos clave a partir de la selección deductiva. Posteriormente se procedió a la codificación inductiva de los datos que emergieron de la lectura detallada y la identificación de patrones y posteriormente se realizó el refinamiento de los códigos para determinar los elementos más relevantes en la bibliografía.
• Síntesis Temática: Uso de herramientas como nubes de palabras y detección de conceptos para visualizar patrones y tendencias en los textos, así como uso de diagrama de fuerza para identificar los grupos temáticos
• Relaciones entre Códigos y documentos: Análisis de las conexiones entre los códigos identificados y los grupos de documentos, sintetizados mediante un diagrama de Sankey que representó las principales ideas y su relación con los documentos analizados.
Aplicación del Enfoque Comparativo
El análisis comparativo se aplicó para identificar similitudes y diferencias en las publicaciones tanto de autores chinos como cubanos; con los enfoques de Cuba y China hacia la identidad cultural y la percepción de la otredad. Esto permitió identificar los puntos de vista específicos de cada interés investigativo.
DESARROLLO
Discusión. La influencia de la cultura china en la cultura cubana
Los estudios sobre la influencia china en Cuba no son recientes ni escasos. Abarcan los ámbitos multidisciplinarios, cronológicos, regionales, históricos, sociales y culturales que evidencian las profundas raíces resultantes de la migración china a Cuba.
Juan Jiménez Pastrana presentó un texto clave para entender cómo la inmigración china contribuyó a la historia de Cuba a través de su trabajo como culíes, como parte de la fuerza laboral en la economía azucarera y en términos de su participación en la conformación de una identidad nacional cubana plural y diversa (1963). La invisibilidad de estos migrantes, quienes a menudo fueron desconocidos en su contribución al desarrollo de la sociedad cubana, se hace visible en «Contribución a la historia de la gente sin historia» (Pérez de la Riva, 1974) y como texto que continúa este rescate histórico está «Los chinos en la historia de Cuba: 1847-1930» que subraya el contexto de la lucha por la independencia y las luchas sociales en Cuba a través de testimonios y documentos históricos (Jiménez Pastrana, 1983).
Además, en la música, la gastronomía y las festividades, contribuyeron a un sincretismo cultural único (Guanche, 1996). Como texto que también tributa a la continuidad de este tema, «Los chinos de Cuba. Apuntes etnográficos» de José Baltar Rodríguez (1997) realiza un estudio interdisciplinario con herramientas tanto históricas como etnográficas, donde destaca conceptos como deculturación, endoculturación e identidad para explicar la adaptación de los chinos a Cuba.
Las huellas en la cultura cubana, específicamente en la gastronomía, las costumbres y el lenguaje, se retoma en «Los culíes chinos en Cuba» (Pérez de la Riva, 2000). Estos estudios contribuyen a la comprensión de la complejidad de las relaciones interculturales y la preservación de la identidad en un contexto migratorio, en temas tan diversos como el efecto de la dinámica migratoria y su influencia en la variante del idioma español hablado en la isla. (Valdés Bernal, 2000). Se constata, desde 1847, el vínculo entre las dos naciones, así como el impacto social de la presencia china en Cuba, incluyendo su contribución a la economía y la cultura del país (García Triana, 2003). Estos estudios se reafirman en «La migración china en Cuba: historia, cultura y transculturalidad» donde corrobora la presencia china en la composición étnica de la nación cubana (Pérez, 2006).
En este tema de la cooperación política se encuentra el «Balance de las relaciones económicas entre China y Cuba: Análisis del periodo 2018-2022» que ofrece un análisis inédito sobre las relaciones entre ambos países en el periodo declarado (Méndez, 2023) y otro aporte desde la Revista Cubana de Economía Internacional aborda las potencialidades existentes en la esfera económica en el auge de las renovadas relaciones (Florido, 2023). Resultan muy importantes estas investigaciones para los estudios de las relaciones internacionales, sin embargo, el componente esencial, que es el factor humano, permanentemente queda al margen de los intereses vinculados a la economía y los intercambios comerciales. La interacción entre los pueblos, las percepciones y las experiencias personales influyen profundamente en el entendimiento mutuo y en el desarrollo de relaciones diplomáticas más sólidas y auténticas.
Los temas que abarcan los ámbitos regionales ofrecen información de los barrios chinos en la región, destacando su evolución histórica y su impacto cultural y económico, así como temas que tratan la filosofía china (el confucianismo específicamente) y su impacto en la cultura cubana. Mercedes Crespo Villate (2019, 2020, 2022) hace generosos aportes para el conocimiento sobre la riqueza cultural de la nación asiática con temáticas tan diversas como historia de las relaciones bilaterales, intercambio económico y comercial, influencia cultural y educativa, cooperación política y estratégica, entre otros. La autora aborda las percepciones desde los intercambios culturales e históricos en textos relevantes que informan sobre el legado chino a la cultura cubana, el intercambio educativo y la diplomacia cultural en el contexto de la contemporaneidad; sin embargo, la solidez en el enfoque histórico-cultural deja una brecha en la evidencia empírica reciente. Asimismo se limita a las experiencias individuales que provienen del intercambio educativo a nivel gubernamental.
La literatura cubana es otra área que se beneficia del interés de los autores; el análisis de obras literarias desde el siglo XIX hasta la actualidad, en autores como José Martí, Julián del Casal, Regino Pedroso y Nicolás Guillén, quienes integran elementos culturales chinos en su textos (Coronel, 2019).
Desde el primer éxodo de China a Cuba, los migrantes en calidad de obreros y condiciones de esclavitud, y su vínculo con las luchas por la independencia se retoma en «Participación de los chinos en las guerras de independencia de Cuba» (Suxiang, 2020), donde resaltan el sacrificio y aportes a la nacionalidad cubana y su proceso de independencia ya anteriormente visualizado por Jiménez Pastrana y Pérez de la Riva. Por otra parte, Jiménez Rojas encauza una revisión historiográfica sobre los temas de la inmigración china en Cuba (2020), donde identifica temas poco explorados en los que incluye la cultura, pero desde la perspectiva del ámbito artístico.
Otro estudio sobre influencias culturales chinas en la formación de la identidad cubana regresa sobre el análisis de temas de identidad como son la culinaria, medicina, religión, música y festividades en el periodo previo a 1960 (Lei, 2021).
Los lazos culturales que unen a los pueblos de ambos países, con énfasis en las relaciones históricas y los posicionamientos ideológicos compartidos se evidencian en el discurso político del texto de A. Jacomino (Ruiz, 2021).
Estos textos coinciden en el aporte de la cultura china a la identidad cultural cubana mediante los procesos de sincretismo y asimilación. Analizados desde la historia, la sociología y los estudios culturales se aproximan a diferentes dimensiones del fenómeno migratorio y cultural chino-cubano.
Principales temas que abordan:
En cuanto a los aspectos vinculados con la cultura, los resultados pueden visualizarse en el gráfico 1.
Se puede resumir que la mayoría de los estudios se enfocan en el periodo inicial de migración china a Cuba, su contribución histórica, y los intereses más contemporáneos ocupan la temática de las relaciones políticas e intereses comerciales. La percepción de la cultura china desde la perspectiva de la identidad cultural cubana sigue siendo un tema con limitados antecedentes específicos en comparación con el enfoque sobre el impacto histórico, social y cultural de la migración china en Cuba.
Los estudios sobre diversidad cultural en China
Los estudios sobre identidad cultural, diversidad y percepción cultural en China se centran en las transformaciones internas del país, analizando tanto las diferencias entre áreas urbanas y rurales como los desafíos que la globalización representa para las tradiciones chinas.
Sin embargo, en los últimos años la interacción de los chinos con los expatriados8 es un tópico que emerge dentro de los temas de interés. Estudios recientes exploran las dinámicas de cambio social y político en la China contemporánea, su influencia en la percepción de la identidad cultural como proceso que genera tensiones culturales (Liu H. , 2012); analizan los procesos de integración cultural de los expatriados en Beijing, y la integración de los extranjeros en la vida cultural de la sociedad china, que dan lugar a tensiones entre la identidad cultural china y los valores y costumbres extranjeras (Liu X., 2012). Este artículo específico corrobora la percepción de los extranjeros como una amenaza en lugar de ver las potencialidades a partir de la interacción y el intercambio de conocimiento mutuo. Por otra parte, los migrantes extranjeros que viven en China experimentan la integración cultural, según Zhao (2014); consideran las ciudades de Beijing, Shanghái y Guangzhou como un entorno multicultural donde las instituciones gubernamentales se esfuerzan por gestionar la diversidad y promover la integración. Un estudio sobre los expatriados en Shanghái afirma la formación de una identidad híbrida debido al proceso de ajuste cultural (Li, 2017). La investigación presenta enfoque antropológico con observación participante y entrevistas en profundidad a expatriados y locales, sin embargo, para aplicar de manera efectiva la teoría de la aculturación, se necesita al menos detallar cómo las personas manejan las tensiones entre su cultura de origen y la cultura anfitriona. Asimismo, se dejan al margen las estructuras de poder y las políticas públicas que influyen en el proceso de integración.
Son las grandes urbes los centros de atención para la mayoría de los estudios. La presencia de extranjeros y su impacto en las transformaciones culturales en las principales ciudades chinas transforman la cultura local en aspectos como la gastronomía, la música, el arte y la moda. Desde la sociología y métodos mixtos, se combina el análisis cuantitativo de encuestas a extranjeros y residentes locales con entrevistas cualitativas sobre la percepción de la diversidad cultural (Xu, 2019). Este estudio específico reduce la percepción cultural a la relación con las manifestaciones del arte, la moda y las costumbres gastronómicas, lo que sugiere el uso de este concepto con limitada profundidad.
La integración de trabajadores extranjeros en China, particularmente en los sectores de manufactura y tecnología, aborda las diferencias en los estilos de comunicación y las dificultades en la adaptación al sistema laboral chino. Aunque identifica oportunidades para el intercambio cultural y la colaboración interétnica y por consiguiente lo asume como un diálogo intercultural, el estudio discute el sentimiento de inclusión entre los trabajadores extranjeros (Guo, 2020). Otro motivo de debate está en las tensiones que surgen entre los esfuerzos por mantener la identidad cultural china y la apertura cultural hacia el exterior a causa del impacto de las culturas extranjeras sobre la sociedad china (Zhang, 2022).
Se puede concluir que el interés de la producción científica en China con temática sobre diversidad cultural tiende a adoptar un enfoque sociológico y con menor frecuencia abordan perspectivas antropológicas. Las teorías predominantes, como la teoría de la aculturación de Berry, el choque cultural de Hall y la hibridación cultural, se aplican principalmente a los expatriados sin reflexionar con profundidad sobre la cultura china como parte activa del intercambio. Este enfoque etnocéntrico limita la comprensión de la interacción intercultural, ya que no aborda cómo los chinos también negocian su identidad cultural en este proceso. Esto refleja el discurso oficial que enfatiza la singularidad y autosuficiencia de la cultura china, a pesar de que los estudios a menudo dependen de teorías occidentales. Otro aspecto para tener en cuenta es la evidente tendencia hacia el multiculturalismo, pues se recurre a la adaptación cultural como modelo de coexistencia en lugar de transformación mutua. La comprensión de la diversidad cultural como un fenómeno bidireccional incluye un elemento transformado, en cambio el multiculturalismo asume la coexistencia, pero no la transformación.
Resultados
Teorías de la Percepción y su vínculo con la antropología cultural
La percepción y la cultura son propiedades inherentes del ser humano y se moldean a través de las experiencias en el entorno que las rodea. En una relación bidireccional se asegura que las interpretaciones de cada persona sean coherentes con las expectativas y normas culturales de su entorno.
«La cultura es el lente a través del cual miramos el mundo, y esta lente condiciona y guía nuestra percepción de la realidad» (Hall, 1978). Su aplicación práctica se encuentra en los ámbitos de la comunicación intercultural para las negociaciones internacionales, la publicidad, el marketing, la gestión de equipos con características de diversidad cultural en ámbitos laborales y otros espacios donde concurren diferencias culturales. Las categorías de pensamiento, los valores y las normas culturales no solo influyen en las percepciones, sino que también constituyen el marco dentro del cual los individuos interpretan y organizan sus experiencias. «Las experiencias sensoriales se interpretan y adquieren significado dentro de un marco cultural específico, aprendido desde la infancia» (Melgarejo, 1994).
Estas teorías de la percepción, reforzadas con un enfoque cultural, ayudan a la comprensión de las diferentes culturas y la forma en que los sujetos propietarios de la misma perciben y experimentan el mundo.
Las culturas pueden analizarse a través de dimensiones como el individualismo-colectivismo, la distancia al poder, la aversión a la incertidumbre, tal como plantean (Trompenaars, 1997; Schwartz,1999; Hofstede, 1980) en la teoría de los marcos culturales. Esta teoría nos permite comprender cómo las personas interpretan las interacciones y comportamientos en culturas diferentes a la propia, influidas por valores y normas profundamente arraigados que se transmiten por conocimiento cultural.
La convivencia en espacios de diversidad donde se propician interacciones, no solo están minados de elementos para la comprensión, sino que además exige una necesidad de acercamiento condicionado por la convivencia. Esto lo explica la teoría de la acomodación cultural. Según su principal autor, Howard Giles, las personas ajustan su comunicación verbal y no verbal para alinearse con las normas de la cultura del interlocutor, buscando aceptación o diferenciación (Giles, 1991). Sin embargo, este proceso puede resultar agotador y poco sostenible en interacciones prolongadas.
Generalmente se espera que los individuos de culturas minoritarias o menos dominantes realicen más esfuerzo para acomodarse, lo que trae como consecuencia una nueva forma de colonialismo cultural marcado por la violencia simbólica cuando no se respetan las diferencias.
Es aquí donde la interacción adquiere un carácter multicultural basada en relaciones de subordinación. Entonces toma protagonismo la Teoría de los contactos interculturales como campo de estudio al que contribuyen varios autores (Allport, 1954; Hall E., 1976; Gudykunst, 1995; Berry, 1997), que plantean que, el contacto directo entre culturas puede reducir los prejuicios, pero solo bajo ciertas condiciones, como igualdad de estatus y metas comunes. Es decir que, a medida que las personas tienen más interacción con otras culturas, su percepción puede volverse más positiva y matizada, disminuyendo estereotipos. Sin embargo, en caso de que no se presenten las condiciones adecuadas donde deben prevalecer las interacciones positivas, ocurrirá el efecto adverso y las interacciones reforzarán los prejuicios en lugar de reducirlos.
Las interacciones generan respuestas afectivas debido a la experiencia. Estas respuestas abarcan un amplio panorama de emociones donde se puede encontrar alegría, confianza, miedo, sorpresa, tristeza, aversión, ira, anticipación como emociones principales, las que a su vez presentan matices que las hacen evolucionar hacia sentimientos más complejos. De esta forma se posicionan las emociones, como mediadoras de la percepción. Por ejemplo, una experiencia positiva en un contexto cultural diferente puede generar emociones como alegría y respeto, lo que lleva a una percepción positiva de esa cultura. Tanto la empatía como la comprensión pueden facilitar la apreciación de otras culturas para mejorar la percepción cultural; sin embargo, los prejuicios y estereotipos generan emociones negativas como el miedo o la desconfianza que a su vez refuerzan la percepción negativa de otras culturas. Este proceso reafirma la teoría de los contactos interculturales de Gordon Allport y otros.
Se puede resumir que la percepción es un proceso mediado por la cultura en estrecha relación con la experiencia y que, además, estimula el desarrollo del conocimiento. Las emociones desempeñan un papel crucial en este proceso, ya que influyen en cómo explicamos nuestra experiencia y la posterior toma de decisiones. La relación entre percepción cultural y emoción es un proceso dinámico formado, de manera continua, por la interacción y el entorno. Su comprensión permite gestionar problemas prácticos en la diversidad cultural y la promoción de relaciones cordiales en contextos donde confluyen identidades culturales diferentes.
Los factores históricos, sociales y culturales que influyen en la formación de la identidad cultural, destacan la importancia de la memoria colectiva, las tradiciones y las dinámicas sociales en la configuración del "yo" y del "nosotros" (Molina, 2001). Sin embargo, las identidades también pueden convertirse en factores de conflicto, exclusión y segregación cuando debieran ser un patrimonio compartido y fuente de enriquecimiento mutuo (Guanche, 2018). Estos elementos, al ser personalizados, contribuyen a la construcción de la percepción que se tiene de sí mismo y de la otredad; que provee los símbolos y marcos interpretativos necesarios para este proceso.
Interactuar con la otredad fortalece la identidad propia e incorpora elementos que fomentan una actitud de aceptación y valoración de las diferencias en un ambiente de respeto y tolerancia. Esta interacción se evidencia con mayor fuerza en contextos de diversidad cultural.
Para ello, se configura como un elemento fundamental para las relaciones humanas, ya que permite el encuentro y el intercambio de valores, tradiciones, lenguas y formas de vida entre personas de diferentes contextos. En este proceso, la experiencia ejerce un papel crucial como mediadora de procesos de construcción y transformación de percepciones, pues las diferencias culturales pueden influir en cómo cada individuo o grupo interpreta las acciones, las palabras y los comportamientos del otro. Las percepciones, moldeadas por las propias experiencias culturales, pueden generar malentendidos o, por el contrario, abrir el camino a un mayor entendimiento mutuo. De este modo, la interacción intercultural no solo pone en evidencia la riqueza de la diversidad cultural, sino que también plantea retos en cuanto a la adaptación y la superación de estereotipos.
Desde la perspectiva de la antropología cultural, la percepción no es un proceso puramente cognitivo, sino una construcción simbólica mediada por los sistemas culturales, sociales e históricos de cada grupo. Según Vargas Melgarejo (1994), la percepción cultural implica un proceso de selección y elaboración simbólica que atribuye características cualitativas al entorno desde los referentes culturales específicos del grupo.
En este marco, la interacción entre cubanos y chinos no solo implica la transferencia de conocimientos, sino también la reinterpretación de significados culturales. La percepción del "otro" se construye a través de emociones, experiencias y narrativas que surgen en el contacto entre portadores culturales. Las emociones, como mediadoras de estas interacciones, reflejan tanto tensiones (frustración, confusión) como oportunidades (admiración, aprendizaje).
El concepto de cultura como sistema de significados de Clifford Geertz (1973) incluye a los símbolos culturales como el lenguaje, arte, rituales y demás elementos en estrecha relación con la manera en que las personas interpretan las interacciones culturales. Este filtro es explicado desde el concepto de semiosfera de Yuri Lotman (1990) que, asume el espacio semiótico como un contexto simbólico donde los significados circulan, se transforman y comunican en interrelación con la otredad. Un espacio con límites y fronteras que determinan tanto el aprendizaje como la negociación.
Este proceso da como resultado la posibilidad de discernir acerca de cómo vemos al otro y en consecuencia dar paso a las teorías del choque cultural (Edward T. Hall) ya explicada anteriormente, a la teoría de la aculturación (John W. Berry) que propone que las personas que pertenecen a diferentes culturas pueden adaptarse de distintas maneras a una nueva cultura; incluso a procesos de transculturación (Palmié, 2019).
Las investigaciones sobre las relaciones culturales Cuba-China proporcionan una base sólida sobre el vínculo entre ambos países; sin embargo, sus debilidades destacan la necesidad de un enfoque más específico y detallado en la percepción cultural individual mediadas por las emociones resultantes de las interacciones culturales.
La relación entre Cuba y China se distingue por un intercambio histórico y político significativo. Ambos países comparten elementos ideológicos como el socialismo, pero presentan marcadas diferencias en sus tradiciones culturales. Este contraste proporciona un terreno fértil para el análisis antropológico de las percepciones mutuas y las dinámicas de interacción cultural.
Por ejemplo, mientras los cubanos valoran la expresividad emocional y favorecen la interacción directa, los chinos tienden a priorizar una comunicación indirecta basada en el respeto a la jerarquía y la armonía social. Estas diferencias, aunque pueden generar malentendidos en las interacciones cotidianas, también abren oportunidades para enriquecer el entendimiento intercultural y destaca las posibilidades de aprendizaje mutuo.
En el caso de Cuba, la identidad cultural nacional se forjó en torno a valores como la solidaridad, el colectivismo y la expresividad, lo que desempeña un papel clave en cómo los cubanos perciben la otredad. Por otra parte, los valores chinos como la jerarquía, la armonía y el respeto a las normas sociales constituyen otro conjunto de valores y normas que median en la percepción.
CONCLUSIONES
Las investigaciones existentes en la relación China-Cuba han priorizado el análisis histórico, político y económico, dejando en un segundo plano el factor humano y las percepciones culturales contemporáneas.
Existe una carencia de estudios empíricos recientes que exploren cómo las interacciones culturales actuales entre cubanos y chinos moldean las percepciones en contextos de interacción cultural.
En China, los estudios sobre diversidad cultural tienden a centrarse en la gestión de minorías étnicas y las transformaciones internas, relegando el análisis de la interacción con expatriados y su impacto en la identidad cultural china. Los temas relacionados con el ámbito hispanohablante se concentran en temas de economía y mercado, lo que reafirma la limitada atención que se ofrece al factor humano en las relaciones de interacción e intercambio.
El enfoque sociológico predomina sobre el antropológico, lo que limita una comprensión más profunda de las dinámicas culturales.
Tanto en Cuba como en China, las percepciones culturales están marcadas por estereotipos, tensiones y enfoques unilaterales, lo que dificulta un diálogo cultural efectivo.
Los estudios sobre la interacción intercultural en China tienden a reflejar un discurso oficial que prioriza la autosuficiencia cultural, limitando el análisis transformador de las relaciones con culturas extranjeras, sumado a esto existe una dependencia de las teorías occidentales que resultan limitadas en su aplicación al contexto chino.
Es crucial desarrollar investigaciones que integren enfoques antropológicos y sociológicos, con énfasis en las percepciones culturales y las emociones como mediadoras de las relaciones entre Cuba y China, debido a las necesidades mutuas. En Cuba es imperativo estimular las relaciones comerciales con China y en China resulta muy necesaria la colaboración científica cubana en muchos renglones donde se incluye el ámbito de la enseñanza universitaria.
La comprensión de la diversidad cultural debe evolucionar de un modelo de coexistencia pasiva (multiculturalismo) hacia uno que fomente la transformación mutua y el aprendizaje (intercultural) para minimizar las situaciones de violencia simbólica debido al desconocimiento.
Ante estos planteamientos es valioso considerar los estudios sobre interacciones culturales contemporáneas y sus implicaciones en la construcción de sentido; así como explorar el impacto de los intercambios culturales en las relaciones diplomáticas y comerciales entre ambos países, abordando las tensiones desde una perspectiva empírica que vincule las experiencias personales con los marcos culturales más amplios, que incluyan elementos de la identidad cultural y los significados como construcciones subjetivas que moldean la actitud.
notas
1 El gobierno chino otorga subvenciones de un millón de yuanes a cada extranjero que se incluya en el plan de larga duración, asimismo proporciona subvenciones salariales y fondos de investigación para las empresas que los contratan.
2 Se trata de la actualización de los procedimientos para acceder a permiso de residencia, solicitud de proyectos, recursos de investigación y protección de los derechos de propiedad.
3 Este premio es el reconocimiento más alto que otorga el gobierno chino a expertos extranjeros desde 1991.
4 Se trata de la política de ampliación de las vías para introducir talento extranjero y que este tribute al desarrollo del país, es decir, permisos de trabajo, visados, condiciones de trabajo.
5 Los datos de la web oficial del Ministerio de Educación de la República Popular China están actualizados hasta 2019 según la consulta realizada el 30/06/2024.
6 Máster o doctores de diversas especialidades ejercen este rol.
7 Estos datos se obtuvieron de una búsqueda de profesionales cubanos que trabajan o han trabajado China en los reportes sobre la colaboración Cuba-China de http://www.mes.edu.cu/; la Universidad de Pekín (http://www.pku.edu.cn/), la Universidad de Estudios Internacionales de Beijing (BFSU) (http://www.bfsu.edu.cn/) que tienen colaboraciones con universidades cubanas; perfiles de LinkedIn.
8 Los expatriados en China son todos los extranjeros que residen temporalmente por razones laborales o educativas, y se benefician de condiciones que facilitan su transición y vida en el extranjero. Generalmente son aquellos académicos de alto prestigio. Su clasificación se basa en el contexto de movilidad internacional, propósito de residencia, y condiciones laborales o educativas. Sin embargo, esta denominación es altamente peyorativa en español pues conduce a sinónimos como desterrado, exiliado, refugiado.
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CONFLICTO DE INTERESES
Los autores declaran que no existen conflictos de intereses relacionado con el artículo.
CONTRIBUCIÓN DE AUTORÍA:
Dra. C. Suleidis Sanabria Acosta: Conceptualización, Curación de datos, Análisis formal, Investigación, Metodología, Administración del proyecto, Recursos, Software, Visualización, Redacción – borrador original.
Dr. C. Jesús Guanche Pérez: Supervisión, Visualización, Redacción – revisión y edición
AGRADECIMIENTOS
No aplica.
FINANCIACIÓN
No aplica.
PREPRINT
No publicado.
DERECHOS DE AUTOR
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