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Comunidad de destino compartido para la humanidad: similitudes entre el pensamiento del líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz y el secretario general y presidente chino, Xi Jinping

Community of shared destiny for humanity: similarities between the thinking of the historical leader of the Cuban Revolution, Fidel Castro Ruz, and the Chinese Secretary General and President, Xi Jinping

 

M. Sc Alberto J. Blanco Silva

Máster en Ciencias. Especialista del Ministerio de Relaciones Exteriores, Embajador de la República de Cuba ante la República Popular China. La Habana, Cuba. cutura@embacuba.cn , 0009-0007-0117-5733

Cómo citar: Blanco Silva, A. J. (2024). Comunidad de destino compartido para la humanidad: similitudes entre el pensamiento del líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz y el secretario general y presidente chino, Xi Jinping. Política internacional, VI(Nro. 4), 321-325. https://doi.org/10.5281/zenodo.13857287

DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.13857287

 

Recibido: 23 de mayo de 2024

Aprobado: 29 de junio de 2024

publicado: 9 de octubre de 2024

 

RESUMEN En 2023 se conmemora el décimo aniversario de la presentación del concepto de "Comunidad de destino compartido para la humanidad" por el presidente Xi Jinping, que busca promover la solidaridad, la equidad y la justicia en un mundo donde prevalezca la armonía en la diversidad. Esta iniciativa surge como respuesta a la necesidad histórica global de superar las desigualdades y exclusiones impuestas por el colonialismo y el subdesarrollo. Enfatiza además la necesidad de rechazar la imposición de un modelo único a nivel global, al tiempo que se defiende el derecho al desarrollo sostenible e inclusivo. China se posiciona como líder en la promoción de esta visión a través de acciones concretas como iniciativas globales, cooperación Sur-Sur y participación en organismos internacionales. Sin embargo, enfrenta resistencia por parte de países que, como Estados Unidos y sus aliados, buscan mantener el statu quo imperante. En este contexto, se destaca la colaboración entre Cuba y China, basada en la igualdad y el respeto mutuo, como un ejemplo de cooperación en la construcción de esta comunidad de destino compartido. Igualmente, la declaración final de la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G-77 y China, que tuvo lugar en 2023 en La Habana, Cuba, reafirma la necesidad de una cooperación global para alcanzar un desarrollo científico y tecnológico equitativo.

Palabras claves: Comunidad de destino compartido, Fidel Castro Ruz, Xi Jinping, Solidaridad, Equidad, Cooperación global

 

 

ABSTRACT 2023 marks the tenth anniversary of the presentation of the concept of “community of shared destiny for humanity” by President Xi Jinping, which seeks to promote solidarity, equity and justice in a world where harmony in diversity prevails. This initiative arises in response to the historic global need to overcome the inequalities and exclusions imposed by colonialism and underdevelopment. It also emphasizes the need to reject the imposition of a single global model, while defending the right to sustainable and inclusive development. China positions itself as a leader in promoting this vision through concrete actions such as global initiatives, South-South cooperation and participation in international organizations. However, it faces resistance from countries, such as the United States and its allies, that seek to maintain the status quo. In this context, the collaboration between Cuba and China, based on equality and mutual respect, stands out as an example of cooperation in the construction of this community of shared destiny. Likewise, the final declaration of the Summit of Heads of State and Government of the G-77 and China, which took place in 2023 in Havana, Cuba, reaffirms the need for global cooperation to achieve equitable scientific and technological development.

Keywords: Community of Shared Destiny, Fidel Castro Ruz, Xi Jinping, Solidarity, Equity, Global Cooperation

 

 

En el 2023 celebramos el 10mo. aniversario de la presentación del concepto de la “comunidad de destino compartido para la humanidad” por el secretario general y presidente Xi Jinping, una iniciativa tan loable como oportuna. La aspiración de China de construir un mundo donde prime la armonía en la diversidad, resulta una respuesta responsable ante una necesidad histórica global.

Los países del Sur hemos sufrido durante siglos las nefastas consecuencias de la esclavitud, el saqueo, el colonialismo, el subdesarrollo, siempre en beneficio del capital de un grupo reducido de países, que promovieron lógicas de intercambio egoístas y discriminatorias y que hoy ignoran nuestro derecho al desarrollo y al bienestar.

Debemos rechazar la imposición de un modelo único a nivel global con patrones insostenibles, al tiempo que no renunciamos al legítimo derecho a un desarrollo sostenible e inclusivo.

Cuba ha abogado incansablemente por imprimir un cambio significativo a esta dinámica global. Y lo ha hecho no solo desde el discurso político. La presencia de amplios contingentes de médicos y profesores cubanos en los países más desfavorecidos, siempre de manera altruista y sin condicionamientos de ningún tipo, evidencia el carácter humanista, solidario e internacionalista de nuestra Revolución. La elección de Cuba, como presidente pro témpore del G-77 y China, fue una expresión del fracaso de la política de EE.UU. de aislamiento a un pequeño país en desarrollo.

En la Cumbre Sur celebrada en La Habana hace 23 años, el líder histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro expuso y cito: “La globalización es una realidad objetiva, que pone de manifiesto nuestra condición de pasajeros en un mismo barco, este planeta habitado por todos. Pero en ese barco los pasajeros viajan en condiciones muy desiguales. Una exigua minoría viaja en camarotes de lujo dotados de Internet, teléfonos celulares, acceso a redes globales de comunicación; disponen de dieta alimenticia abundante y balanceada; consumen agua limpia; tienen atención médica sofisticada y acceso a la cultura. Una abrumadora y doliente mayoría viaja en condiciones que semejan las horribles travesías del comercio de esclavos entre África y América en el pasado colonial. Hacinados en bodegas insalubres, con hambre, enfermedad y desesperanza, viajan en ese barco el 85% de sus pasajeros. Es evidente -continuaba expresando- que carga demasiada injusticia para mantenerse a flote, y sigue un curso tan irracional y absurdo que no puede ser capaz de arribar a puerto seguro”, fin de la cita.

Con esa metáfora, ilustraba la imperiosa necesidad de aunar nuestras fuerzas como comunidad internacional para salvar al planeta y a la humanidad, y preservar el futuro de nuestros hijos y nietos.

La propuesta lanzada por el secretario general y presidente Xi Jinping en el año 2013 coincide con esa visión, pues entiende que se precisa emplear la globalización para promover la solidaridad, la equidad y la justicia. Y utilizando una metáfora similar, el Secretario General y presidente chino señalaría en la Conferencia anual del Foro de Boao para Asia 2022, y cito: “Todos los países están a bordo de un mismo barco que se enfrenta a oleajes impetuosos avanzando hacia un futuro brillante, por lo que debemos permanecer juntos y unidos, es inaceptable intentar echar a alguien al mar…Tanto a aquellas personas que causan daño a otras como sus víctimas saldrán perjudicadas”, fin de la cita.

Ambos líderes y estadistas coincidieron en afirmar que somos pasajeros de un mismo barco, al tiempo que rechazan y consideran inaceptables tanto las desigualdades, como las exclusiones; son tan irracionales y absurdas que no pueden conducir al barco a un puerto seguro.

El loable concepto de “Comunidad de destino compartido para la humanidad” parte del elemento fáctico de que nuestros destinos y nuestro bienestar están conectados, a pesar de nuestra propia diversidad. Por ello, y por la magnitud de los desafíos que enfrenta hoy la comunidad internacional, se precisa construir un sistema abierto e inclusivo, donde prime la paz, la seguridad y la prosperidad común mediante la unificación de los esfuerzos y las capacidades de todos los actores internacionales, superando todas las barreras.

Desafortunadamente, esta acertada concepción ha sido apreciada por Estados Unidos y sus aliados como una “amenaza al status quo imperante”. Y quienes una vez fueron promotores de la globalización, hoy son los principales generadores de la antiglobalización, que pretende fragmentar al mundo, aplicar raseros ideológicos, limitar el intercambio de tecnologías, conocimientos, bienes y servicios a fin de frenar el desarrollo de las naciones del sur global. Una vez más, anteponen de manera egoísta sus intereses a los de la humanidad.

La mejor manera de promover el multilateralismo, no es levantando muros, imponiendo medidas proteccionistas, distorsionando y politizando las reglas del comercio global, exportando armas, bloqueando el acceso a las tecnologías o tratando de cortar las cadenas industriales y de suministros globales.

Hay un uso y abuso de las medidas de coerción económica y de la intolerancia ideológica y cultural, como instrumentos de política exterior, por parte de EE.UU. y algunos países occidentales. Son algunos de los desafíos que enfrenta la gobernanza mundial y que sugieren la transformación de un orden internacional profundamente desigual y antidemocrático.

La sabiduría de China ha permitido avizorar el escenario actual de las relaciones internacionales. Quizá por ello y por la necesidad de explorar caminos alternativos hacia el desarrollo de la humanidad en su conjunto –y no de una parte de ella-, China formula el concepto de “Comunidad de destino compartido”. Pero su verdadero mérito yace en ir más allá de la simple formulación y configurar acciones concretas para su efectiva materialización. Baste mencionar el lanzamiento de cuatro iniciativas globales, sus fondos para la cooperación Sur-Sur y su Ayuda Oficial para el Desarrollo a cientos de países; la promoción de la ampliación del BRICS; su comprometida participación en el G-77 y China; su activa defensa del papel de las Naciones Unidas; la construcción de un mundo multipolar y su defensa del verdadero multilateralismo.

China cuenta con toda la autoridad y prestigio internacionales para promover la construcción de una comunidad de destino compartido. Y en su legitimidad, alcanzada de manera democrática, sin coacción y por méritos propios, se estrellan hoy las campañas de descrédito que se orquestan desde Occidente. Tantos gobiernos y pueblos no pueden estar equivocados ni ser manipulados.

Cuba, que ha sufrido un inhumano y genocida bloqueo impuesto por Estados Unidos por más de 60 años, ha demostrado su capacidad de resistencia y de preservar su soberanía e independencia. Hemos manifestado, asimismo, de manera permanente y pública nuestro respaldo a las propuestas y acciones de China para darle vida a la comunidad de destino compartido. Aprovechando nuestras propias fuerzas y capacidades, hemos contribuido a ese gran objetivo común en el sur global.

Durante la histórica visita a China de nuestro presidente Miguel Díaz-Canel en noviembre del 2022, la primera de un mandatario latinoamericano tras la celebración del XX Congreso del Partido Comunista de China, ambos países declaramos nuestra determinación de promover, conjuntamente, la construcción de una comunidad de futuro compartido entre Cuba y China y para toda la humanidad. Ese acuerdo situó una vez más a Cuba en la vanguardia de las relaciones entre China y América Latina y el Caribe.

Los vínculos entre Cuba y China han devenido en un referente de cooperación, sobre la base de la igualdad y el respeto mutuo, entre un país grande y uno pequeño, ambos socialistas y entre una nación latinoamericana y la única e indivisible China.

En la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G-77 y China celebrada en septiembre del 2023 en La Habana, nuestro presidente Miguel Díaz-Canel señaló y cito: “El único camino válido para que esta nave mundo no termine como el Titanic, es la cooperación, la solidaridad, la filosofía africana del Ubuntu, que entiende el progreso humano sin exclusiones, donde el dolor y la esperanza de cada uno sea el dolor y la esperanza de todos”, fin de la cita. Y ello, en otras palabras, es la propia esencia del concepto de comunidad de destino compartido, cuyo lanzamiento celebramos el pasado año.

El evento de los países del sur global, al que asistieron más de 1 300 participantes, en representación de 116 países y 12 organizaciones, agencias y programas del sistema de Naciones Unidas, reafirmó la existencia de una preocupación general por el injusto orden económico internacional actual y los efectos de la crisis multidimensional global. Su Declaración Final, aprobada por aclamación, refrendó la firme convicción de que todos los Estados y partes interesadas deben consagrarse colectivamente a la consecución del desarrollo mundial y de una cooperación para el desarrollo científico y tecnológico (…) que puede aportar enormes beneficios a todos los países y a todas las partes del mundo en la construcción de una comunidad de futuro compartido para la humanidad.”

Ni las desigualdades, ni las exclusiones podrán conducir el barco en el que todos navegamos a un puerto seguro. Un mundo mejor es posible.

CONFLICTO DE INTERESES

El autor declara que no existen conflictos de intereses relacionado con el artículo.

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