Una aproximación a la geopolítica de las lenguas en el continente africano

An approach to the geopolitics of languages on the African continent

 

M. Sc. Alfredo Portillo

Master en Ciencias Políticas. Profesor titular e investigador de la Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela.

alportillo12@gmail.com 0009-0005-9706-8160

Cómo citar: Portillo, A. (2024). Una aproximación a la geopolítica de las lenguas en el continente africano. Política internacional, VI(Nro. 4), 89-98. https://doi.org/10.5281/zenodo.13856924

DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.13856924

 

Recibido: 9 de agosto de 2024

Aprobado: 12 de septiembre de 2024

publicado: 9 de octubre de 2024

 

 

RESUMEN La palabra geopolítica está asociada a rivalidades de poder en los territorios, y son múltiples los factores que dan lugar a éstas. A menudo se habla de geopolítica del agua, de los minerales, de las religiones e incluso de las lenguas. En este último caso se toma en cuenta que las lenguas, además de instrumentos de comunicación entre los seres humanos, también son elementos de cohesión identitaria, y por lo tanto de diferenciación. En este caso el enfoque se centra en los grupos humanos que hablan determinadas lenguas y en los territorios que estos habitan, o de los que forman parte como elementos constitutivos, para efectos de identificar rivalidades de poder. Un caso muy interesante en este sentido es el continente africano, donde existen unas 2 mil lenguas, entre las implantadas o foráneas y las autóctonas. Esto da lugar a una compleja realidad lingüística que tiene importantes implicaciones geopolíticas. El hecho concreto en este sentido es que, como parte del proceso de descolonización iniciado en la década de 1950 en el continente africano, está el proceso de reafirmación de sus lenguas autóctonas, algunas de las cuales han tenido un rol significativo -y tendrán aún más en el futuro- desde el punto de vista político, económico, educativo y comunicacional, entre las que destacan el suajili, el kirundi, el bambara, el wolof, el amárico y el somalí. Por tal razón, al momento de aproximarse a la comprensión del continente africano, es fundamental tomar en cuenta la dinámica geopolítica de sus lenguas, a fin de completar un esquema de análisis que incluya aspectos económicos, de recursos naturales, demográficos, religiosos, de conflictos interétnicos, entre otros.

Palabras clave: geopolítica, lenguas, rivalidades, territorio, África.

 

 

ABSTRACT The word geopolitics is associated with power rivalries in the territories, and there are multiple factors that give rise to these. We often talk about the geopolitics of water, minerals, religions and even languages. In the latter case, it is taken into account that languages, in addition to instruments of communication between human beings, are also elements of identity cohesion, and therefore of differentiation. In this case, the focus is on the human groups that speak certain languages and the territories that they inhabit, or of which they are part as constitutive elements, for the purposes of identifying power rivalries. A very interesting case in this sense is the African continent, where there are about 2 thousand languages, between the implanted or foreign ones and the native ones. This gives rise to a complex linguistic reality that has important geopolitical implications. The concrete fact in this sense is that, as part of the decolonization process that began in the 1950s on the African continent, there is the process of reaffirming its indigenous languages, some of which have had a significant role - and will have even more in the future - from a political, economic, educational and communication point of view, among which Swahili, Kirundi, Bambara, Wolof, Amharic and Somali stand out. For this reason, when approaching the understanding of the African continent, it is essential to take into account the geopolitical dynamics of its languages, in order to complete an analysis scheme that includes economic, natural resources, demographic, religious, and conflict aspects. interethnic, among others.

Keywords: geopolitics, languages, rivalries, territory, Africa.

 

 

INTRODUCCIÓN

El objetivo de este artículo, a partir de una revisión bibliográfica, es realizar una aproximación a la geopolítica de las lenguas en el continente africano, un extenso espacio geográfico que contiene una variadísima realidad lingüística, tomando en cuenta que las lenguas, además de instrumentos de comunicación entre los seres humanos, también son elementos de cohesión identitaria, y por lo tanto de diferenciación entre grupos humanos.

Aproximarse a conocer la realidad lingüística de este continente desde la óptica de la geopolítica, significa descubrir un elemento que está jugando un papel clave en su actual dinámica, especialmente por lo que significó su colonización por parte de los europeos, uno de cuyos aspectos más relevantes fue la implantación de lenguas coloniales, vigentes y dominantes hasta el día de hoy, ante lo cual, la revitalización de las lenguas africanas aparece en el centro del proceso de descolonización y reafirmación de lo africano.

Para hacerlo lo más explicativo posible, el artículo ha sido estructurado de la siguiente manera: 1. Introducción; 2. Acerca de la geopolítica; 3. Geopolítica de las lenguas; 4. Las lenguas africanas; 5. Dinámica geopolítica de las lenguas africanas; 6. Conclusión; y 7. Referencias.

DESARROLLO

Acerca de la geopolítica

La palabra geopolítica, de manera general, está asociada a rivalidades de poder en los territorios, en las que participan múltiples actores que luchan por el control de los mismos. Las rivalidades siempre tienen algún contenido específico, en el sentido que siempre hay algún factor de mayor peso que las motiva, y que puede ser de carácter económico, de recursos naturales, de vías de comunicación, religioso o incluso lingüístico.

Según Bret (1996) los hechos espaciales y sociales también son políticos, identificables en todos los niveles del análisis geográfico, por lo que la geopolítica no se ocupa sólo de la dimensión espacial del Estado y de la contienda entre los Estados, sino que también lo hace con relación a unidades espaciales subestatales y supraestatales. Es decir, toda porción del espacio geográfico puede ser objeto de estudio de la geopolítica.

Se habla, por ejemplo, de geopolítica del agua, para referirse a las rivalidades surgidas por la repartición del caudal de los ríos o la explotación de los recursos hidráulicos (Lacoste, 2001); o geopolítica de las religiones, para abordar las rivalidades entre grupos humanos que profesan determinadas religiones y buscan prevalecer en determinados territorios (Lacoste, 2002).

Las rivalidades se dan entre grupos humanos en el territorio, el aspecto central de los fenómenos geopolíticos, entendidos como la manifestación de la lucha entre grupos humanos traducida en la disputa, pelea, combate o guerra por el predominio (preponderancia, preeminencia, superioridad, influencia) sobre la totalidad o una porción del espacio geográfico (Portillo, 2001).

La geopolítica se encarga de caracterizar al territorio sobre el que se lucha, a los grupos humanos que allí actúan, las causas que los motivan y los instrumentos que utilizan, los cuales pueden ser jurídicos, económicos, comunicacionales, bélicos, entre otros.

Por último, según Portillo (2014) la geopolítica puede ser entendida desde cuatro perspectivas: como una realidad, como una disciplina, como una visión y como una estrategia. Como una visión se refiere a lo que se visualiza con relación a un territorio, es decir, qué es lo que debería ocurrir en, o cuál debería ser la función de éste. Y como una estrategia, tiene que ver con el diseño o implementación, por parte de actores específicos, de una manera específica de intervenir en una realidad geopolítica existente en un territorio.

La geopolítica de las lenguas

La geopolítica de las lenguas, de manera específica, se refiere al papel que el elemento lingüístico juega en las rivalidades de poder. Esto se debe a que, las lenguas, además de instrumentos de comunicación y de difusión de las culturas de los pueblos y naciones, son también elementos cohesionadores de esos pueblos y naciones, y de reforzamiento de su identidad (Giblin, 2002).

Cuando se habla de geopolítica de las lenguas, hay que considerar a los grupos humanos que hablan determinadas lenguas y los territorios que estos habitan, o de los que forman parte como elementos constitutivos. Por eso, al pensar en la gran cantidad de lenguas que existe, hay que hacer la equivalencia con los grupos humanos que las hablan, y las rivalidades que surgen o puedan surgir entre ellos (Momba, 2014).

Por otra parte, el concepto de clivaje ayuda a comprender mejor la geopolítica de las lenguas. El clivaje hace referencia a la división que existe en las sociedades con relación a un tema específico, la cual se expresa en términos de interés, de opinión o de votación. Son los casos de clivajes derecha-izquierda, nacionalista-regionalista, campo-ciudad, católico-protestante, etc. En la medida que se investiga sobre las características y posturas de los diferentes segmentos de las sociedades, en esa medida es posible identificar diferentes clivajes.

En el caso de los clivajes lingüísticos, estos son el resultado de la existencia de sectores de la población de una sociedad que hablan lenguas diferentes, lo que los hace aparecer como sectores diferentes en tanto que desarrollan identidades diferentes. Al respecto Gourdin (2015) considera que, por intermedio de su lengua, el hombre expresa una manera de comprender el mundo forjado por su historia, sus relaciones económicas, políticas y culturales, sus tradiciones y sus creencias.

De ahí que, la lengua revela la nacionalidad o la etnia, y constituye un signo distintivo. Por estar asociada a una identidad de grupo humano que forma parte de un territorio, la lengua se constituye entonces en un elemento que contribuye a las rivalidades de poder, es decir, a la geopolítica. Por lo tanto, si se habla de predominio de una lengua en un territorio, en términos prácticos de lo que se trata es del predominio del grupo que habla dicha lengua.

El predominio de una lengua está en el centro de un conflicto, bien si éste se expresa en términos de la influencia que desde una sociedad (país) se quiere ejercer sobre otra (país), a través de la promoción sistemática de su lengua. Ejemplos de ello los tenemos en el inglés, el francés, el ruso, el mandarín o el portugués. También está el caso de la resistencia que, en medio de un conflicto, un grupo humano opone a otro grupo humano que pretende dominarlo, para lo cual el elemento lengua juega un papel importante. Un ejemplo está en el uso del ucraniano en Ucrania, para oponerse a las pretensiones de Rusia, que históricamente desarrolló una presencia en el territorio ucraniano a través de la difusión del ruso (Bories, 2014).

Otro caso que ilustra muy bien el tema de la geopolítica de las lenguas, y que es muy actual, ocurre en la región occidental de los Balcanes, específicamente en el territorio de la antigua Yugoslavia, en el cual existen como países independientes Croacia, Serbia, Bosnia y Herzegovina, Montenegro, Kosovo y Macedonia. Según lo reseñan Dérens y Rico (2017), en los cuatro primeros países mencionados, se consigue lo siguiente: en Croacia la lengua oficial es el croata, en Serbia el serbio, en Bosnia y Herzegovina el bosnio y en Montenegro el montenegrino. Lo curioso de esto es que las cuatro lenguas tienen como base común el serbio, a pesar de que se habla del serbio-croata, o del bosnio-serbio-croata. Incluso, con la intención de homogenizar el dominio de estas lenguas comunes, se habla del bosnio-serbio-croata-montenegrino.

Al respecto, en marzo de 2017 algunos intelectuales balcánicos presentaron en Sarajevo (capital de Bosnia y Herzegovina) un documento para una lengua común, ante lo cual se produjeron algunas reacciones contrarias, especialmente del lado croata. Al respecto, tanto el Arzobispo de Zagreb, Josip Bozanić, como la Presidenta de Croacia, Kolinda Grabar-Kitarocić, insinuaron que detrás de esta propuesta hay planes hegemónicos por parte de los serbios.

Las lenguas del continente africano

Se estima que en el mundo hay cerca de 7.000 lenguas, de las cuales unas 2.000 se hablan en África (Nurse, 2001; Lodhi, 1993). Este solo dato da una idea inicial de lo compleja que es la realidad lingüística de este continente. Hay países como Camerún, donde se hablan 280 lenguas, o Costa de Marfil, donde existen 70 lenguas, y así en cada uno de los países africanos. Como lo señalan Ouane y Glanz (2011), “…las lenguas africanas son tesoros que están aún por ser descubiertos, valorizados y utilizados”.

Las lenguas del continente africano pueden ser divididas en dos grupos principales: las lenguas de origen foráneo, y las lenguas autóctonas. Las primeras son aquellas que fueron implantadas en África por quienes conquistaron y colonizaron sus territorios, y que se han mantenido en uso oral y/o escrito a lo largo del tiempo, siendo en la actualidad oficiales y de trabajo en algunos países; mientras que las segundas son las que se formaron y evolucionaron en los territorios africanos (Bustince, 2002).

Como parte del primer grupo están el árabe, como resultado de la expansión del Islam en el siglo VII hacia el norte de África, mientras que el español, el francés, el inglés y el portugués, como producto del proceso de colonización de los territorios africanos en el siglo XIX por parte de países europeos. De estas lenguas el francés es oficial en 22 países y el inglés en 21 países, mientras que el árabe lo es en 10 países, el portugués en 5 y el español en 1 (Portillo, 2009).

Las lenguas africanas autóctonas han sido clasificadas y agrupadas en siete familias lingüísticas: camitosemítica o afroasiática, nilosahariana, nigerocongoleña, bantu, khoisan, kordofana y austronesia (Leclerc, 2005; Leclerc, 2023). Las que más territorio cubren son la camitosemítica al norte, noreste y noroeste y la bantu al centro-sur, mientras que la menos extendida es la kordofana, al centro-oeste de Sudán.

Con relación al multilingüismo de África, resulta de interés citar a dos autores de este continente, para tener un ejemplo de cómo es visto este asunto por ellos mismos. Por un lado, Nseme (2007) señala que “(…) las lenguas africanas constituyen para los africanos, medios privilegiados de circulación de información, de adquisición de conocimientos, de instrumentalización de los ciudadanos, para que sean verdaderos actores de su propio desarrollo, es decir, del dominio progresivo de su ambiente en el sentido amplio del término”.

Por su lado Ndumbe (2006), para complementar lo anterior, expresa lo siguiente: “(…) los africanos deben reapropiarse de sus lenguas, haciéndolas el vehículo fundamental de sus pensamientos, de sus creaciones, de sus educaciones, de sus sueños, de sus visiones del mundo. No es una simple cuestión de lengua. Es una cuestión de supervivencia de la nación, de dominio colectivo, del destino de un pueblo, es una cuestión del desarrollo pensado y generado por una nación para su propio florecimiento”.

Dinámica geopolítica de las lenguas en el continente africano

Retomando la idea de que las lenguas están asociadas a grupos humanos, y estos últimos a territorios y a rivalidades de poder, se analiza ahora de manera general lo que vendría a ser la dinámica geopolítica de las lenguas en el continente africano.

En tal sentido, se toman en cuenta los dos grandes bloques en que se divide esta parte del mundo desde el punto de vista lingüístico, ya que entre ambos se da una suerte de relación dialéctica, de interacción, de complementariedad y también de rivalidad. Por un lado, está el bloque de las lenguas implantadas, asociadas a territorios que fueron conquistados y colonizados y, como resultado de ello, se convirtieron en lenguas oficiales, para efectos administrativos, económicos, educativos y comunicacionales. Esa es la historia ya conocida de lenguas como el árabe, el inglés, el francés, el portugués y el español.

Por otro lado, está el bloque de las lenguas que hemos denominado autóctonas, y que están en un proceso de reafirmación, como resultado de la revalorización que se les ha dado, al punto de estar adquiriendo una importancia significativa en sus respectivos países. Este es el hecho geopolítico que se destaca en este punto. Se trata propiamente de la reafirmación de las lenguas autóctonas africanas, en el marco a su vez del proceso de descolonización iniciado en el continente africano a mediados de la década de 1950, con todo lo que esto significa en términos de fortalecimiento de la identidad, la cohesión de los pueblos y su utilización en procesos políticos, económicos, educativos y comunicacionales (Mhaka, 2022).

Para ilustrar lo anterior, se pueden mencionar varios ejemplos, que dan una idea general de cómo es que se está produciendo la dinámica geopolítica de las lenguas africanas. Por supuesto que, si se quiere tener una apreciación más profunda de este fenómeno, habría que hacer una investigación mucho más amplia.

Quizás el caso más emblemático es el de la lengua suajili (Portillo, 2007). Cuando en 1954 Julius Nyerere fundó el partido político Unión Nacional Africana de Tanganica, declaró que la lengua suajili sería fundamental en la lucha por la independencia de Tanganica y de Zanzíbar, para la posterior conformación, en 1964, de lo que actualmente se conoce como República Unida de Tanzania.

De lo que se trataba era de que la lengua suajili sirviera de instrumento de comunicación y de cohesión identitaria en un país como Tanzania, cuya población hablaba, en conjunto, más de un centenar de lenguas, por lo que dio inicio a un proceso de suajilización de la sociedad tanzana (Toscano, s/f). El suajili era la lengua franca, la que se hablaba en Tanganica y en Zanzíbar, y más allá de sus fronteras. Era la lengua que se forjó como resultado de las migraciones de los pobladores de lo que actualmente son los territorios de Zambia y de la República Democrática del Congo, hacia las costas orientales de África, y que entraron en contacto con comerciantes árabes, chinos, griegos, indios y persas.

A medida que se consolidaba el proceso de independencia y descolonización de los países del África Subsahariana, el suajili fue adquiriendo reconocimiento por parte de gobiernos africanos y de centros académicos africanos, norteamericanos, asiáticos y europeos; acentuándose aún más su difusión, a tal punto que se estima ya en más de cien millones los hablantes de esta lengua bantú. Porque tal como lo señala el lingüista originario de Ghana y académico en la Universidad de Trondheim (Noruega), Assibi Amidu (1995: 120): “Quienquiera que desee entender los corazones y las mentes de África y de los africanos, se le recomienda comenzar con la ya probada lengua kiswahili, porque ella está llena de diversidades y sorpresas”.

Durante lo que va de este siglo XXI, la lengua suajili ha entrado en una fase de institucionalización, por lo que ya es lengua oficial de la Comunidad de África Oriental, conformada por Kenia, Uganda, Tanzania, Burundi, Ruanda, Sudán del Sur y República Democrática del Congo; de la Comunidad de África Austral, integrada por Angola, Botsuana, Camoras, Lesoto, Madagascar, Malaui, Mauricio, Mozambique, Namibia, República Democrática del Congo, Seychelles, Sudáfrica, Suazilandia, Tanzania, Zambia y Zimbabue (Mlemwa, 2019), y de la Unión Africana en su totalidad (The Citizen, 2022). Por su parte, la UNESCO, en noviembre del año 2021, declaró el 7 de julio como el Día Mundial del Suajili (UNESCO, 2023).

Otro caso que sirve de ejemplo de lo que significa la reafirmación de las lenguas autóctonas africanas es el del kinyarwanda y el kirundi. Ambas lenguas son muy similares o, mejor dicho, la diferencia entre ellas es muy pequeña, tal como lo explica detalladamente Gasarabwe (1992). El kinyarwanda es lengua oficial en Ruanda, mientras que el kirundi lo es en Burundi. Estos dos pequeños países ubicados en la región de África Oriental, comparten una historia de colonización por parte de Francia y Bélgica, por lo que heredaron la influencia de la lengua francesa.

En la actualidad la influencia de la lengua francesa ha disminuido en la medida que líderes como Paul Kagame (Ruanda) y Evariste Ndayishimiye (Burundi), han fomentado el uso del kinyarwanda y el kirundi (Bosco, 2023), respectivamente. Ambos líderes utilizan estas lenguas autóctonas para comunicarse con sus pueblos, al tiempo que en el contexto de África Oriental lo hacen en suajili, y en otros países africanos y de otros continentes lo hacen en francés e inglés, haciendo la salvedad que Paul Kagame en particular ha renegado del francés, por la participación que tuvo Francia en el genocidio ocurrido en Ruanda en 1994.

Por su parte, en Madagascar, país africano ubicado en aguas del océano Índico, donde actualmente las lenguas oficiales son el malgache y el francés, en 1975, a raíz de la elección como presidente de Didier Ratsiraka, se dio inicio a un proceso denominado ‘malgachisation’ (malgachización), centrado en la lengua y la cultura malgache (Leclerc, 2023). Básicamente se trató de la incorporación de la lengua malgache en el sistema educativo, comenzando en la primaria, para avanzar progresivamente en la secundaria, y luego en la universidad. En un sentido amplio “la malgachización es un proceso sociocultural que consiste en promover y fortalecer la identidad malgache dentro de una población o territorio. Este enfoque tiene como objetivo resaltar los valores, el idioma, las tradiciones y el patrimonio cultural de Madagascar” (La Langue Francaise, 2023).

Es importante destacar que la malgachización se dio en el contexto de un proceso revolucionario de corte marxista-leninista impulsado por el Partido de la Revolución Malgache (Avant-garde pour la Révolution Malgache), el cual fue fundado precisamente por Ratsiraka, quien gobernó en Madagascar entre 1975 y 1993, y de nuevo entre 1997 y 2002.

Como parte de los cambios geopolíticos que se han venido produciendo en el occidente de África, hay uno que de manera puntual ejemplifica esta nueva realidad. Se trata de la aprobación, en el mes de julio de 2023, de una nueva constitución (Laurent, 2023) en la República de Mali, cuyo proyecto inicial fue impulsado por Assimi Goita, líder de los alzamientos militares del 2020 y del 2021, y quien actualmente gobierna en este país africano.

Entre los aspectos más importantes de esta nueva constitución, está la eliminación del francés como lengua oficial, dándole ahora el estatus de lengua de trabajo. En su lugar fueron aprobadas como oficiales trece lenguas autóctonas malienses: bambara, bobo, bozo, dogón, fula, hassanía, kassonke, maninke, miyanka, senufo, songhay, soninké y tamashek.

De estas lenguas autóctonas malienses destaca la lengua bambara, la más difundida en el territorio de Malí, especialmente en la región del sur, donde se concentra el 90 % de la población, la cual es mayoritariamente de la etnia bambara, y donde está ubicada la ciudad capital Bamako.

Con relación a lo anterior, es bueno mencionar que Assimi Goita, cuando se dirige a la población de Mali, lo hace en bambara, tal como lo hizo cuando se reunió con los malienses radicados en Rusia, a propósito, cumbre Rusia-África realizada en San Petersburgo en julio de este año 2023.

Por su parte, en Nigeria, país con más de 200 millones de habitantes, donde el inglés es la lengua oficial, se estima que hay cerca de 600 lenguas autóctonas, de las cuales regionalmente destacan tres: el hausa en la región norte, el yoruba en la región suroccidental y el igbo en la región suroriental. En el año 2022 se aprobó una nueva política de lenguas nacionales que establece el uso de las locales en la educación primaria, mientras que en la secundaria se incorporará el inglés (Al Jazeera, 2023). El objetivo es promover y mejorar el cultivo y uso de todas las lenguas nigerianas.

Por otro lado, en cuanto al wolof, Gueye (2022) publicó un interesante artículo en el que plantea la necesidad de darle mayor importancia a las lenguas nacionales de Senegal, tomando en cuenta que el francés, aun cuando es la lengua oficial, es hablado tan solo por un tercio de la población senegalesa.

Si nos ubicamos en la región conocida como Cuerno de África, nos tropezamos con la República Democrática Federal de Etiopía, donde hay una población que supera ya los 125 millones de habitantes, y que recientemente fue incorporado como miembro de los BRICS. En este país las principales lenguas son el amárico, el oromo, el somalí y el trigrina. De estas lenguas destaca el amárico, por ser oficial y vehicular, y utilizada en el proceso educativo de los etíopes, además de ser candidata a ser incluida como lengua de trabajo en la Unión Africana, cuya sede está precisamente en la ciudad de Adis Abeba, la capital etíope (Borkena, 2023).

Recientemente se difundió la información que da cuenta de la enseñanza del amárico en la República de Rusia, como parte de la estrategia de este gigante euroasiático con el continente africano. Al respecto se dice:” Etopía es uno de los países más cordiales con Rusia. El amárico es la lengua franca hablada por la mayor parte, si no por la totalidad de los etíopes. Y para establecer un diálogo diplomático o de lazos económicos, el amárico puede llegar a ser un factor clave”.

Por último, destaca también el caso de la lengua somalí, la cual es oficial en la República Federal de Somalia, y hablada por la mayoría de la población de este país ubicado en la región del Cuerno de África. Esta lengua resistió al proceso de colonización del territorio somalí por parte de los británicos al norte y de los italianos al sur, y se reafirmó como lengua autóctona, aun cuando lenguas como el inglés y el árabe siguen teniendo alguna influencia entre los somalíes (Kawa, 2023).

CONCLUSIONES

Como se ha podido ver, la geopolítica nos lleva siempre a escudriñar en las rivalidades de poder en el territorio, y son múltiples los factores que dan origen a estas. Las lenguas, de manera específica, son uno de esos factores, en ocasiones no percibido ni considerado. El caso de la multiplicidad de lenguas en el continente africano resulta de mucho interés, ya que esta situación, por un lado, dificulta los procesos de comunicación a lo interno de las poblaciones de los diferentes países y entre países, pero, por otro lado, da lugar a la cohesión identitaria de los diferentes pueblos africanos, sea a nivel local, regional, nacional o panafricano.

La actual dinámica de la geopolítica de las lenguas en el continente africano nos indica que, visto en perspectiva, este continente avanzará por un camino dual, en el que, por una parte, las lenguas coloniales seguirán teniendo una presencia importante, para la relación y comunicación entre los países africanos y entre estos y países de otros continentes, mientras que las lenguas autóctonas seguirán su camino de reafirmación y cumplirán un rol de cohesión identitaria y de fortalecimiento del proceso de integración, tanto a lo interno de los países, como entre grupos de países y a nivel panafricano.

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http://www.iuo.it/relaz_int/progetti/tecla/swahili/

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UNESCO. (2023). Kiswahili Language Day.

https://www.unesco.org/en/kiswahili-language-day

 

CONFLICTO DE INTERESES

El autor declara que no existen conflictos de intereses relacionado con el artículo.

AGRADECIMIENTOS

No aplica.

FINANCIACIÓN

No aplica.

PREPRINT

No publicado.

DERECHOS DE AUTOR

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