Dr. C. Mario Antonio Padilla Torres

Doctor en Ciencias Filosóficas. Posdoctorado en la Universidad Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú. Máster en Ciencias Históricas. Licenciado en Ciencias Políticas. Profesor e Investigador Titular, Secretario Académico del Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI), La Habana, Cuba. marioapt1959@gmail.com 0000-0003-2561-6509

Cómo citar (APA, séptima edición): Padilla Torres, M. A. (2024). Reflexiones sobre la guerra en Ucrania en el imaginario político estadounidense (2021-2024). Política internacional, VI (Nro. 3), 272-281. https://doi.org/10.5281/zenodo.12627701

DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.12627701

 

Recibido: 5 de mayo de 2024

ABSTRACT Since the war in Ukraine began in February 2022, it has had an international impact. The West, with the United States at the forefront, has developed extensive political propaganda, unsubstantiated accusations and egregious infodemics, often riddled with fake news. The American establishment has dragged Europe behind it in accusations and sanctions against the Russian government. Russophobia has been a permanent phenomenon since the beginning of the Special Military Operation, as not only have sanctions been applied to the Slavic country, but its culture and history have also been misrepresented, manipulated, or tainted. The U.S. government has systematically influenced public opinion in American society in this period, and mass media and social networks have intervened in the American political imaginary, where narratives have presented the Russian Federation as a modern anti-Christ, an enemy of Americans and a danger to their national security. This article sets out to describe the approach to Russia's Special Military Operation in the American political imaginary.

Keywords: survey, U.S. foreign policy, personalities, politicians, think tanks.

 

INTRODUCCIÓN

El conflicto en Ucrania, llamado por el gobierno ruso como la Operación Militar Especial (OME), tiene como objetivos declarados desnazificar y proteger los territorios de Donéts y Lugansk. Esta acción ha despertado un gran interés por parte del gobierno de Estados Unidos (EE.UU.), el cual ha utilizado a Ucrania para sus propósitos geopolíticos contra Rusia, tomando además como rehén a la Unión Europea, y utilizando la OTAN como brazo armado de los países imperiales.

Después de dos años de conflicto armado, el gobierno estadounidense no ha cejado en el empeño de cercar a la Federación de Rusia, tomando como punta de lanza a Ucrania para intentar destruir el gigante eslavo.

La OTAN, bajo la dirección del gobierno estadounidense, ha posibilitado desarrollar una carrera armamentista en ambos bandos contrarios. El complejo militar industrial y grupos de poder de Estados Unidos aprovechan y estimulan este contexto para vender grandes cantidades de armamento, desarrollar múltiples investigaciones armamentistas y utilizar el teatro de operaciones para la prueba y puesta en práctica de sus resultados.

La visión de este conflicto ha sido variada al interior de la sociedad norteamericana. Sin embargo, hay dos aspectos comunes generalizados, que Rusia es la culpable y que Estados Unidos no debe ir a la guerra directa contra el país euroasiático.

Por lo tanto, el presente artículo tiene como objetivo describir el abordaje de la Operación Militar Especial de Rusia en el imaginario político estadounidense.

DESARROLLO

La Política exterior de EE.UU. en función de la guerra en Ucrania

El presidente de EE.UU., Joe Biden, durante su campaña electoral, prometió romper con las decisiones tomadas por el gobierno anterior, y en especial, con varios aspectos de la proyección de política exterior de su antecesor, cuestión que ha cumplido en tanto, entre otros elementos, ha fortalecido y reparado alianzas, en especial con Europa occidental y ha tratado de retomar, si bien de forma selectiva, el marco multilateral. Trump había debilitado esas relaciones con sus arengas de “Estados Unidos primero” y sus críticas a gran parte de la comunidad internacional, incluido con sus aliados, como con los países de la comunidad europea. En el contexto de la guerra en Ucrania, la decidida acción del gobierno de Biden lo posicionó como líder de una coalición que ha impuesto múltiples paquetes de sanciones contra Rusia, y que, con el apoyo de la OTAN, mantiene una guerra no declarada en dicho país contra Rusia.

La estrategia de seguridad nacional de Estados Unidos, ha sido uno de los puntos esenciales que justifican su política exterior, la cual ha estado basada, también, en la competencia con las grandes potencias, como la República Popular China y la Federación de Rusia.

Biden ha continuado con el impulso a sus aliados, justificando en el supuesto peligro que tiene para la estabilidad de EE.UU. el desarrollo de la Operación Militar Especial (OME) de Rusia en Ucrania. Asimismo, ha planteado que China es el mayor competidor de Estados Unidos, afirmación que el secretario de Estado, Anthony Blinken, ha reiterado. Por demás, la más reciente versión de la Estrategia de Seguridad Nacional estadounidense deja explícito que, para ellos, Rusia es la mayor amenaza actual para la seguridad de Estados Unidos y sus aliados.

En Europa, Biden y sus asesores han reafirmado, de manera uniforme, a diferencia de su predecesor, la importancia de la alianza trasatlántica, lo que los ha ayudado a coordinar sanciones, y el envío de armas, equipamiento militar, apoyo logístico y de inteligencia, el entrenamiento de tropas y el apoyo cuantioso a las finanzas a Ucrania, con el fin de enfrentar al país euroasiático.

Dentro de las prioridades para la política exterior en 2024, el Secretario de Estado Anthony Blinken, en una conferencia de prensa, manifestó:

“…seguiremos hombro a hombro con quienes comparten nuestra visión de un mundo libre, abierto, próspero y seguro”, “…seguiremos movilizando a países de todo el mundo para que apoyen la libertad y la independencia de Ucrania y para garantizar que la agresión de Rusia siga siendo un fracaso estratégico". “Rusia es más débil militar, económica y diplomáticamente. La OTAN es más grande, más fuerte y más unida que en cualquier otro momento de sus casi 75 años de historia. Este año sumamos nuestro trigésimo primer miembro de la OTAN, Finlandia. Suecia se unirá pronto, aportando aún mayor potencia y capacidad a nuestra alianza defensiva” (Blinken Anthony, 2023).

Como se aprecia, Estados Unidos busca fortalecer su red de alianzas y asociaciones para enfrentar los retos de 2024, en una guerra estimulada por ellos mismos, que lleva más de dos años y que de manera creciente no tiene los resultados esperados.

El presidente Joe Biden afirma que Ucrania necesita más fondos, expresando que los estadounidenses deberían estar orgullosos de ayudar a Ucrania, ya frenar los planes de Putin. Sin embargo, muchos congresistas republicanos se oponen crecientemente a invertir más dinero de los contribuyentes en ese conflicto bélico. Y 2024, es un año electoral.

Antes de que fracasara la primera votación de fondos adicionales para Ucrania, en la segunda mitad del año 2023, Biden afirmó que “es sorprendente que hayamos llegado a este punto acusando a los republicanos en el Congreso de estar dispuestos a darle al presidente ruso el mayor regalo que espera”. A cambio, el mandatario de EE.UU. planteó que estaba preparado para ofrecer concesiones significativas sobre las restricciones fronterizas, una exigencia republicana trascendental (Biden, 2024).

Según lo expresado por investigadores del Instituto Kiel para la Economía Mundial, desde el comienzo de la OME en Ucrania en febrero de 2022, el gobierno de Joe Biden había enviado más de 75 000 millones de dólares en efectivo, así como equipamiento para la defensa de ese país. La mayor parte de la ayuda se ha destinado a las operaciones militares de Ucrania, a mantener el funcionamiento de su gobierno y atender sus necesidades humanitarias. Esto supera los aportes de los cuatro mayores contribuyentes siguientes: Alemania, el Reino Unido, Noruega y Dinamarca, combinados (Crowley M, Schmitt E, Cooper H, 2023).

Se ha destacado la entrega a Ucrania de los misiles antiaéreos Stinger y los misiles antitanques Javelin, ambos portátiles, y más tarde los HIMARS (sigla en inglés de sistema de cohetes de artillería de alta movilidad), así como las baterías antimisiles Patriot, y más de dos millones de proyectiles de artillería de 155 milímetros, la munición básica de esta guerra.

Desde el año pasado, el gobierno estadounidense superó las expectativas sobre los principales sistemas de armas y envió además misiles de largo alcance, llamados ATACMS.

Según el Consejo de Relaciones Exteriores Estados Unidos, hasta la fecha, también ha aportado 2 700 millones de dólares en asistencia alimentaria de emergencia, atención médica, apoyo a refugiados y otras ayudas humanitarias.

Sin esos aportes, a Ucrania le sería muy difícil mantenerse en el campo de batalla, y podría colapsar por completo.

Como se puede apreciar tras este breve recorrido, la política exterior de Estados Unidos durante estos dos años ha estado condicionada a fortalecer la coalición trasatlántica y cercar, con mayor precisión, al gigante eslavo, utilizando como rehén a la Unión Europea y como punta de lanza a la OTAN y a Ucrania (Crowley M, Schmitt E, Cooper H, 2023).

Personalidades y políticos estadounidenses opinan sobre la guerra en Ucrania

Varios republicanos han reiterado que Estados Unidos no debería gastar miles de millones de dólares en un conflicto lejano, en tanto hacia el interior del país existen múltiples necesidades insatisfechas. El expresidente Donald Trump, asimismo, ha criticado la ayuda estadounidense a Ucrania y dijo, en julio pasado, que Biden estaba descuidando los intereses vitales de Estados Unidos, mientras nos llevaba de forma innecesaria y peligrosa a la Tercera Guerra Mundial con Rusia. Esto es indicativo de un cambio radical de política hacia Ucrania a partir del 2025, en caso de que Trump salga victorioso en el actual proceso electoral, como muchas encuestas y analistas ya predicen.

En su participación a inicios de 2024 en el programa State of the Union, de CNN, el senador J. D. Vance, republicano por Ohio, calificó de “absurdo” pensar que Ucrania pueda expulsar a Rusia de cada centímetro de su territorio, y dijo además que era muy poco probable que más “cheques en blanco” de Estados Unidos cambien la situación. “¿Qué se va a lograr con 61 000 millones de dólares que no se haya conseguido con 100 000 millones de dólares?”, preguntó Vance (Crowley M, Schmitt E, Cooper H, 2023).

El republicano Mike Johnson, por su parte, ha exhortado permanentemente a que cualquier paquete de ayuda a Ucrania debe estar vinculado a estrictas medidas de seguridad fronteriza, a las que se oponen muchos demócratas. Incluso, algunos republicanos belicistas que criticaron a Biden por no hacer más para apoyar a Ucrania, ahora afirman que la ayuda adicional debería estar condicionada a los difíciles temas fronterizos de Estados Unidos.

Por otra parte, el senador Lindsay Graham, republicano por Carolina del Sur declaró: “no votaré a favor de ninguna ayuda hasta que aseguremos nuestra frontera”. También dijo a CNN: “no ayudaré a Ucrania hasta que no nos ayudemos a nosotros mismos”. Durante mucho tiempo, increíblemente Graham fue una de las principales voces que pedía más ayuda para Ucrania en el Congreso (Crowley M, Schmitt E, Cooper H, 2023).

Al inicio de la OME, el magnate Elon Musk se posicionó a favor de Ucrania. Incluso llegó a facilitar en los primeros meses del conflicto el servicio satelital Starlink para destruir tanques rusos a través de drones. Con posterioridad, este magnate ha generado ola de reacciones, incluso del propio presidente Volodímir Zelenski y de varios de sus asesores. También, juega con el futuro de Ucrania y se ha preguntado cómo va a llegar la paz al país y cuál será el futuro de los nuevos territorios que han pasado a la Federación de Rusia. Para legitimar sus criterios, ha desarrollado encuestas, donde pregunta sobre la paz entre los dos países, si se harán elecciones en los nuevos territorios bajo la supervisión de la ONU, y sobre que Ucrania se mantenga neutral.

Su biógrafo Walter Isaacson, confirma que Musk ha sostenido conversaciones de alto nivel con funcionarios de Rusia, Estados Unidos y Ucrania; al mismo tiempo ha planteado que no son pocas las áreas en las que Elon Musk no haya mostrado interés, puesto que sus campos de acción abarcan desde la inteligencia artificial, comunicación, hasta la aerodinámica, incluso poblar planetas con sus propias naves espaciales (Forbes, 13 septiembre 2023).

También este magnate ha opinado sobre geopolítica y más específicamente sobre la guerra que desde hace años mantiene desgastando a los ejércitos de la Federación de Rusia y de Ucrania y que absorbe grandes cantidades de material bélico y financiero de Europa y Estados Unidos.

El multimillonario dueño de la red social X, antes conocida como Twitter, ha planteado que “Ucrania corre el riesgo de perder más ciudadanos y más territorio si sigue negándose a entablar conversaciones de paz”; esta misma visión había expresado semanas antes el propio papa Francisco, opinión que le valió el enfado del presidente Ucraniano Volodímir Zelenski, quien aseguró que Ucrania nunca alzaría la bandera blanca ante Rusia.

En otro momento, las expresiones del popular magnate sudafricano-estadounidense fueron aún más severas al opinar que los ucranianos son “enviados a morir en trincheras por nada” (Forbes, 13 septiembre 2023).

Como se puede apreciar, diferentes políticos y hombres de influencia social han valorado la reacción del conflicto ucraniano en la sociedad norteamericana, aspecto que repercute en la toma de decisiones por el poder ejecutivo de los Estados Unidos de América.

Reacción de los tanques pensantes estadounidenses

La Operación Militar Especial de Rusia en Ucrania ha sido un tema de gran interés y análisis por los principales tanques pensantes estadounidenses, y de otros alineados al pensamiento del establishment del país norteño.

Estas organizaciones estadounidenses han desarrollado análisis y discutido la situación de la guerra en Ucrania desde el inicio de la operación rusa. Estos estudios se centran en las implicaciones geopolíticas, las respuestas políticas y militares apropiadas, y las consecuencias humanitarias de dicha operación.

Algunas instituciones de pensamiento de Estados Unidos que han investigado sobre esta guerra son:

1. Foreign Policy Research Institute1: Esta institución ha publicado varios análisis sobre la OME de Rusia en Ucrania. Algunos temas incluyen la estrategia de defensa de la Federación de Rusia, la ideología, en la Rusia de Putin, las perspectivas de negociaciones y el impacto de la guerra en la economía rusa y la política ucraniana.

2. Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington DC (Center for Strategic and International Studies): Ha estudiado y determinado por sus diferentes investigadores que para obtener éxito en la guerra de Ucrania, la estrategia debe estar dirigida a lograr un consenso bipartidista. Sin el apoyo público en EE.UU., Rusia ganará. Los rusos tienen la capacidad de maniobrar a largo plazo. La administración norteamericana debe elaborar una estrategia para apoyar a Ucrania por lo menos en el rango de 3- 5 años.

3. La Institución Brookings (Brookings Institution) en Washington DC, ha estudiado a Rusia desde antes del comienzo de la guerra en Ucrania, valoran las estrategias de sus acciones bélicas, la necesidad de apoyar a Ucrania y lograr el desgaste de las fuerzas armadas y economía rusas.

4. La Fundación Heritage, en Washington DC: En agosto de 2023, el recién nombrado presidente de Heritage, Kevin Roberts, declaró en un artículo de opinión que el Congreso mantenía como rehenes a las víctimas de los incendios forestales de Hawai para gastar más dinero en Ucrania. El artículo de opinión fue seguido por una campaña de mensajes públicos con el mismo mensaje y con un tuit de un vicepresidente de Heritage, quien argumentó: "es hora de poner fin a los cheques en blanco y sin fecha para Ucrania". Esto, a su vez, llevó al segundo alto funcionario de la fundación, el teniente general (retirado) Thomas Spoehr, director del Centro de Defensa Nacional de Heritage, a presentar su renuncia.

Existen otros Tanques pensantes que han colaborado con los estadounidenses y que influyen en su imaginario tales como:

Chatham House2: Este think tank ha estado examinando como Ucrania puede ser mejor apoyada para poner fin a la llamada invasión rusa y reconstruir con éxito su sociedad, infraestructura y economía. Ha publicado información de las operaciones y ciberataques de Rusia y las consecuencias de esa guerra para la acción climática, equilibrio ecológico, el suministro de alimentos y la seguridad energética.

5. Europeam Think Tank: Instituto de Investigaciones de Europa, tiene relaciones estrechas con tanques pensante norteamericanos; ha recopilado enlaces a publicaciones y comentarios recientes de muchos think tank internacionales sobre esta guerra.

La prensa y las encuestas en los Estados Unidos de América sobre la OME rusa

Algunos periodistas, como Michael Crowley, que cubre el Departamento de Estado y la política exterior de Estados Unidos para el medio The New York Times, y quien ha informado desde tres decenas de países y viaja a menudo con el Secretario de Estado; Eric Schmitt es también corresponsal de seguridad nacional para el Times, y se enfoca en asuntos militares y antiterroristas de Estados Unidos en el extranjero, temas sobre los que ha informado por más de tres décadas; y Helene Cooper, corresponsal en el Pentágono y que con anterioridad fue redactora, corresponsal diplomática y corresponsal en la Casa Blanca; son algunos de los periodistas que más se han destacado en la información sobre la guerra en Ucrania.

En la mayoría de los casos, los estadounidenses temen que la economía empeore por la guerra. Sin embargo, el apoyo de ellos a las sanciones económicas a Rusia es amplio y bipartidista, según muestran las encuestas sobre la respuesta del público a la guerra de Ucrania. Hasta ahora, el apoyo se sostiene incluso cuando se considera la posibilidad de que suban los precios de la gasolina. Al mismo tiempo, los norteamericanos siguen oponiéndose en gran medida a una acción militar directa por parte de Estados Unidos.

De tal manera, encuestados por la Universidad de Monmouth (16 de marzo de 2022) reflejan que los estadounidenses están muy unidos en la condena a las acciones de Rusia. Solo el 7% considera que estas están justificadas; con un sorprendente 10% de los republicanos y un 7% de los demócratas que opinan lo mismo. Una mayoría del 87% en una encuesta de ABC News/Ipsos dice que el presidente de la Federación de Rusia Vladimir Putin tiene al menos una buena parte de culpa en la guerra contra Ucrania (Edwards-Levy Ariel, 2022).

En la encuesta de Monmouth (16 de marzo de 2022), el 81% de los ciudadanos norteamericanos apoya las sanciones económicas impuestas a Rusia, incluso cuando el 33% dice en otra pregunta que estas sanciones están perjudicando mucho a la economía norteamericana. También, en una encuesta de Pew Research, (15 de marzo 2022) el 85% de los estadounidenses está a favor de mantener las sanciones económicas estrictas a Rusia (Edwards-Levy Ariel, 2022).

Es de destacar que ese apoyo cruza las líneas partidistas. En la encuesta de Monmouth (16 de marzo de 2022), el 75% de los republicanos y el 91% de los demócratas apoyan las sanciones. En el caso de Pew encuentra una brecha partidista aún menor, con el 85% de los republicanos y de tendencia republicana a favor, en comparación con el 88% de los demócratas y de tendencia demócrata (Edwards-Levy Ariel, 2022).

La encuesta de la Universidad de Monmouth, se desarrolló con 809 adultos estadounidenses con un margen de error de muestreo de +/-3,5 puntos porcentuales.

Por su parte, una encuesta de CBS News/ YouGov (8-11 2022) revela que el 77% de los estadounidenses está a favor de que se mantengan las sanciones contra las exportaciones de petróleo y gas de Rusia, y el 63% dice que apoyan dichas sanciones incluso si provocan un aumento de los precios de la gasolina. En el sondeo de ABC/Ipsos, también cerca del 77% dice que apoya que EE.UU. prohíba las importaciones de petróleo ruso, incluso si eso supone un aumento de los precios de la gasolina en EE.UU. (Edwards-Levy Ariel, 2022).

Al valorar el papel de presidente norteño se plantea según la encuesta de CBS/YouGov que alrededor de la mitad de los estadounidenses (52%) dice que las acciones del presidente Joe Biden hacia Rusia hasta ahora no han sido lo suficientemente fuertes. Los que no están satisfechos con la fuerza de la respuesta de Biden, dicen en su mayoría que les gustaría que Biden aplique sanciones económicas más severas, y diera más armas y suministros a Ucrania, pero pocos abogan por una acción militar directa contra Rusia.

A diferencia de lo que ocurre con las sanciones, las opiniones de los estadounidenses sobre una zona de exclusión aérea sobre Ucrania varían considerablemente en función de cómo se describan las posibles consecuencias, lo que sugiere que gran parte de los norteamericanos no conocen todas las implicaciones de esta política. Por ejemplo, en la encuesta de CBS/YouGov, (13 marzo 2022) el 59% de los estadounidenses apoyaba inicialmente una zona de exclusión aérea, pero esa cifra se redujo luego al 38% una vez que se describió como algo que podría ser considerado como un acto de guerra por parte de Rusia.

La encuesta de CBS News/YouGov, realizada del 8 al 11 de marzo, se hizo a 2 088 adultos estadounidenses con un margen de error de muestreo de +/-2,6 puntos porcentuales.

Por otra parte, una encuesta de la Universidad de Quinnipiac (16 de marzo) declaró que el 54% de los estadounidenses aprueba la negativa de la OTAN a aplicar una zona de exclusión aérea sobre Ucrania después de escuchar que dicha zona de exclusión aérea llevaría a los países de la OTAN a una guerra con Rusia, con un 32% que la desaprueba y otro 15% que no está seguro.

Las encuestas de Quinnipiac y Monmouth se realizaron con entrevistadores telefónicos para llegar tanto a teléfonos fijos como a celulares; las encuestas de Pew Research, ABC/Ipsos y CBS/YouGov utilizaron paneles representativos en línea a nivel nacional (Edwards-Levy Ariel, 2022).

El sondeo de ABC/Ipsos mostró aún más incertidumbre y cierta contradicción, ya que el 31% de los estadounidenses apoyan la zona de exclusión aérea incluso si ello pudiera suponer llevar a Estados Unidos y a sus aliados a un conflicto militar directo con Rusia, mientras que el 34% se opone y otro 34% dice no saber (Edwards-Levy Ariel, 2022).

La encuesta de ABC News/Ipsos, realizada los días 11 y 12 de marzo, se desarrolló con 622 adultos estadounidenses con un margen de error de muestreo de +/-4,4 puntos porcentuales.

Debería desecharse que según la encuesta de Quinnipiac, solo el 17% de los estadounidenses dice que EE.UU. debería hacer todo lo posible para ayudar a Ucrania, incluso si eso significa arriesgarse a una guerra directa entre EE.UU. y Rusia, mientras que tres cuartas partes (75%) dicen que EE.UU. debería hacer todo lo posible para ayudar a Ucrania sin arriesgarse a una guerra directa. Del mismo modo, el 62% de la encuesta de Pew se opone a emprender acciones militares que supongan un riesgo de conflicto nuclear con Rusia. En resumen, aunque una gran mayoría se opone a una confrontación directa, hay un por ciento mayoritario que aun clama por los tambores de la guerra, algo peligroso.

Las valoraciones sobre el presidente Joe Biden acerca de su gestión de la guerra en Ucrania parecen más sólidas en este momento que las de su labor en general. El presidente norteño obtuvo valoraciones positivas. Sobre el tema, Pew Research nos da un 47% de aprobación y 39% de desaprobación. Por otra parte, hay valoraciones muy divididas en Monmouth, con 46% de aprobación y 48% de desaprobación, mientras que ABC/Ipsos da un 48% de aprobación y 51% de desaprobación, CBS/YouGov valoraciones negativas de 46% de aprobación y 54% de desaprobación y Quinnipiac 42% de aprobación, con 49% de desaprobación.

A diferencia de las opiniones sobre la política hacia Rusia, las opiniones de los estadounidenses sobre la respuesta de Biden a la cuestión están muy polarizadas. En la encuesta de Quinnipiac, el 81% de los demócratas aprueban la gestión de Biden, frente al 40% de los independientes y solo el 10% de los republicanos. Tampoco, al parecer, existen muchas pruebas de que esta situación haya afectado significativamente al índice de aprobación general de Biden, que, según Pew, Quinnipiac y CBS/YouGov, se mantiene relativamente estable respecto a sus anteriores encuestas.

Esto concuerda con la conclusión de que, aunque la mayoría del público estadounidense está prestando una atención considerable a la confrontación bélica en Europa, son menos los que la consideran un asunto interno de primera importancia. Según Pew (11-13 marzo 2022), aproximadamente siete 7 de cada 10 adultos estadounidenses dicen haber leído o escuchado mucho sobre la invasión de Rusia a Ucrania, y cerca de la mitad cree que la invasión de Rusia a Ucrania es una amenaza importante para los intereses de Estados Unidos, pero solo el 22% de los estadounidenses considera que la invasión rusa de Ucrania es el asunto más importante al que se enfrenta Estados Unidos. Según la encuesta de CBS/YouGov, este asunto se puede situar ligeramente por detrás de la inflación (26%) y cerca de los problemas económicos y del empleo (20%). (Edwards-Levy Ariel, 2022)

La encuesta de Pew Research, fue a 10 441 adultos estadounidenses con un margen de error de muestreo de +/-1,5 puntos porcentuales.

Como conclusión, debemos destacar que la encuesta de la Universidad de Quinnipiac, realizada del 10 al 14 de marzo de 2024, fue a 1 936 adultos estadounidenses con un margen de error de muestreo de +/-2,2 puntos porcentuales.

Es de significar que la esencia fundamental de los planteamientos de los estadounidenses, están relacionados en mantener las sanciones a la Federación de Rusia, pero buscar o tratar por todos los medios de evitar una confrontación directa con el país euroasiático. Sin embargo, no se debe despreciar algunos pequeños porcientos, que sí optan por el enfrentamiento armado con Rusia, aspecto peligroso, si llegaran a obtener la mayoría.

CONCLUSIONES

Al gobierno norteamericano bajo sus cosmovisiones filosóficas doctrinales: del mesianismo, excepcionalísimo y universalismo, le es difícil comprender en toda su magnitud las raíces históricas de esta guerra, que no empezó el 24 de febrero del 2024. Por otra parte, desconocen públicamente su responsabilidad en la evitabilidad del conflicto bélico, en haber rechazado las preocupaciones de seguridad adelantadas por la parte rusa, compartidas con EE.UU. y sus aliados previamente con el objetivo de evitar el conflicto. Una vez iniciado este, torpedearon cualquier posibilidad de alcanzar la paz vía la mesa de negociaciones, como fue evidente en el 2022, al tiempo que rechazan además la narrativa de ser los principales responsables de la gradual y sistemática expansión y cerco de la OTAN alrededor de Rusia, con la instrumentalización de Ucrania en este rejuego.

El objetivo estratégico de las administraciones estadounidense de destruir el inmenso país eslavo, tampoco es nuevo, esto ha estado planificado así desde hace muchos años. Podría decirse que el poderío militar y el renovado ímpetu económico ruso molesta a los intereses geopolíticos y geoeconómicos del gran capital norteamericano.

La OME impactó en la sociedad norteamericana, primero en los representantes gubernamentales y segundo en la prensa; esta última se encargó, como “prensa libre”, de divulgar “sus criterios”. En tercer lugar, la labor de los influencers fue también decisiva para que llegara el mensaje al simple ciudadano. Se puso de manifiesto un marketing político, con una infodemia atroz, para endemoniar la opinión pública contra la Federación de Rusia.

Desde el 2022 a la fecha ha ido desarrollándose de forma quizá silenciosa el avance de cambios conceptuales en la política exterior del gobierno de los Estados Unidos de América.

NOTAS

1 El Instituto de Investigación de Política Exterior es un Tanque Pensante estadounidense con sede en Filadelfia Pensilvania, se dedica a investigaciones de relaciones internacionales y posee una revista con el título de Orbis.

2 En 1919 los delegados británicos y estadounidenses a la Conferencia de paz de París, concibieron la idea de un Instituto Anglo-Estadounidense de Asuntos Exteriores para estudiar los problemas internacionales; así fue fundado en Londres el Instituto Británico de Asuntos Internacionales en julio de 1920 Los delegados americanos desarrollaron el Council on Foreign Relations en Nueva York como su institución hermana. Ambas están ahora entre los principales think tank de asuntos internacionales del mundo.

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