Recibido: 15 de marzo de 2024

 

INTRODUCCIÓN

Breve caracterización sobre el vínculo de la política exterior y el comercio exterior de Canadá

Canadá es el país que más al norte del continente americano se encuentra. Esta ubicación geográfica, combinada con el alto nivel desarrollo de su economía, le ofrece una posición ventajosa para desarrollar sus vínculos comerciales con el exterior. La conexión con Rusia por el Ártico, con China por el Pacífico y con la Unión Europea por el Atlántico, dan a Canadá un lugar geoeconómico privilegiado en el sistema internacional. Por el sur, comparte la frontera más larga del mundo con Estados Unidos, país con el que mantiene una estrecha relación en materia económica, la cual se remonta a las etapas fundacionales de las colonias inglesas y francesas en Norteamérica y ha devenido esencial para ambas naciones, producto del peso que en ellas tienen el comercio, las inversiones, las finanzas, la seguridad energética, el tema transfronterizo y la seguridad nacional.

Más allá del aspecto geográfico, la cercanía con Estados Unidos estimuló la aplicación de una política dirigida a favorecer las inversiones de compañías de ese país en territorio canadiense. De acuerdo con los investigadores Delia Montero y Enrique Pino:

El entorno institucional económico, político y cultural de Canadá ha sido una de las claves que explican el intenso y diverso flujo de inversiones y comercio que mantienen ambos países. Indudablemente, las corrientes de capital e inversiones fueron la consecuencia de una elaborada estructura de incentivos y ventajas mutuas muy poderosas dirigidas a propiciar la entrada de las firmas estadounidenses y el intercambio comercial, fortalecidos por una sólida definición de los derechos de propiedad y los contratos (Montero & Pino Hidalgo, 2014).

De tal manera, el vínculo entre ambos países ha posibilitado el establecimiento de una relación multidimensional, sólida, y vital, que ha reportado beneficios mutuos a pesar de que la economía estadounidense ha captado la mejor parte, al punto de que, en algunos medios especializados, se considere que la prosperidad de Canadá depende de sus relaciones con Estados Unidos.

En este sentido, en el periodo 2019-2021, objeto de estudio del presente artículo, la política exterior del gobierno canadiense encabezado por el Primer Ministro Justin Trudeau, desarrolló una labor proactiva que desde el punto de vista político tuvo como objetivo retomar el protagonismo perdido en los foros multilaterales, en sintonía con la visión y posición tradicional del país y del bloque occidental, principalmente en cuestiones relacionadas con derechos humanos, la cooperación internacional y la promoción de la paz. Desde el punto de vista económico, se centró en la búsqueda de nuevos mercados para lograr la recuperación de la economía nacional, la cual se vio afectada como consecuencia del impacto de la pandemia de Covid-19, y por las diferencias que surgieron entonces con su socio principal, Estados Unidos, durante la presidencia de Donald Trump, por criterios divergentes en aspectos relacionados con el comercio, la migración y el cambio climático. En este contexto, la prioridad para Canadá consistió en renegociar en los términos más favorables posibles el Acuerdo de Libre Comercio, firmado con el país vecino y México, y ampliar sus relaciones comerciales con otras regiones, principalmente Europa y Asia.

Probablemente, la importancia que ha alcanzado la región Asia-Pacífico en materia de relaciones económicas internacionales, en especial el papel de China como principal potencia del área y segunda economía mundial, constituyen causas que propiciaron una estrategia del gobierno canadiense para fortalecer sus vínculos con esta región, aunque sin perjuicio de lo anterior, la primera prioridad, sus relaciones con Estados Unidos, no sufrieron cambios significativos.

En materia de relaciones exteriores, el país desarrolló una política pragmática, orientada hacia la promoción y defensa de los valores occidentales. Es por ello que, a pesar de haber catalogado a China como poder disruptivo en su nueva estrategia nacional, reconocieron como inevitable la cooperación con esta nación en todos los frentes, necesaria para avanzar en la consecución de sus intereses nacionales.

Es notable que los vínculos de Canadá con Asia han estado respaldados por el volumen del intercambio comercial que ambas contrapartes han mantenido mutuamente, el cual, solamente en la región Indo-Pacífico ha alcanzado los 226 000 millones de dólares anuales, casi el doble de su comercio con Europa y Reino Unido, fenómeno que ha convertido a la región asiática en el segundo mercado de exportaciones para este país. Sin mencionar que, entre 2016 y 2021, la mitad de los inmigrantes que llegaron a Canadá provenían de ese continente, principalmente de India, Filipinas y China, lo que hace que en la actualidad el 18% de la población canadiense mantenga vínculos directos con sus familiares en esa geografía.

En el área de América Latina, México se ha convertido en el principal socio comercial de Canadá, país con el que mantiene un acuerdo tripartito de libre comercio junto a Estados Unidos y que, gracias a este, en 2020 ocupó el tercer lugar por concepto de exportaciones al mercado canadiense. Sin embargo, el gobierno de Canadá ha manifestado el interés de ampliar su presencia en la región a través de una política exterior con un enfoque totalmente diferente al de Estados Unidos, con lo cual ha logrado negociar acuerdos de libre comercio con algunas de las estructuras regionales.

A tenor de todo lo anterior, el presente artículo tiene como objetivo realizar un análisis de los principales rasgos que caracterizaron la política exterior, la economía canadiense y el comportamiento de ambas durante el periodo 2019-2021.

DESARROLLO

La política exterior de Canadá en función de los intereses económicos nacionales

Existe consenso en el gobierno canadiense con respecto a la dependencia del acceso al mercado internacional que tiene la economía del país para su bienestar. Por tal motivo, y debido a la estrecha e histórica relación entre el binomio política-economía, el gobierno del primer ministro Justin Trudeau, se esforzó desde sus primeros momentos, y, tal como se manifiesta a lo largo del periodo objeto de estudio, en lograr concretar una serie de tratados comerciales con distintos países y bloques regionales con el propósito de eliminar la mayor cantidad posible de barreras comerciales. Una de las principales causas que motivaron esta decisión fue el hecho de tener el 75% de su comercio exterior con Estados Unidos, condición que convirtió en prioridad la necesidad de lograr una diversificación de sus vínculos comerciales internacionales, y que propició que este objetivo fuese adoptado como una estrategia de gobierno.

La política exterior canadiense durante este periodo estuvo orientada a reposicionar al país en el plano multilateral, como un actor de peso. La defensa de los valores occidentales, un elemento tradicional del accionar del gobierno de Canadá en el orden de las relaciones internacionales, nuevamente estuvo presente en la proyección que asumió el ejecutivo en materia de política exterior. En este sentido, el gobierno se propuso como principales objetivos: la participación más activa en las operaciones para el mantenimiento de la paz, la promoción de la igualdad de género1, la presentación de la candidatura para ocupar un puesto como miembro no permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para el periodo 2021-20222, y desde el punto de vista económico, lograr un equilibrio entre crecimiento económico y medio ambiente.

Este último aspecto fue considerado de vital importancia, pues constituyó el motivo principal para la negociación de varios tratados comerciales incluyentes con distintos grupos regionales y actores internacionales.

En tal sentido, con la Unión Europea se concluyó el Acuerdo Económico y Comercial Global (AECG). Este acuerdo, después de un prolongado periodo de negociación, permitió la eliminación de un gran número de barreras comerciales entre las partes y como resultado de ello, las empresas europeas encontraron mejores condiciones para acceder al mercado canadiense, a su vez, las exportaciones de Canadá hacia el viejo continente se vieron favorecidas producto del nuevo marco regulatorio establecido.

A pesar de haber logrado un entendimiento cuasi integral en materia económico-comercial, en el acuerdo existieron aspectos como la protección de las inversiones, la definición del sistema de tribunales de inversiones, el acceso a los mercados de inversión de cartera, y las disposiciones relativas a la transparencia de los procedimientos administrativos, la revisión y el recurso a nivel de los Estados miembros, que no pudieron entrar en vigor oportunamente, al constituir puntos de conflicto que no fueron evacuados. Esta situación condicionó la implementación parcial del AECG hasta tanto pudiese ser lograda su ejecución total. A pesar de todos los esfuerzos realizados, el gobierno canadiense no pudo lograr que el acuerdo entrara en vigor en su totalidad. Sin embargo, la aplicación parcial del mismo ha sido interpretada como un logro, por haber materializado un difícil proceso de negociación, allanar el camino hacia su aprobación total y crear un marco jurídico apropiado para el desarrollo del comercio entre Canadá y la Unión Europea.

Con relación al continente asiático, en 2019 los gobiernos de Canadá y Japón realizaron un balance de los resultados obtenidos a raíz de la implementación del Acuerdo Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés) y su desempeño hasta ese momento, teniendo en cuenta que en 2017 el entonces presidente estadounidense Donald Trump decidió retirar a su país del mecanismo. El gobierno canadiense se erigió en un fuerte defensor de este acuerdo, en virtud de la necesidad de avanzar en su estrategia de diversificar sus relaciones comerciales internacionales y disminuir la dependencia de Estados Unidos. Las partes consideraron un éxito el funcionamiento del acuerdo, y promovieron a su vez la entrada en vigor en 2018 del Acuerdo Amplio y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP por sus siglas en inglés), firmado finalmente por Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. Con el CPTPP, se articuló un mercado de aproximadamente 500 millones de personas, que puso en contacto las economías de estos 11 países, a uno y otro lado del Pacífico.

Con relación a este acuerdo, el primer ministro canadiense Justin Trudeau expresó: “Compartimos la esperanza de que el CPTPP se convierta cada vez más en un modelo a seguir para los acuerdos comerciales, no solamente en el Pacífico sino en todo el mundo” (Swissinfo.ch, 2019).

Sin embrago, en el continente americano, el gobierno canadiense se vio obligado a renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), ante las fuertes presiones ejercidas por Estados Unidos. Desde su llegada al poder en 2016, el presidente estadounidense Donald Trump criticó el TLCAN, manifestó su intención de renegociarlo y obtener mayores ventajas para Estados Unidos. Esta postura generó fuertes tensiones con el gobierno canadiense, el cual, en última instancia, tuvo que sentarse a la mesa de negociaciones junto a sus pares mexicanos debido a la dependencia que en materia económica mantienen del país vecino. Las diferencias entre ambas naciones se vieron agudizadas como consecuencia de la llegada de Trump al poder. La retórica nacionalista, y la actitud proteccionista del inquilino de la Casa Blanca, hizo que la relación con Canadá tuviese desencuentros en aspectos cruciales como la producción automotriz y la industria petrolera, en las que debido a las decisiones unilaterales de Estados Unidos, se vieron afectados los intereses canadienses, principalmente en cuanto a generación de empleos y rentabilidad productiva.

En julio del 2020 entró en vigor la nueva etapa de este acuerdo, que sería conocido en lo adelante como el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Esta nueva versión del TLCAN fue aprobada en 2018, pero debió esperar hasta el año siguiente a que fuese ratificada por los parlamentos de Estados Unidos y Canadá, por lo que su entrada en vigor se dilató dos años.

Si bien la economía estadounidense ha sido la que más beneficios ha obtenido con el nuevo acuerdo tripartito, para Canadá también ha arrojado resultados positivos. Un año después de la implementación del T-MEC, las autoridades canadienses consideraron muy favorable el desarrollo del comercio en Norteamérica, principalmente por el papel que ha jugado el nuevo acuerdo en la recuperación económica después de la pandemia de Covid-19.

De acuerdo con estimaciones oficiales canadienses, sus empresas nacionales invirtieron alrededor de 13 000 millones de dólares en México, principalmente en el sector energético, y entre 2019 y 2021, el intercambio comercial entre estos dos países osciló como promedio en el orden de los 31 195 millones de dólares, comportándose el 2019 como el año de mejor rendimiento antes de que la pandemia en 2020 hiciera disminuir el intercambio comercial, momento en que se obtuvieron los más bajos indicadores del periodo. Para 2021, una vez superado el pico pandémico, se logró la recuperación del intercambio comercial entre estos dos países, alcanzando cifras del orden de los 33 144 millones de dólares, un 22,5% superior al año anterior y más parecida a la de los niveles prepandémicos (Secretaría de Economía , 2022).

Sin duda alguna, a pesar de haber tenido que renegociar el TLCAN a instancias del gobierno de Estados Unidos, las autoridades canadienses han podido beneficiarse del nuevo acuerdo alcanzado. El T-MEC contempló para la economía canadiense la posibilidad de aumentar sus exportaciones hacia Estados Unidos, especialmente en el sector automotriz y al mismo tiempo fortalecer la presencia de sus compañías mineras en suelo mexicano, uno de los aspectos más importantes dentro de la relación económica bilateral.

Como parte del interés de lograr acuerdos de libre comercio como medio para diversificar el intercambio comercial, el gobierno canadiense también comenzó las negociaciones para concertar un convenio de esta naturaleza con el Mercosur. En 2021 retomó las negociaciones con el bloque suramericano, después de haber suspendido los contactos a consecuencia de la pandemia de Covid-19. Con este tratado de libre comercio las partes se propusieron como principal objetivo aumentar el intercambio de bienes y servicios entre el bloque subregional y Canadá, principalmente en rublos exportables como la carne bovina, los vinos, las frutas y alimentos en general. Aunque aún permanece en fase de negociación, para el país norteño este nuevo proyecto ha constituido una oportunidad para avanzar en sus objetivos de política exterior, al incluir en la agenda de negociación temas referentes a las inversiones, comercio inclusivo, medio ambiente, género y derechos laborales.

Caracterización del sector externo del país (2019-2021): Análisis de los principales indicadores:

El comercio exterior.

Dentro de la economía de Canadá el comercio exterior representó entre 2019 y 2021 aproximadamente el 60% de su PIB, según datos del Banco Mundial. De ese total, las importaciones representaron en promedio el 31,8% del PIB mientras que para las exportaciones este indicador fue de 30,7% del PIB (Ver Tabla 1).

La Organización Mundial del Comercio (OMC) estableció en el año 2020 una caída del comercio exterior de Canadá, el cual se situó en el orden de los 390 600 millones de dólares, un 12,5% inferior al año anterior. Los principales destinos de las exportaciones de Canadá en 2020 fueron Estados Unidos (73,3%), China (4,8%), Reino Unido (3,8%) y Japón (2,4%). Sus principales rubros exportables fueron los recursos naturales, principalmente el petróleo y sus derivados, la industria pesada, con los automóviles, las autopartes, así como los minerales.

Por su parte, las importaciones tuvieron un comportamiento similar a las exportaciones. El país se ha convertido en un importador neto, el monto total de las importaciones ascendió durante el 2020 a 414 165 millones de dólares, un 10,7% inferior al año anterior. Lo mismo sucedió en cuanto al comercio de servicios, de los cuales el país importó 90 175 millones de dólares frente a unos 84 434 millones de dólares en exportaciones (Ver Tabla 2).

Este comportamiento del comercio canadiense propició que el déficit comercial aumentara durante los años de la pandemia debido a que sus exportaciones fueron menores que las importaciones. Las causas principales estuvieron relacionadas con la caída de los precios de los hidrocarburos y las tensiones comerciales con Estados Unidos, las cuales, como referimos anteriormente, estaban presentes desde la época en que se negoció el T-MEC. Sin embargo, a pesar de este panorama adverso, el Banco Mundial estimó tan solo en un 2% el déficit comercial de Canadá en el 2020.

Estas cifras se traducen en el alto nivel de endeudamiento con que cerró la economía canadiense durante el periodo debido al aumento de las importaciones y reducción de las exportaciones de bienes y servicios. De acuerdo con el Departamento de Estadísticas de Canadá, la producción manufacturera se vio perjudicada por la escasez de semiconductores, lo que contribuyó a un incremento de las importaciones, principalmente en el sector de la tecnología. Lo anterior no influyó para que a partir del 2020, cuando sufrió su mayor caída en los últimos 11 años, el PIB comenzara a mostrar señales de recuperación, gracias a la reactivación paulatina de la actividad económica dentro y fuera del país.

La existencia del AECG firmado con la Unión Europea, contribuyó a la recuperación del comercio en el país una vez que comenzó a producirse el levantamiento progresivo de las restricciones sanitarias impuestas durante la pandemia. El acuerdo comenzó a aplicarse de manera provisional en 2017, y se mantuvo en esa condición durante todo el periodo3. No obstante, su aplicación ha permitido a las partes implementar medidas que constituyen incentivos al comercio en aspectos como las normas de acceso al mercado para las mercancías, los obstáculos técnicos al comercio, las medidas sanitarias y fitosanitarias, la inversión, los servicios, el comercio electrónico, la política de competencia, la contratación pública, la propiedad intelectual, la cooperación reglamentaria y la resolución de litigios (Acuerdo Económico y Comercial Global UE-Canadá, 2024).

Como resultado de su implementación se logró entre otros beneficios para el comercio, la eliminación del 98% de los aranceles entre las partes, la simplificación del trabajo en papel, los reglamentos técnicos, los procedimientos aduaneros y las normas de origen, los requisitos de ensayo de productos, la información sobre contratación pública y las cuestiones de propiedad intelectual. También, se impulsó el comercio de alimentos, productos animales y vegetales, manteniendo al mismo tiempo altos niveles de salud y seguridad humana, animal y vegetal; se propició el acceso adicional al mercado en determinados sectores, ofreciendo una mejor movilidad a los trabajadores y facilitando el reconocimiento mutuo de las cualificaciones de los profesionales y la promoción de inversiones de alta calidad entre la Unión Europea y Canadá (Acuerdo Económico y Comercial Global UE-Canadá, 2024).

La inversión extranjera.

En materia de inversión extranjera directa el país experimentó un incremento de la entrada neta de capital entre los años 2019 y 2021. En el año 2019 registró unos 29,26 mil millones de dólares, mientras que en 2021 se produjo un aumento considerable, que registró unos 38,06 mil millones de dólares. Es válido notar que en 2020 se produjo un descenso de la inversión extranjera directa por debajo de las cifras antes mencionadas. Este suceso se correspondió con la contracción que sufrió el comercio mundial en esa fecha como consecuencia del impacto de la pandemia de Covid-19, año en que la misma se encontraba en su punto más álgido. Sin embargo, estas cifras distan de las que había logrado el país durante el periodo prepandemia, específicamente en 2017, cuando la inversión extranjera directa alcanzó unos 52,83 mil millones de dólares. Las cifras correspondientes a los montos de inversión extranjera que registró el país entre los años 2019-2021, corresponden a un 2,8%, 1,6% y 3% del PIB respectivamente4.

La salida neta de capital durante el mismo periodo de tiempo superó con creces la entrada de los mismos. Este fenómeno contribuyó a acentuar el déficit comercial que enfrenta la economía canadiense, pues los activos se quedaron en niveles inferiores con respecto a los pasivos. En 2019 el país registró unos 77,81 mil millones de dólares por concepto de salidas netas, frente a unos 50,17 mil millones en 2020 (se debe tener en cuenta que este fue el año que más se afectó el comercio internacional como consecuencia de la pandemia de Covid-19) y unos 98,24 mil millones en 2021. Estas cifras se corresponden con un 4,5%, un 3% y un 4,9% del PIB en cada uno de estos años respectivamente5.

 

Análisis comparativo de la Balanza de Pagos de Canadá (2019 y 2021)

Como es conocido, la balanza comercial de la cuenta corriente muestra el comportamiento de las importaciones y exportaciones de bienes y servicios. De esta forma, al analizar los saldos de la balanza de pagos de Canadá es posible medir el nivel de crecimiento económico o endeudamiento que registró la economía durante el periodo de tiempo analizado.

Con respecto al saldo de cuenta corriente del país, es necesario notar que venía mostrando indicadores negativos hasta 2021, año en que logró revertir este comportamiento y ubicarse en un punto de equilibrio (0%) con relación al PIB, lo cual implicó que a partir de este momento el país logró reorientar nuevamente su economía.

Un comportamiento similar tuvo la cuenta de cuenta de capital de la balanza de pagos del país durante el mismo periodo de tiempo, la cual evolucionó de un déficit de unos -67,05 mil millones de dólares en 2019 a unos -29,93 mil millones de dólares en 2021, representando prácticamente un 0% en relación con el PIB de ese año.

Lo anterior significa que el país, a partir del 2021, logró revertir el déficit económico que presentaba y reducir el nivel de endeudamiento internacional. Se produjo una paulatina recuperación de la economía nacional a juzgar por la reactivación de las actividades económicas que se vieron afectadas en el contexto de la pandemia, y a su vez, esto se tradujo en un discreto aumento de la disponibilidad de las reservas internacionales, dígase activos necesarios para asumir sus obligaciones y acometer inversiones. A partir de este comportamiento, el Fondo Monetario Internacional realizó una proyección para los años siguientes según la cual, la deuda canadiense continuaría su tendencia a la baja en 2022 (102,2%) y 2023 (98,7%) (Ver tabla No. 3).

Políticas económicas aplicadas en el país en el contexto de inflación

Es válido señalar que la modesta recuperación de la economía canadiense no hubiese sido posible sin las medidas adoptadas por el gobierno federal y los distintos gobiernos provinciales, a lo largo y ancho de todo el país.

Estas medidas contemplaron el apoyo financiero, principalmente para las empresas exportadoras, así como acceso a créditos bancarios y programas de asesoría financiera y comercial con el objetivo de ayudarlas a recuperarse del impacto de la pandemia de Covid-19. Por otra parte, el gobierno federal anunció un plan que destinaría 4,6 millones de dólares para combatir la inflación dentro del país. Este fenómeno ha golpeado fuertemente la economía nacional y sus efectos se reflejaron fundamentalmente en el aumento del precio de los alimentos y de la renta. En consecuencia, el gobierno estableció que en los nuevos contratos de renta no podría incrementarse el precio de la misma más allá de un 2,5% anual y limitó la posibilidad de comprar viviendas solo a aquellas personas que ostenten la ciudadanía canadiense.

Adoptadas con el objetivo de proteger a la ciudadanía frente al encarecimiento del costo de la vida en el país, las medidas por sí solas no lograron garantizar la recuperación de la economía canadiense. Sin embargo, gracias a su condición de país desarrollado, Canadá pudo evitar que los efectos de la crisis económica ocasionada a raíz de la pandemia fueran más desastrosos.

A pesar de que en 2021 la economía canadiense logró crecer un 5% anual, el mayor crecimiento de PIB de los últimos años, esto no fue suficiente para superar los desafíos que hasta ese momento venía enfrentando. La interconexión que históricamente ha mantenido con la economía estadounidense, a la par de los evidentes beneficios que en este aspecto le ha reportado esta condición, al mismo tiempo ha ocasionado que el país se haya mantenido vulnerable a todos los fenómenos que afectaron a la economía de su vecino del sur durante el periodo. Un ejemplo fehaciente de esto lo constituyó la disputa comercial entre Estados Unidos y China, en la que el primero logró involucrar al gobierno de Canadá, el cual realizó acciones contra el gigante asiático en este marco que a la larga tuvieron consecuencias negativas para su propia economía. A pesar de todo ello, si bien sus relaciones con Estados Unidos han tenido un carácter estratégico y de seguridad nacional, lo cierto es que el accionar del gobierno canadiense en materia de política exterior durante el periodo estudiado ha evidenciado el interés en superar esa dependencia, diversificar sus exportaciones y fortalecer su presencia en otros mercados internacionales, fundamentalmente en Europa y Asia.

CONCLUSIONES

La pandemia de Covid-19 impactó negativamente las relaciones económicas internacionales. Como país con una economía liberal, Canadá no pudo escapar de los estragos ocasionados esta, que se tradujeron en una contracción del comercio exterior, un aumento del endeudamiento del país y el incremento de los niveles de inflación de la economía.

A pesar de las afectaciones ocasionadas por la pandemia, el país pudo hacer frente y adoptar medidas que en cierta forma contribuyeron a incentivar la reactivación económica. Sin lugar a dudas, se trata de una nación altamente desarrollada que ocupa el lugar 14 a nivel mundial en el Índice de Competitividad Global y el 11no. en relación con el tamaño de su Producto Interno Bruto, el cual constituye el 2,3% del total mundial.

Hasta cierto punto las medidas adoptadas por el gobierno y fundamentalmente el levantamiento de las restricciones impuestas a raíz de la pandemia, permitieron que el país retomara indicadores de crecimiento positivos. A pesar de que estos no tuvieron el mismo ritmo que en años anteriores, sí constituyeron señales claras de recuperación de los estándares de vida de la población canadiense, que habían decaído como consecuencia del aumento de la inflación, el desempleo y la escasez de algunos productos dentro del mercado nacional.

Los acuerdos económicos que el país firmó con otros bloques regionales no alcanzaron todo su potencial durante el periodo. El gobierno canadiense apostó por estos compromisos internacionales para estimular su independencia económica de Estados Unidos, aunque sin alterar la esencia de las relaciones entre ambas naciones, pues más allá del carácter económico, estos vínculos encierran intereses estratégicos y de seguridad nacional.

notas

1 Este aspecto constituyó un elemento clave que junto con los demás objetivos en materia de relaciones internacionales motivó por parte del gobierno canadiense el desarrollo de una Política Exterior Feminista, cuyas principales prioridades estuvieron presentes en la mayoría de los instrumentos internacionales de los que Canadá hizo parte durante el periodo.

2 Pese a un intenso esfuerzo diplomático, en junio del 2020 Canadá perdió la posibilidad de lograr una silla en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Noruega e Irlanda ganaron los dos puestos temporales disponibles, con 130 y 128 votos respectivamente. Canadá recibió 108 votos a favor, 20 por debajo de los 128 necesarios para ganar un puesto en la mesa (Valencia, 2020).

3 La entrada en vigor plena del AECG solo será posible una vez que sea ratificado por todos los parlamentos de los Estados miembros del bloque comunitario.

4 Inversión extranjera directa, neta (balanza de pagos, US$ a precios actuales) % PIB- Canadá (Grupo Banco Mundial, 2023)

5 Inversión extranjera directa, salidas netas (BDP, USD a precios actuales) - Canadá (Grupo Banco Mundial, 2023)

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