DIPLOMACIA CUBANA

El G-77 más China y la Cumbre de la Habana: su trascendencia estratégica en el contexto político internacional actual

The G-77 plus China and the Havana Summit: their strategic significance in the current international political context

Dr. C Raynier Pellón Azopardo

Doctor en Ciencias Históricas. Máster en Historia Contemporánea (mención en Estudios Europeos) y Licenciado en Historia, por la Universidad de La Habana. Jefe de proyectos y coordinador de Escenarios de Política Internacional sobre Europa en el Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI), La Habana, Cuba.

raynierpellon80@gmail.com 0000-0002-4809-4232

Cómo citar (APA, séptima edición): Pellón Azopardo, R. (2024). El G-77 más China y la Cumbre de la Habana: su trascendencia estratégica en el contexto político internacional actual. Política Internacional, VI (Nro. 1), 106-115. https://doi.org/10.5281/zenodo.10392215

DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.10392215

 

Recibido: 15 de noviembre de 2023

Aprobado: 18 de diciembre de 2023

RESUMEN La Cumbre del G-77 y China en La Habana, celebrada el 15 y 16 de septiembre de 2023 bajo el tema: “Retos actuales del desarrollo: Papel de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación”, guardó estrecha relación con el contexto político internacional en el que se desarrolló y con el tradicional activismo del Gobierno cubano para hacer avanzar los intereses comunes del sur global. Por tanto, ¿en qué contexto global se desarrolló la Cumbre del G-77 y China en La Habana? ¿Cuán válido es hablar de multilateralismo en el mundo de hoy? ¿Qué aportó este foro en particular? A estas interrogantes pretende dar respuesta el presente trabajo, que convoca a valorar la trascendencia estratégica de esta Cumbre, en el marco de las tendencias geopolíticas, económicas y de seguridad internacionales.

Palabras claves: G-77 más China, Cumbre de La Habana, multilateralismo, geopolítica, Sur Global, países en desarrollo

ABSTRACT The G-77-China Summit in Havana, held on 15-16 September 2023 under the theme: "Current Development Challenges: The Role of Science, Technology and Innovation", was closely related to the international political context in which it took place and to the Cuban government's traditional activism to advance the common interests of the global south. So, in what global context did the G-77 and China Summit in Havana take place, how valid is it to speak of multilateralism in today's world, and what did this particular forum contribute? This paper seeks to answer these questions by assessing the strategic importance of this summit in the context of international geopolitical, economic and security trends.

Keywords: G-77 plus China, Havana Summit, multilateralism, geopolitics, geopolitics, Global South, developing countries

INTRODUCCIÓN

Cuba asumió la presidencia pro tempore del G77 y China, en enero de 2023, y garantizó un proceso de negociación intergubernamental, amplio, transparente e inclusivo, en función de acordar contribuciones prácticas, que fueran leales a los propósitos y principios del grupo, atendiendo a las necesidades de los países en desarrollo y apegado firmemente al reclamo del derecho al desarrollo.

En esa dirección se aprecia una mayor concertación y unidad de acción del G-77 y China, junto a una mayor participación de las naciones en desarrollo, en los procesos que se encaminan a crear organismos, normativas y alianzas financieras, comerciales y de seguridad, que en esencia son anti hegemónicas y verdaderamente democráticas.

Sin embargo, se aprecia una fuerte oposición de las potencias occidentales, ante el grado de avance que tienen las posiciones económicas, comerciales, financieras, y tecnológicas del Sur global, determinando la intensidad de los conflictos en el sistema de relaciones internacionales actuales.

En este sentido, la Cumbre del G-77 y China en La Habana, celebrada el 15 y 16 de septiembre de 2023 bajo el tema: “Retos actuales del desarrollo: Papel de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación”, guardó estrecha relación con el contexto político internacional en el que se desarrolló y con el tradicional activismo del Gobierno cubano para hacer avanzar los intereses comunes del sur global.

Por tanto, ¿en qué contexto global se desarrolló la Cumbre del G-77 y China en La Habana? ¿Cuán válido es hablar de multilateralismo en el mundo de hoy? ¿Qué aportó este foro en particular?

A estas interrogantes pretende dar respuesta el presente trabajo, que convoca a valorar la trascendencia estratégica de esta Cumbre, en el marco de las tendencias geopolíticas, económicas y de seguridad internacionales.

DESARROLLO

La Cumbre del G-77 + China en La Habana y su contexto internacional

La trascendencia de la Cumbre del G-77 y China en La Habana guarda estrecha relación con el contexto político internacional en el que se desarrolló, que evidencia un cambio significativo en la correlación de fuerzas globales. Elementos estructurales revelan un paulatino declive de la hegemonía occidental y la transición hacia un mundo multipolar. Algunos expertos vaticinan la entrada en una era post europea y en alguna medida post occidental, para pasar a la era asiática (Lamo de Espinosa, 2020).

Dos tendencias de largo plazo que continuarán son ilustrativas de importantes cambios en la correlación de fuerzas globales: la enorme diferencia demográfica, y la convergencia de este factor con la pérdida occidental del monopolio de la tecno-ciencia. En la Cumbre de La Habana estuvo representada el 80% de la población mundial. Si hace un siglo Europa sumaba 20% o 25% de la población del planeta, hoy solo alcanza el 9,37% aproximadamente, Latinoamérica, 8,28% y todo el viejo Occidente -incluida América del Norte-, constituirá pronto poco menos del 20%, similar a lo que será África, que representa un 17,92%, mientras Asia es y será el restante 60%. Por su parte, potencias asiáticas han tomado el liderazgo en tecnologías de vanguardia, como las telecomunicaciones 5G, y la biotecnología. El PIB acumulado que producen los trabajadores chinos es el segundo del mundo y el primero en paridad del poder adquisitivo a nivel global.

A ello habría que agregarle la influencia internacional y creciente cooperación entre diversos mecanismos de concertación política e integración, como son la Unión Económica Euroasiática, la Organización de Cooperación de Shanghái, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva y los BRICS, entre otros, cuyas iniciativas, si bien no se muestran antagónicas con el modelo global de acumulación y el sistema capitalista predominante, sí son percibidas como una amenaza para la proyección estratégica occidental, al cuestionar en la praxis sus mecanismos de gobernanza mundial (Pellón, 2023).

Desde el sur geopolítico resulta evidente la necesidad de una reforma integral de la arquitectura financiera internacional y de un enfoque más inclusivo y coordinado de la gobernanza financiera mundial, con mayor énfasis en la cooperación entre los países, incluso mediante el aumento de la representación de los países en desarrollo en los órganos mundiales de toma de decisiones y formulación de políticas, lo que contribuiría a mejorar las capacidades de los países en desarrollo para acceder y desarrollar la ciencia, la tecnología y la innovación.

La arquitectura financiera predominante, así como sus mecanismos de gestión de riesgos y prácticas de supervisión han conferido a EE.UU. y aliados, durante décadas, la capacidad de monitorear la situación política, económica, y social en parte importante del mundo. Al respecto, los condicionamientos establecidos en el ámbito de sus relaciones económicas a nivel global y el incremento de medidas coercitivas y de sanciones unilaterales devienen en instrumento a través de los cuales Occidente promueve y ejecuta diversas formas de injerencia y pretende socavar la soberanía de los Estados. Entre otras medidas, pueden destacarse los requisitos que establecen para que otros países puedan participar en el Sistema Generalizado de Preferencia (SGP). Le siguen los condicionamientos establecidos por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), incluido para que las naciones de renta media y baja puedan emprender los procesos de renegociación de sus deudas en el Club de París, y las establecidas bilateralmente para brindar sus recursos financieros (Pellón, 2017).

La promoción que realiza EE.UU. y aliados de su noción de "buena gobernanza" también ha respondido al interés de incidir en los asuntos domésticos de otros actores e imponer sus intereses a escala global. El cumplimiento de sus exigencias -vinculadas a diversos ámbitos de la vida domésticas y no necesariamente a las garantías de tipo económico- se transforman en requisito imprescindible para poder tener acceso a los flujos de ayuda externa, ser elegibles para préstamos, no confrontar malas calificaciones como posibles destinos de inversiones extranjeras, ventajas comerciales o simplemente lograr la firma de tratados, convenios u otros beneficios. Estos mecanismos han reproducido estructuras económicas dependientes en los países del Sur y perpetúan paralelamente las asimetrías con el norte industrializado en ámbitos esenciales para el desarrollo económico, como lo son el acceso y uso de la ciencia, la tecnología y la innovación.

Expresión de un cambio en la correlación de fuerzas internacionales, desde el Sur geopolítico se apuesta por una reforma de la arquitectura financiera internacional aún predominante, al tiempo que surgen o se consolidan nuevas estructuras e iniciativas que son funcionales y paralelas.

La Cumbre de los BRICS, celebrada en Sudáfrica en agosto de 2023, y donde Cuba participó en calidad de presidente pro tempore del G-77, constituyó un hito en el ámbito de las relaciones políticas internacionales. Destacó en este foro la importancia y avance de estructuras financieras como el Fondo de Reservas y de Estabilización o el nuevo Banco de Desarrollo, que representan alternativas a las necesidades de financiación de los países en desarrollo y a las deficiencias de crédito que existen en las instituciones financieras multinacionales (Lula, 2023). A nivel multilateral, este grupo favorece un comercio internacional más justo, predecible y equitativo, mientras que las proyecciones sitúan el PIB de los BRICS por encima del G7.

Ciertamente, la preponderancia de EE.UU. sigue aún sustentada tanto en su peso económico, científico-técnico, militar y político, como en las vulnerabilidades estructurales de la Unión Europea (UE) y la pérdida de protagonismo de Japón en su papel de potencia económica regional y mundial. Sin embargo, también es un hecho que EE.UU. muestra cada vez menos capacidad de afrontar por sí solo las perturbaciones internacionales y garantizar el suministro de los bienes comunes de estabilidad y seguridad. Al propio tiempo, las divisiones y las vacilaciones europeas inhabilitan a la UE para llenar el vacío creado por una progresiva retirada estadounidense y por un igualmente progresivo traslado del poder de Occidente al Este y hacia el Sur (Pellón, 2022).

En un escenario multipolar y ante las múltiples repercusiones de la guerra en Ucrania, crece la dependencia de la UE con EE.UU., particularmente en los asuntos de seguridad. La Unión pierde relevancia como actor internacional. Las sanciones occidentales contra Rusia en el contexto del conflicto en Ucrania han tenido un efecto bumerán, incrementando los costos de la energía, obstaculizando las cadenas de suministros, afectando la producción industrial en la UE, su peso en el PIB mundial y su competitividad frente a otros polos de poder (Colectivo de autores, 2023).

Por otra parte, las proyecciones geoestratégicas de la UE y la OTAN también están impregnadas del protagonismo de la extrema derecha europea y mundial. Figuras como Donald Trump o Marine Le Pen, y agrupaciones como Amanecer Dorado o Vox, no son casos aislados, sino sistémicos, y están fuertemente vinculados a los daños del neoliberalismo y la crisis estructural del sistema capitalista. Washington ha dejado de ser un aliado predecible para Europa, y en la Unión Europea ya se esperan los resultados de las próximas elecciones generales estadounidenses, dada la debilidad que perciben en los demócratas ante la oposición republicana (Pellón, 2023).

Al propio tiempo, las tendencias generales que se manifiestan para la UE son negativas y, como balance también su efecto estratégico, tanto sobre la naturaleza del modelo de integración, como sobre las capacidades de la UE en su condición de actor global. Entre las variables claves están los efectos negativos de la crisis sistémica, la interrupción de las cadenas de suministros globales, la elevada deuda pública y privada, así como la insuficiente recuperación del consumo y las inversiones. Las dificultades para acceder a materias primas fundamentales, con precios competitivos, también destacan entre los factores que inciden en la evolución del proceso integracionista. El efecto combinado de estas variables determina un periodo de estanflación económica para la UE y de recesión en varios de sus Estados miembros (Colectivo de autores, 2023).

En este contexto, la UE y EE.UU. han cometido un error de cálculo al utilizar la desconexión del SWIFT1 como medio de presión sobre terceros y como parte de su amplio arsenal de medidas coercitivas unilaterales. En respuesta, surgen y se desarrollan sistemas de transferencias de mensajería financieras alternativos, entre los que destaca el desarrollado por China, conocido por International Payments System (CIPS) por sus siglas en inglés, el desarrollado por el Banco Central de Rusia (SPFS) conocido por sus siglas en ruso, o el sistema de telecomunicaciones interbancarias de Irán (SEPAM) (Rodríguez, 2023: 7). Se conoce además que el empleo del rublo ruso y la rupia india en el intercambio comercial ha llevado a un sistema de pagos alternativo que igualmente sustituye el sistema SWIFT, mientras que en los países de la Unión Económica Euroasiática (UEEA), la proporción de pagos en monedas nacionales ya ha alcanzado el 75 % (Meeting of the Supreme Eurasian Economic Council, 2022).

En síntesis, la fractura del SWIFT apunta a favor de un paulatino proceso de desdolarización de la economía mundial y será perjudicial a largo plazo para el dominio del dólar en el mundo. Cabe esperar una mayor fragmentación del sistema monetario y la proliferación de eventuales acuerdos para la utilización de otras monedas en el intercambio comercial, aunque el dólar continuará por un tiempo mayor como moneda de reserva internacional dominante.

Por su parte, China y Rusia comparten la estrategia de crear una red de interconexiones entre no menos de cinco zonas de medular importancia estratégica: Rusia (puente clave entre Asia y Europa), los países de Asia Central, el Sudeste Asiático (con importantes funciones para Arabia Saudita, Irak, Irán, Siria y Turquía), el Cáucaso y Europa del Este (entre otros, Bielorrusia, Moldavia y, en función de una pretendida estabilidad, Ucrania). La planificación de la Nueva Ruta de la Seda de China por Eurasia, aunque atraviesa obstáculos de todo tipo, prosigue. El resultado final podría ser la construcción de infraestructuras integradas (carreteras, trenes de alta velocidad, oleoductos, puertos), que conectarían a China con Europa Occidental, el Mediterráneo y otras zonas de importancia geoestratégica en todas las formas imaginables.

El objetivo estadounidense de aislar a Rusia, a la vez que procura debilitar a la UE, persigue estratégicamente dividir a Eurasia e impedir posibles avances de una relación económica y geopolítica (no controlada por la Casa Blanca) entre la Unión, China y Rusia. Estos son factores esenciales tras el conflicto en Ucrania, que explican algunas de sus causas y el motivo por el cual EE.UU. prefiere dilatar la guerra, e ignorar las salidas diplomáticas propuestas por diversos actores internacionales. Tras la aparente cohesión de los aliados transatlánticos en su política de sanciones contra Rusia y el envío de armas y financiamiento a Ucrania, persisten las inquietudes sobre cómo va a terminar el conflicto. Algunos líderes europeos siguen viendo a Rusia como un vecino ineludible, que no podrá ser aislado permanentemente sin plantear grandes peligros para la seguridad internacional (Pellón, 2023).

La salida de empresas europeas y estadounidenses del mercado ruso también posibilitó una mayor presencia de compañías chinas en sectores claves como el de la industria automovilística, electrodomésticos, industria hotelera y en los proyectos de minería avanzada. El avance en las relaciones bilaterales con China se ha manifestado en el incremento de más de dos veces del comercio, con una meta de alcanzar los 250 mil millones de dólares. Este crecimiento implica –en términos de las exportaciones de Rusia- un crecimiento significativo en petróleo y gas, así como una intensa colaboración en el terreno militar (Rodríguez, 2023).

Rusia logró reducir los impactos económicos de las sanciones occidentales durante 2023. Reorientó la mayoría de sus exportaciones de hidrocarburos hacia el mercado asiático, en particular hacia China e India. El pago de los energéticos en rublos también reevaluó su moneda, y la intención occidental de cortar el suministro de energía proveniente de Rusia no fue factible en el corto plazo por el nivel de dependencia de algunos Estados miembros de la UE.

En el contexto global descrito, el Cáucaso y Asia Central y Oriental cobran importancia como centro geopolítico y económico mundial. Los instrumentos de cooperación existentes y los acuerdos futuros siguen siendo instrumentos de poder, por medio de los cuales las potencias históricas y las emergentes se disputan un lugar en la correlación de fuerzas de esta región y mundiales.

¿Cuán válido es hablar de multilateralismo en el mundo de hoy?

La transición hacia un mundo multipolar sigue múltiples tendencias que en ocasiones pueden ser contradictorias: la diseminación del poder, con una traslación del centro de gravedad económica de Occidente a Asia; cambios en la geopolítica internacional, incluyendo el ascenso de las posiciones nacionalistas de fuerzas de extrema derecha y neofascistas; el aumento de la importancia de los factores étnicos, religiosos y civilizatorios; el debilitamiento de la gobernanza internacional; la crisis del multilateralismo; el incremento de la inestabilidad regional y el acrecentamiento de la posibilidad de que estallen conflictos internacionales (Pellón, 2022).

Sin embargo, existen varios factores que explican la viabilidad y necesidad de una estrecha coordinación y cooperación, no solo dentro de lo que reconocemos como mundo occidental; sino entre este y el asiático, entre el norte industrializado y los países en desarrollo, e incluso entre actores que promulgan modelos democráticos de organización política, económica y social distintos.

Partiendo de los factores más generales, debe considerarse que, en la fase actual de las relaciones de producción capitalista, y a pesar de la polarización promovida desde EE.UU., existe una importante interdependencia e interconexión de los mercados, las naciones y los procesos productivos a escala global. Este entramado de conexiones tiene un carácter objetivo, determinando que, en medio de una tradicional competencia a nivel regional e internacional, los actores globales tengan que desarrollar acciones coordinadas para el enfrentamiento de los denominados problemas globales (Pellón, 2020).

Problemas como las pandemias, las crisis económicas cíclicas, el cambio climático, la estabilidad financiera internacional, las migraciones, el tráfico de drogas, de armas y de personas, la crisis alimentaria, el terrorismo -entre otros- son muy difíciles de manejar sin una amplia coordinación internacional, lo cual implica inexorablemente la formación de concertaciones y alianzas entre actores de diversa naturaleza, sean asiáticos u occidentales, sean del sur o del norte, si se apuesta por una definitiva solución.

No obstante, las naciones que integran el G-7 evidencian una fuerte oposición al cambio en la correlación de fuerzas globales.2 Japón ocupó la presidencia rotativa y se celebró la Cumbre del Grupo en la ciudad de Hiroshima, del 19 al 21 de mayo de 2023. Las contradicciones derivadas de los acuerdos y comunicados de esta cumbre fueron evidentes. Las declaraciones persiguieron, en esencia, contener el ascenso de China y Rusia en el balance de fuerzas globales; así como, perpetuar un orden internacional que resulte funcional a los intereses hegemónicos occidentales, mientras la humanidad enfrenta los impactos vigentes de la pandemia, un alto índice de inflación, diferentes focos de tensión internacionales y un conflicto bélico en Europa de elevadas repercusiones internacionales (Colectivo de autores b, 2023).

Más allá de proponer soluciones efectivas ante los problemas globales, esta cumbre demostró falta de compromiso para promover un desarrollo equitativo para todos los países. La responsabilidad histórica de dichas potencias frente al subdesarrollo, la escasa representatividad de los intereses del Sur Global en dicho foro y la supeditación de los problemas globales a otros que afectan fundamentalmente el statu quo de los países miembros, evidencian que el G7 se comporta más como una cofradía que es incapaz de mitigar los problemas más urgentes del mundo.

La declaración del G7 no proporcionó una hoja de ruta para recaudar los recursos necesarios y, abordar la crisis alimentaria eficazmente, crear resiliencia y proteger a los pequeños agricultores. En este orden tampoco se percibe una acción decisiva sobre los efectos del cambio climático, ya que ambas crisis están estrechamente relacionadas.

Al propio tiempo, quedaron pendientes los compromisos financieros para responder a los efectos vigentes de la pandemia y el ACT-Accelerator sigue enfrentándose a un déficit de financiamiento de 13 000 millones de dólares.3 El G7 tampoco se comprometió a realizar más cambios estructurales que pudieran ayudar a prevenir o al menos a prepararnos mejor ante otras pandemias. A diferencia de la cumbre del año pasado, en la que la COVID-19 y los sistemas sanitarios mundiales ocuparon el centro de la escena, estos temas fueron escasamente tratados (Colectivo de autores b, 2023).

De manera más específica debe destacarse que las casusas de diversos problemas referidos en la Cumbre del G 77, como el incremento de las desigualdades, la fragilidad institucional, o el carácter mercantil de la ciencia, las tecnologías y la innovación responden en esencia a factores inherentes al modelo neoliberal. Las causas esenciales de estos problemas son endógenas, venía manifestándose antes de la crisis provocada por la COVID-19 y están asociadas a las políticas de ese corte impuestas desde occidente a los países en desarrollo, conllevando a la reducción de la gestión de los Estados, a excesivas privatizaciones y al debilitamiento de las políticas públicas.

¿Qué aportó la Cumbre del G-77 y China en La Habana?

La Cumbre del G-77 y China, celebrada el 15 y 16 de septiembre de 2023 en La Habana, Cuba, bajo el tema: “Retos actuales del desarrollo: Papel de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación”, destacó por ser oportuna y necesaria, en momentos que gana espacio la polarización política al interior de los Estados y en el escenario internacional, al tiempo que se debilitan los instrumentos de control y no proliferación de armas y activan las alarmas de potenciales conflictos a escala global.

La declaración de La Habana ha sido un antídoto contra la construcción estadounidense de un orden internacional dividido en bloques, altamente polarizado e incapaz de atender los desafíos generados por el orden económico actual, que es injusto para los países en desarrollo, pero al propio tiempo ha sido funcional ante los intereses hegemónicos de Washington.

Quedó evidenciada la pertinencia de que el sur global dialogue permanentemente en función de su unidad, en la elaboración de acciones que se dirijan a reforzar el multilateralismo, y a lograr una reforma integral de la arquitectura financiera internacional, con un enfoque más inclusivo y coordinado en la gobernanza financiera mundial.

La declaración política de la Cumbre, formalmente aprobada por todas las delegaciones, también insiste en el rechazo a la imposición de leyes y regulaciones con efecto extraterritorial y todas las demás formas de medidas económicas coercitivas, incluidas las sanciones unilaterales contra los países en desarrollo, y subraya la urgente necesidad de eliminarlas inmediatamente.

Entre los 47 párrafos que conforman la declaración, todos esenciales, también se destaca que los principales desafíos generados por el actual orden económico internacional, han alcanzado su expresión más aguda en la actualidad debido, entre otras cosas, a los persistentes efectos negativos de la pandemia de COVID-19, a pesar de que la OMS ha levantado la Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional (ESPII) por COVID-19; las tensiones geopolíticas; las medidas coercitivas unilaterales y las múltiples crisis actuales, incluidas las crisis económica y financiera; la fragilidad de las perspectivas económicas mundiales; el aumento de la presión sobre los alimentos, la energía; el desplazamiento de personas; la volatilidad de los mercados; la inflación; el ajuste monetario; la creciente carga de la deuda externa; el aumento de la pobreza extrema; el aumento de las desigualdades dentro de los países y entre ellos; y los efectos adversos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la desertificación, las tormentas de arena y polvo y la degradación del medio ambiente, así como las brechas digitales, sin que hasta ahora haya una hoja de ruta clara para hacer frente a estos problemas mundiales (Declaración de La Habana, 2023.)

Se destaca asimismo el importante papel de la ciencia, la tecnología y la innovación como pilares, facilitadores y catalizadores para apoyar el crecimiento sostenido, inclusivo y sostenible, reiterando el papel crucial de la Asistencia Oficial para el Desarrollo, en el apoyo a las necesidades de los países del Sur y en la urgente demanda de que los países desarrollados cumplan su compromiso histórico en este sentido.

Se promueve el fortalecimiento de la cooperación Sur-Sur para optimizar el potencial y complementar los recursos y conocimientos especializados, que permiten hacer frente a los desafíos comunes de los países en desarrollo y, entre otros, acelerar el progreso en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Como parte de un plan de acciones se acordó solicitar al Presidente de la Asamblea General que convoque, en el contexto del Octogésimo Periodo de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, una Reunión de Alto Nivel sobre Ciencia, Tecnología e Innovación para el Desarrollo, centrada en particular en las medidas que deben adoptarse para atender las necesidades de los países en desarrollo en estos ámbitos. Se reafirmó el compromiso de aplicar en los planos nacional e internacional las medidas concretas contenidas en la Declaración y ratificó la decisión de retomar el trabajo del Consorcio de Ciencia, Tecnología e Innovación para el Sur (COSTIS), instando a los miembros del Grupo a evaluar y trazar estrategias para garantizar su funcionamiento efectivo (Declaración de La Habana, 2023).

CONCLUSIONES

Las tendencias geopolíticas, económicas y de seguridad pudieran acelerar el debilitamiento del monopolio del dólar, la erosión de la cohesión transatlántica y, el deterioro del liderazgo estratégico mundial de EE.UU., en la medida en que tienen que enfrentar cada vez más resistencias a su dominio económico, político y militar. Pudiera argumentarse que la política de máxima presión occidental contra Rusia y la creciente rivalidad con China ha acelerado la convergencia estratégica entre Moscú y Pekín y, profundizado la integración euroasiática, que, si bien se enmarcan en la regionalización inherente a la transnacionalización mundial, también ha limitado el alcance de la estrategia estadounidense, como regulador del ámbito político-militar internacional.

Como resultado, EE.UU. otorga cada vez más importancia a la OTAN como mecanismo de coerción dirigido a garantizar sus intereses estratégicos, en cualquier parte del mundo, en la forma de un incremento de las concertaciones, las alianzas y las afiliaciones a la organización. En dicho contexto, los complejos militares industriales han pasado a ser fundamentales como elemento de disuasión, produciendo una escalada de la carrera armamentista y el debilitamiento de los instrumentos de control y no proliferación de armas.

Desde La Habana, Cuba, se desarrolló en septiembre de 2023 una Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno del G-77 y China claramente exitosa, celebrada por la comunidad internacional, que acordó entre sus principales resultados varias iniciativas de importancia estratégica para los países del Sur Global. Contrario a la fallida pretensión estadounidense de aislar a Cuba, el Gobierno de la Isla recibió todo el apoyo, la solidaridad, y el agradecimiento del G-77 y China por la organización y desarrollo de esta Cumbre, confiados en que marcó la pauta de futuras acciones en estos tiempos de enormes desafíos y permitió avanzar hacia legítimas aspiraciones, de los países en desarrollo.

Puede concluirse que ante los problemas comunes que enfrenta la humanidad, resulta esencial el fortalecimiento del multilateralismo y la promoción de un nuevo orden económico internacional, basado en la justicia, en la equidad, en la solidaridad, en la paz internacional y la sostenibilidad de un desarrollo para todos.

notas

1 La Society for World wide Interbank Financial Telecommunication (SWIFT) es una sociedad creada en 1973 que integra 11.000 establecimientos bancarios a lo largo y ancho del mundo, a los que permite realizar operaciones financieras de transmisión de órdenes de pago. Se considera un sistema muy cercano a la Secretaría del Tesoro de Estados Unidos y al USD.

2 Integrado por Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Japón, Italia y Canadá, el foro surgió para promover la coordinación de políticas macroeconómicas, monetarias, comerciales y energéticas, en los años 70, derivando en aspectos de importancia geopolítica y de seguridad que impactan al conjunto de las relaciones políticas internacionales actuales.

3 The Access to COVID-19 Tools (ACT) Accelerator, is a groundbreaking global collaboration to accelerate development, production, and equitable access to COVID-19 tests, treatments, and vaccines. En: https://www.who.int/initiatives/act-accelerator/about

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CONFLICTO DE INTERESES

El autor declara que no existen conflictos de intereses relacionado con el artículo.