La economía digital y sus implicaciones para las relaciones internacionales

The digital economy and its implications for international relations

M. Sc. Olga Stolik

Master en Relaciones Internacionales. Profesora e Investigadora del Centro de Investigaciones de la Economía Internacional, Universidad de La Habana, Cuba. stolik@ciei.uh.cu 0000-0002-9000-7091

DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.8422673

Cómo citar (APA, séptima edición): M. Sc. Olga Stolik. (2023). La economía digital y sus implicaciones para las relaciones internacionales. Política internacional, V (No. 4/2023), 24–34. https://doi.org/10.5281/zenodo.8422673

Recibido: 15 de mayo de 2023

Aprobado: 31 de agosto de 2023

 

 

RESUMEN El desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones ha influido en el vertiginoso avance de nuevas tecnologías que se enmarcan en la economía digital, potenciado en los últimos años y con un crecimiento exponencial debido a las necesidades impuestas por la pandemia de Covid-19. La economía digital entrelaza servicios y procesos globales; trasciende las fronteras de la economía, la sociedad, la cultura, la gobernanza y la política, estableciendo nuevos patrones de conducta y de la realidad. La globalización digital ha transformado muchos aspectos y convive con la economía tradicional. Aunque no se desarrolla por igual en todos los países y sectores, es un hecho su presencia y su rápido crecimiento y expansión. Los resultados permiten determinar la articulación entre los componentes de la economía digital, la comunicación y la política, en el ejercicio de prácticas modernas dentro de un entorno de desarrollo acelerado de las tecnologías. También brinda elementos para el estudio de la comunicación política en el ámbito digital. Estudiar las relaciones internacionales y la necesidad de un nuevo orden económico internacional debe incluir los aspectos tecnológicos, en especial la economía digital. El objetivo del presente trabajo es identificar las principales características de la economía digital y sus desafíos para las relaciones internacionales, y así poder entender su utilización con fines políticos y en la reconfiguración de la geopolítica a corto, mediano y largo plazo.

Palabras claves: Economía digital, Relaciones Internacionales, tecnologías, comunicación, política, geopolítica

 

ABSTRACT The development of information and communication technologies has influenced the dizzying advance of new technologies that are part of the digital economy, boosted in recent years and with an exponential growth due to the needs imposed by the Covid-19 pandemic. The digital economy intertwines global services and processes; it transcends the boundaries of economy, society, culture, governance and politics, establishing new patterns of behavior and reality. Digital globalization has transformed many aspects and coexists with the traditional economy. Although it does not develop equally in all countries and sectors, its presence and its rapid growth and expansion is a fact. The objective of this paper is to identify the main characteristics of the digital economy and its challenges for international relations, in order to understand its use for political purposes and in the reconfiguration of geopolitics in the short, medium and long term. The results make it possible to determine the articulation between the components of the digital economy, communication and politics, in the exercise of modern practices within an environment of accelerated development of technologies. It also provides elements for the study of political communication in the digital sphere. The study of international relations and the need for a new international economic order must include technological aspects, especially the digital economy.

Keywords: Digital Economy, International Relations, technologies, communication, politics, geopolitics

INTRODUCCIÓN

Desde el 2020 la economía internacional ha experimentado importantes cambios, que algunos especialistas los ven como radicales y otros los analizan como un progreso más alto en la evolución de algunas tendencias. Esto se tradujo en que las restricciones sanitarias ante la pandemia de Covid-19, obligaron a los gobiernos, a las empresas y a las personas a adoptar nuevas formas de enfrentar la realidad y utilizar las tecnologías, que permitieran mantener las necesarias restricciones sanitarias.

En este contexto la economía digital encuentra un terreno natural para su rápido desarrollo, por la casi imprescindible adopción de las tecnologías existentes. Este aumento de la demanda tecnológica, impulsó aún más el desarrollo en este sector, con un crecimiento exponencial, no visto hasta el momento.

El sector digital está revolucionando la industria en general, desde el punto de vista tecnológico, sociocultural y económico. Plantea soluciones a los retos y desafíos de la actualidad, mejorando la calidad de los procesos de gestión de clientes a través numerosas aplicaciones y herramientas digitales en todos los campos. Garantiza la continuidad del acceso a los servicios 24 horas, crea una base de información única para la toma de decisiones y mejora la eficiencia organizacional, tanto a lo interno de las entidades oferentes como las relaciones en toda la cadena logística que interviene en el servicio. En el mundo existe un esfuerzo creador que ha dado un impulso a los servicios transfronterizos. Se ha visto la aparición de nuevas plataformas digitales y de muchas aplicaciones móviles.

Por lo tanto, la adopción y la implementación más amplia de estas soluciones por los proveedores tiene el potencial de traer innumerables efectos positivos en los campos claves de la atención a clientes y satisfacer la creciente demanda, ante los retos de los cambios socioeconómicos derivados de las crisis económicas, en el siglo XXI.

Al unísono, el vertiginoso desarrollo de la economía digital, acelerado por la necesidad que impuso la pandemia de Covid-19, debido a las medidas sanitarias restrictivas que demandaron el necesario distanciamiento físico, potenció el desarrollo de tecnologías, que brindan soporte a los servicios y que se extienden a todas las esferas de la sociedad, la economía, la cultura, incluso la política. De esta forma se ha creado un binomio tecnológico que se soporta, se complementa y se potencia mutuamente. La economía digital resalta mayores beneficios mutuos y hacia los clientes.

La pandemia ha ejercido una enorme presión sobre los sistemas comerciales de todo el mundo. En este contexto se ha disparado a ritmos exponenciales el crecimiento de la economía digital, con un cambio de paradigma en la manera de concebir y hacer negocios, establecer las relaciones sociales y detonando un cambio cultural sin precedentes en la historia. Las frases: “nunca será como antes” y “no hay vuelta atrás”, cobran vida en casi todas las esferas a nivel internacional.

En este contexto de cooperación mundial que ha generado la pandemia, no se deben desaprovechar estas posibilidades para impulsar el desarrollo de la economía digital, sus potencialidades para la exportación, por la obtención de mayores ingresos, dar un salto tecnológico y cultural, imprescindibles en el contexto actual.

La economía digital es un concepto algo abstracto y de poco entendimiento en Cuba; en el país se enfatiza en la transformación digital, pero sin la integralidad ni la conceptualización que esta demanda. Son significativas las brechas con relación al personal altamente calificado en el sector de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) a nivel internacional, siendo este un rubro con grandes posibilidades de convertirse en un futuro pilar de las exportaciones cubanas.

En este sentido, el objetivo general del presente trabajo es identificar las principales características de la economía digital y sus desafíos para las relaciones internacionales.

Para ello, se definieron dos objetivos específicos:

1. Sintetizar el marco conceptual y referencial de la economía digital.

2. Definir los desafíos de la economía digital para las relaciones internacionales.

La metodología partió de la síntesis del marco conceptual de la economía digital, para definir su implementación desde cuatro pilares fundamentales: marco regulatorio y legal; infraestructura tecnológica; recursos humanos y aspecto comercial y financiero, determinando cuáles son los principales elementos de influencia en la política, el multilateralismo y las relaciones internacionales.

Se aplicó un análisis de lo general a lo particular, de lo abstracto a lo concreto, basado en el análisis cualitativo principalmente. Se apoya en la revisión bibliográfica.

La novedad e importancia de esta investigación reside en la síntesis conceptual y estructurada de la economía digital, con la determinación de sus cuatro pilares fundamentales y los principales elementos de influencia en la política, el multilateralismo y las relaciones internacionales. Igualmente, el trabajo contribuye a expandir la escasa información que existe sobre este tema en Cuba.

Además, las posibilidades que brinda la economía digital en la reconfiguración de las relaciones de poder y su determinación en las relaciones internacionales, demandan su estudio, pues constituye un primer acercamiento a entender la importancia de incluir los aspectos tecnológicos, en especial la economía digital, en la necesidad de un nuevo orden económico internacional.

DESARROLLO

Economía digital

El concepto de Economía Digital se puede simplificar a la digitalización de la economía y la sociedad, siendo un cambio de paradigma de la forma de hacer, basada en el desarrollo de las tecnologías digitales y las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TICs), como el comercio electrónico, marketing digital, digital networking, FinTech, DiFin Inteligencia Artificial (IA), robótica, Machine Learning, Deep Learning, internet de las cosas, internet en la nube, 5G, impresión 3D, big data, análisis de datos, realidad aumentada y virtual, cadena de bloques, criptoactivos, industria 4.0, internet o web 4.0, edificios y ciudades inteligentes. La economía digital entrelaza servicios y procesos globales, se crean cadenas de suministro digitales, se automatizan y digitalizan los procesos.

La economía digital trasciende las fronteras de la sociedad, la cultura, la gobernanza, la economía y la política, estableciendo nuevos patrones de conducta y de la realidad.

Desde el análisis de la economía política, esta es una evolución de los modelos de negocios de la economía tradicional, conocida hasta ahora. Por lo general, no hay transformación en las relaciones de propiedad ni de gestión, al evolucionar hacia la economía digital se mantienen las relaciones de propiedad del negocio, lo que evoluciona es el modelo de negocio en el proceso transformador y en el proceso digitalizado. Las relaciones de gestión pudieran cambiar con el cambio generacional que sucede por el desarrollo tecnológico y del negocio, pero no es estrictamente implícito. Por estas razones se puede plantear que la economía digital como fenómeno se manifiesta en la base, en la economía, pero su alcance llega a la superestructura, porque evoluciona también la política y el marco normativo. Por eso se puede afirmar que trasciende las fronteras de la economía propiamente dicho (Stolik, 2022b).

Esta influencia y transformación, basada en la apropiación del desarrollo de la ciencia y aplicando sus mejores resultados, en desarrollo tecnológico, mejora la eficiencia y eficacia de los procesos, no modifica los principios ideológicos a pesar del cambio cultural que implica, pues se mantienen las relaciones de propiedad y de gestión. No obstante, facilita la mejor redistribución de los recursos y optimiza la obtención de ganancias.

La globalización digital ha transformado muchos aspectos y convive con la economía tradicional. Aunque no se desarrolla por igual en todos los países y sectores, es un hecho su presencia y su rápido crecimiento y expansión. Es en este sentido, que la conceptualización de la economía digital no es estática, se adapta con la misma velocidad con que crecen, se imponen y se generalizan las diferentes tecnologías que la conforman.

La economía digital y las tecnologías de la información han dado a los países acceso a mercados que antes se consideraban inalcanzables. Se han ampliado las opciones de los consumidores a medida que el comercio electrónico se ha desarrollado, tanto a nivel local como internacional Al mismo tiempo, se han acrecentado las desigualdades entre países y al interior de estos, entre aquellos que lideran los cambios y se benefician de ellos y los que han quedado atrás, tanto por límites de acceso como por falta de visión.

Uno de los principales retos a los que se enfrenta la economía digital es la brecha digital entre los países desarrollados y aquellos en desarrollo. Esta asimetría sigue siendo amplia en cuanto al acceso a los servicios de banda ancha y a las plataformas de comercio electrónico, la calidad de las infraestructuras y el marco jurídico. Por lo tanto, lo que hay que tener en cuenta son los programas de desarrollo de capacidades que pueden apoyar una difusión más equilibrada de la adopción en todo el mundo (WCO WTO, 2022).

Los principales avances en la economía digital se observan en Europa, EE.UU. y Japón, y un gran despliegue tecnológico en países del Sudeste Asiático.

América Latina y el Caribe

En el 2005 se lanza la Agenda Digital Regional para América Latina y el Caribe (eLAC) con el objetivo de impulsar la transformación digital en la región.

Sin embargo, como refiere la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el pleno aprovechamiento de las oportunidades ofrecidas por las TICs se vio limitado por el escenario de exclusión digital que aún persiste en América Latina y el Caribe. La evidencia disponible hasta el momento indica hasta qué punto, a pesar de los avances, las condiciones necesarias para el teletrabajo y la participación en las actividades de educación remota no se distribuyen de manera uniforme entre los países, ni dentro de ellos. En el 2022, persisten las limitaciones en el acceso, las inequidades en el desarrollo de los conocimientos y habilidades necesarias para la apropiación de las TIC, información relevante para el desarrollo de políticas digitales integrales (CEPAL, 2022).

Los datos muestran importantes avances en el desarrollo, inclusión y uso de las TICs por parte de empresas, de gobiernos y ciudadanos, explicitan también las barreras que se interponen entre la poblaciones más pobres y vulnerables, y los beneficios de la transformación digital, incluyendo barreras de acceso y de habilidades digitales; inseparables, estas últimas, de la brecha de acceso a educación de calidad (CEPAL, 2022). Estas características también se reproducen en el comercio internacional de servicios de la región.

Ante el nuevo contexto, la existencia de agendas compartidas entre los países de la región, así como de metas claras para la acción gubernamental son aspectos vitales para el desarrollo inclusivo. Este es el caso de la Agenda Digital para América Latina y el Caribe (eLAC), en sus sucesivas ediciones y diferentes ejes, que ha sido una referencia importante para los gobiernos y otros actores involucrados en consolidar una visión de transformación digital en la región (CEPAL, 2022). En el contexto de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la Agenda Digital eLAC2022 es relevante, así mismo, para promover el uso de las TICs a favor de la prosperidad social y económica, la innovación y el consumo sostenible (CEPAL, 2022). La agenda eLAC2022, de este modo, es fundamental para el desarrollo del ecosistema digital en América Latina y el Caribe, así como para impulsar la integración y la cooperación regional hacia una transformación digital más inclusiva (CEPAL, 2022).

El Plan de Acción sobre la Sociedad de la Información de América Latina y el Caribe y la Agenda Digital para América Latina y el Caribe (eLAC) cumplen 17 años desde su adopción en Río de Janeiro en 2005 (CEPAL, 2022). Desde sus inicios, este mecanismo permitió forjar una visión regional del rol que cumplen las tecnologías digitales en materia de desarrollo.

Es imperativo continuar impulsando la producción de estadísticas armonizadas sobre la economía digital. Se mantiene una brecha importante en la generación de indicadores sobre las TICs, especialmente en relación con la incorporación de tecnologías digitales en empresas. La heterogeneidad en la información disponible en los países es alta, tanto en amplitud y profundidad, como en el grado de actualización de los datos (CEPAL, 2022).

Un aspecto clave en la economía y la transformación digital, proceso que se vio impulsado desde el 2020, es la gobernanza para la sociedad de la información. Existen aspectos institucionales que deben reforzarse en las agendas digitales.

La presencia empresarial en línea se incrementó durante la crisis de la COVID-19, y los sitios web empresariales crecieron un 800% en Colombia y México, y un 360% en Brasil y Chile. Las plataformas de comercio electrónico, logística y servicios financieros son los sectores que han producido la mayor cantidad de ¨unicornios¨ en la región.

Implementación de la economía digital

Partiendo del análisis realizado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para la correcta implementación de la economía digital para que los procesos, la producción y los servicios asociados sean eficientes y competitivos, hay que tener en cuenta varios aspectos que se conceptualizan en cuatro dimensiones principales (OPS, 2016; Stolik, 2022a) siendo estas:

Para su mejor comprensión se brinda una sucinta explicación teórica que implica cada una de las dimensiones. El análisis de las implicaciones y diferencias entre países, requiere un estudio detallado que no es objeto de este trabajo.

Marco regulatorio y legal

Las cuestiones regulatorias son cruciales. Es clave analizar la situación de la normativa legal en el momento de la implementación y desarrollo del servicio. De forma general, deben estar definidos los aspectos reguladores sobre la protección, privacidad, confidencialidad y responsabilidad de los datos.

Existe un complejo y dispar entramado legal con relación a la economía, lo que se repite en los temas relacionados con la economía digital, que apenas se reconoce como tal.

Casi todos los países cuentan con una ley específica sobre la protección de datos personales. Teniendo en cuenta que no existen marcos regulatorios completos, estos suelen ser abordados desde las leyes preexistentes en materia de protección de datos (OPS, 2016).

Es necesario seguir avanzando en la institucionalidad y el marco normativo para generar confianza sobre el comercio electrónico y la economía digital.

Para fomentar la confianza en el comercio electrónico, los factores institucionales son cruciales. En particular, se observa un grado de avance menor en la legislación asociada a la protección del consumidor en línea (CEPAL, 2022).

Es necesario puntualizar que la normativa va siempre atrás del desarrollo tecnológico. El ritmo y velocidad del desarrollo de la ciencia y tecnología supera los tiempos necesarios para legislar.

El marco regulatorio internacional está fragmentado, no existen negociaciones a nivel multilateral de manera general, solo de aspectos específicos como el comercio electrónico, la propiedad intelectual y la protección de datos personales.

Existe un importante potencial de mejora en materia de políticas públicas y de regulaciones vinculadas con las tecnologías digitales. No obstante, se convierte en una barrera para la inversión (CEPAL, 2022).

Es necesario modernizar y armonizar los marcos regulatorios alineándolos con las buenas prácticas internacionales y, de esta manera, potenciar el mercado (CEPAL, 2022). De esta forma, se sientan las bases sólidas para la internacionalización de los servicios.

Infraestructura tecnológica

La infraestructura tecnológica es uno de los ámbitos más complicados desde la perspectiva de la implementación, debido en parte a que existen muchos sistemas heredados basados en tecnología propietaria con una enorme cantidad de información almacenada. Entre los aspectos tecnológicos e infraestructuras que deben ser tenidos en cuenta como elementos esenciales en el momento de implementar, están los aspectos de interoperabilidad, estandarización y de infraestructuras tecnológicas propiamente.

Es en esta dimensión donde juegan un papel clave la selección y aplicación de algunas soluciones técnicas que son las tecnologías de la economía digital.

La ciberseguridad es un aspecto imprescindible. Toda armonización de sistemas, estandarización y la imperiosa interoperabilidad pasan por el filtro de la ciberseguridad de todos los sistemas. El progreso implica riesgos y estos deben estar cubiertos.

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Con relación a la infraestructura digital, ha aumentado en los últimos años, con un mayor acceso a internet en toda la economía y sociedad, tanto por red como por acceso móvil. No obstante, la calidad de conexión no ha ido a la par del aumento de la demanda. La calidad de esa infraestructura en conectividad se puede medir en acceso a la banda ancha fija y móvil, donde si hay notables diferencias con otras regiones. La calidad de la cobertura también ha mejorado.

Existen avances importantes en el despliegue y penetración de redes móviles, pero persisten diferencias significativas entre regiones, especialmente respecto a la calidad de acceso.

La velocidad de conexión, indicador muy importante para exportar, también tiene rezagos comparados con el resto del mundo. Además, la distribución y calidad del acceso a internet y banda ancha no es igual en las zonas urbanas y rurales.

La infraestructura tecnológica no se puede definir de manera general, pero debe ser capaz de suplir las necesidades nacionales y para la internacionalización.

Recursos Humanos

Las tecnologías de la economía digital están integradas por un conjunto de servicios, donde los recursos humanos (RRHH) son fundamentales.

El objetivo básico es alinear las políticas con la estrategia, lo que permitirá implantarla a través de las personas, quienes son los únicos recursos vivos e inteligentes capaces de llevar al éxito organizacional y enfrentar los desafíos que hoy en día se percibe en la fuerte competencia mundial.

Se suele pensar que en los procesos tecnológicos las personas no son tan importantes y esto es un error de concepto; si se quiere diseñar y realizar un servicio que responda a la demanda, y cumpla, incluso sobrepase las expectativas de los clientes, más allá de la tecnología, las personas son el centro.

Si se resumen los aspectos de cultura, inclusión y habilidades digitales, se cuentan con bases importantes, pero hay mucho por hacer también. Las habilidades digitales, tanto básicas como intermedias y avanzadas, siguen siendo un reto.

A pesar de las brechas y deficiencias, se pueden preparar los recursos humanos de forma progresiva para enfrentar el reto de la economía digital y la internacionalización.

Aspectos comerciales y financieros

En general, la implementación de sistemas en la economía digital tiene elevados costos de entrada asociados a las tecnologías a implementar y a la formación necesaria para el máximo aprovechamiento de la misma. Esto debe tenerse en cuenta en las fases iniciales de desarrollo.

Para aprovechar la reducción de costos, al mismo tiempo que se mejora la calidad, es preciso determinar cuál es realmente la eficiencia del servicio para ayudar a las administraciones públicas a tomar decisiones adecuadas en la utilización y asignación de recursos.

En esta dimensión se incorporan las tecnologías de la economía digital, que son propias de la esfera comercial, económica y financiera como el comercio electrónico, el marketing digital, digital networking, las cadenas de bloques y el FinTech.

Otro elemento interesante a considerar son los flujos financieros internacionales y en específico la Inversión Extranjera Directa (IED). Ya es tendencia que la IED a nivel mundial tenga predilección por el sector de los servicios, lo cual se ha reforzado en los últimos años fundamentalmente a los servicios de alto valor agregado y después de la pandemia a los teleservicios y tecnologías digitales.

El éxito en la implementación de la economía digital se encuentra estrechamente relacionado con la sinergia que se logre entre las instituciones y los gobiernos para abordar y cubrir estas cuatro dimensiones.

Desafíos de la economía digital para las relaciones internacionales

La investigación de los problemas globales y los retos relacionados con las tecnologías de la economía digital, también abarca su utilización con fines políticos y en la reconfiguración de la geopolítica a corto, mediano y largo plazo.

En la actual crisis internacional económica, política, social y ambiental, se ha dado una ruptura del conocimiento en la ciencia con la aparición de tecnologías disruptivas, imprescindible en el proceso de transformación digital, que implica una transformación de la economía, la política, en lo social y la gobernanza. En este contexto es necesaria una adaptación inteligente del Gobierno, las instituciones, las empresas, y los ciudadanos (Stolik, 2022b).

Como ya se ha planteado, la economía digital transciende las fronteras de la economía, y su área de influencia y actuación alcanzan a la política y la gobernanza. Muchas de las tecnologías que engloban la economía digital son las mismas que se utilizan en el gobierno electrónico y en la transformación digital de la sociedad.

A nivel de las relaciones internacionales, se pueden encontrar la utilización de dichas tecnologías como la IA, Big Data, Análisis de datos, Networking, como herramientas para estudiar, proyectar y establecer políticas y estrategias en la esfera política y diplomática.

Además de la utilización de dichas tecnologías como tal en la política, la economía digital en su nueva visión de los modelos de negocios, su función de crear cadenas internacionales digitales y su poder de alcance internacional a través de internet, permite crear fuertes vínculos comerciales, económicos y financieros entre diferentes actores a nivel internacional, crea las bases de relaciones más estables y duraderas, con fuerte base objetiva. Esto permite mayor estabilidad en las relaciones económicas y políticas a nivel de superestructura.

Se puede definir que estos estrechos vínculos diseñan nuevas redes objetivas de comunicación y trabajo, que son la base de relaciones multilaterales sólidas a nivel político también. Incluso se puede plantear, que, en caso de cambio de gobierno en los países, se pueden mantener las buenas relaciones a nivel de base, pues son estas las que consolidan la realidad objetiva y responden realmente a los intereses de los actores involucrados.

Por otra parte, hay que considerar la prioridad por desarrollar la economía digital como fuente de democratización de la economía, de mayor crecimiento económico y de disminución de las brechas internas en los países y entre países. Organismos internacionales de diferente filiación, objetivos y membresía como la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), Organización Mundial del Comercio (OMC), World Economic Forum (WEF), Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial (BM) han puesto énfasis en eventos de intercambio, capacitación y en extender las mejores prácticas y tecnologías relacionadas con la economía digital.

Particularizando en la región de América Latina y el Caribe, donde la CEPAL ha puesto énfasis en los procesos de transformación digital, se está gestando un proceso de intercambio académico y empresarial para impulsar el comercio intrarregional mediante la economía digital. Este sería un paso más en el propósito de profundizar las relaciones entre los países del área, en un intento de enfrentar la crisis económica, social, política y medioambiental que afecta actualmente.

La visión propuesta es reforzar los lazos a lo interno de los diferentes bloques de integración de la región, entre los bloques de países y llegar a una consolidación dentro del marco de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) tanto en consenso político, como económico y social. Este sería un mecanismo más en aras de avanzar en una integración real en la región.

Es interesante destacar que algunos países del Caribe ven a Cuba como líder en el proceso de transformación digital y la economía digital, percepción que quizás nace del desarrollo de la educación en Cuba y de algunas políticas públicas implementadas en los últimos años. Esta visión de la Isla también se puede aprovechar para desarrollar proyectos de cooperación y exportación de servicios.

La reciente contribución de la UNCTAD al desarrollo de la ventanilla única para el comercio exterior y para la inversión extranjera en Cuba, es un ejemplo del aporte de estas tecnologías al mejoramiento de las relaciones con los socios tradicionales y facilita la posibilidad de nuevos interesados tanto para el comercio, como para la inversión extranjera directa, con la correspondiente captación de capital.

Es necesario puntualizar que algunas de las tecnologías como la utilización de cadena de bloques y criptoactivos; DiFin, FinTech y contratos inteligentes permiten descentralizar las relaciones financieras de Cuba con el exterior, siendo una vía más efectiva para poder eludir el bloqueo estadounidense a la Isla.

Además, el estudio sobre la economía digital, tema que ha sido muy poco tratado en toda su dimensión, permite conocer los nuevos modelos de negocios y su influencia en las relaciones de poder. Estos cambios necesitan actualizar las estrategias y políticas nacionales, la toma de decisiones en política exterior y su instrumentación, mediante la generación e integración de los esfuerzos nacionales, con el apoyo de las nuevas tecnologías.

Es importante determinar la articulación entre los componentes de la economía digital, la comunicación y la política, en el ejercicio de prácticas modernas dentro de un entorno de desarrollo acelerado de las TIC. También podrá brindar elementos para el estudio de la comunicación política en el ámbito digital.

Las posibilidades que brinda la economía digital en la reconfiguración de las relaciones de poder y su determinación en las relaciones internacionales, constituyen un primer acercamiento para entender la importancia de incluir los aspectos tecnológicos, en especial la economía digital, en la necesidad de un nuevo orden económico internacional.

CONCLUSIONES

La economía digital trasciende las fronteras de la economía, la sociedad, la cultura, la gobernanza y la política, estableciendo nuevos patrones de conducta y de la realidad.

La conceptualización de la economía digital no es estática, se adapta con la misma velocidad con que crecen, se imponen y se generalizan sus diferentes tecnologías.

La crisis internacional económica, política, social y ambiental, ha creado una ruptura del conocimiento en la ciencia con la aparición de tecnologías disruptivas, imprescindible en el proceso de transformación digital, que implica una transformación de la economía, la política, en lo social y la gobernanza. En este contexto es necesaria una adaptación inteligente del Gobierno, las instituciones, las empresas, y los ciudadanos.

Se debe desarrollar la economía digital como fuente de democratización de la economía, de mayor crecimiento económico y de disminución de las brechas internas en los países y entre países.

La economía digital crea nuevos modelos de negocios y su influencia en las relaciones de poder. Estos cambios necesitan actualizar las estrategias y políticas nacionales, la toma de decisiones en política exterior y su instrumentación.

La economía digital permite crear estrechos vínculos entre los diferentes actores, diseñar nuevas redes de comunicación y trabajo objetivas, que pueden ser la base de relaciones multilaterales sólidas a nivel político.

Los aspectos tecnológicos, en especial la economía digital, son una pieza clave para un nuevo orden económico internacional.

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CONFLICTO DE INTERESES

La autora declara que no existen conflictos de intereses relacionado con el artículo.