Rearme y modernización: de la disuasión al nacimiento de un nuevo orden global

Rearmament and modernization: from deterrence to the rise of a new global order

Lic. Pável Alemán Benítez

Licenciado en Derecho. Investigador Auxiliar y Profesor Asistente del Centro de Investigaciones de Política Internacional, La Habana, Cuba. inkanato@gmail.com, 0000-0002-0715-2280

 

Recibido: 15 de mayo de 2023

Aprobado: 12 de junio de 2023

 

RESUMEN Si bien es cierto que, en la segunda mitad del siglo XX, la época bipolar, tanto Estados Unidos como la Unión Soviética fueron los protagonistas principales del equilibrio nuclear, rápidamente otros Estados se unieron al exclusivo club atómico. Obviamente, potencias ganadoras en 1945 desarrollaron sus propias fuerzas estratégicas: Reino Unido, Francia y la República Popular China. Con posterioridad, India y Paquistán, países con diferencias territoriales, lo harían. Incluso Israel supo mantener un programa nuclear militar en secreto (hasta el caso de Mordechai Vanunu), y valoró la opción de emplear el arma en 1973. En todos estos casos, la ‘destrucción mutua asegurada’, o la destrucción del ‘adversario’ resultó un costo demasiado alto como para que estas potencias escalaran los conflictos a un nivel nuclear. Y esta es una cuestión primordial: la posesión de tal capacidad destructiva condiciona el temor de represalias mutuas que puedan infligir un daño irreversible en esas sociedades. Por lo tanto, el factor disuasivo, en un mundo donde la Realpolitik sigue siendo la interpretación más extendida de las relaciones internacionales, es altamente valorado al menos en las relaciones entre Estados.

Palabras claves: industria militar, armas convencionales, armas estratégicas, poder, conflicto, disuasión

 

 

ABSTRACT While it is true that in the second half of the 20th century, the bipolar era, both the United States and the Soviet Union were the main protagonists of the nuclear balance, other states quickly joined the exclusive Atomic Club. Obviously, the winning powers in 1945 developed their own strategic forces: the United Kingdom, France and the People's Republic of China. Later, India and Pakistan, countries with territorial differences, would follow suit. Even Israel was able to keep a military nuclear program secret (until the case of Mordechai Vanunu), and considered the option of using the weapon in 1973. In all these cases, 'mutually assured destruction', or the destruction of the 'adversary' proved too high a cost for these powers to escalate the conflicts to a nuclear level. And this is an overriding issue: the possession of such a destructive capability conditions the fear of mutual retaliation that could inflict irreversible damage on those societies. Therefore, the deterrence factor, in a world where Realpolitik remains the most widespread interpretation of international relations, is highly valued at least in relations between states.

Keywords: military industry, conventional arms, conventional weapons, strategic weapons, power, conflict, deterrence

 

INTRODUCCIÓN

Desde tiempos remotos la humanidad se ha involucrado en guerras, mayormente por el control territorial y de recursos. Aunque la estrategia, la labor de inteligencia, el factor sorpresa o la calidad del guerrero, han determinado en buena medida el éxito de una batalla, o de la totalidad de un conflicto armado, existe otro factor que acompaña esa posibilidad: las armas que se emplean. La evolución de la tecnología militar y la contraposición de las cualidades de esta en combate, dotando de mayor alcance, velocidad, precisión y capacidad para incapacitar o destruir al adversario, han determinado en gran parte el resultado. El paso de la honda a la lanza, o desde la flecha al fusil, pasando por la movilidad que aportó el caballo hasta el siglo XX; o desde las armas semiautomáticas a los fusiles de asalto y a las ametralladoras; desde las armas de sitio rústicas, al cañón, la artillería autopropulsada, y a los cohetes o misiles de diverso uso; hasta los tanques, buques y aviones de combate, la sociedad ha dado saltos impresionantes en la sofisticación de sus arsenales, especialmente en el último siglo.

¿Pero por qué tener armas y mejorarlas? ¿Se trata solo de garantizar el resultado de la guerra o disuadir que esta suceda? ¿Es para mejorar las capacidades defensivas del territorio nacional o los intereses nacionales fuera de sus fronteras? ¿O la finalidad es disputar las adquisiciones de material militar en el mercado global de armamentos? Cualquier respuesta a estas preguntas tiene como eje de convergencia la necesidad de los Estados de proyectar su poderío nacional también en su dimensión del poder militar. El presente artículo tiene como objetivo dar respuesta a las anteriores interrogantes. Si bien existen diferentes razones por las cuales los Estados invierten en su capacidad militar, todas ellas tienen como objetivo principal garantizar la seguridad y protección de sus ciudadanos y sus intereses nacionales, y/o garantizar la influencia del Estado en el escenario internacional.

DESARROLLO

Disuasión y supervivencia

La Guerra Fría pudiera considerarse como una verdadera conflagración mundial. Aunque las potencias principales que lideraban bloques ideológicamente opuestos nunca se enfrentaron de manera directa, se libró a través de numerosos conflictos armados, con diferente intensidad y en escenarios geográficos de la periferia global. Pese a su prolongada duración de décadas, terminó abruptamente no por una definición militar, sino por la implosión de una de las potencias principales. Sin dudas, la desaparición de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) fue una tragedia geopolítica que condujo a un momento de unipolaridad en las relaciones internacionales.

La hipertrofia del poder militar estadounidense se convirtió en una amenaza para cualquier Estado considerado como su adversario. La invasión militar de Panamá en 1989, la destrucción del Estado yugoslavo rematada con la destructiva campaña de bombardeos aéreos en 1999, la derrota humillante de Iraq en 1991 seguida de la invasión en 2003, la invasión y ocupación de Afganistán en 2001, y la caótica situación posterior al ataque de las potencias occidentales contra Libia en 2011, son evidencia de esa fatal asimetría. Estados Unidos, en solitario o en coalición, generalmente con países miembros de la OTAN, ha empleado el poderío militar para provocar cambios de gobierno. Algunos Estados en particular percibieron esa agresividad y tomaron sus providencias, aceptando el alto costo económico que implicaba desarrollar una industria militar propia, para suplir las importaciones de tecnología militar en un entorno de sanciones internacionales. El objetivo principal era dotar a sus fuerzas armadas de armamento tecnológicamente avanzado, para ejercer con eficacia su carácter disuasivo ante una potencial intervención armada extranjera y en última instancia enfrentar militarmente a sus potenciales adversarios.

A menos que marchemos hacia el fin de la humanidad, en las guerras que se han librado desde 1945, nadie se ha atrevido a emplear el arma nuclear. Incluso el empleo de uranio empobrecido en municiones en las guerras libradas en Iraq o contra Yugoslavia, probaron que a la contaminación radiactiva no fueron inmunes las fuerzas armadas que las emplearon. En general se utilizaron armas convencionales. Por esta razón el acceso al conocimiento tecnológico ha jugado un rol importante, fuera a través de inteligencia industrial o militar, o mediante el empleo de la ingeniería inversa. Esto les ha permitido a ciertos países en condiciones desventajosas, acortar la ventaja tecnológica de las potencias miembros de la OTAN.

República Popular Democrática de Corea (RPDC)

Para el caso de la República Popular Democrática de Corea (RPDC), con un armisticio vigente por más de 70 años, su percepción de amenazas externas se incrementó notablemente tras la extinción de la URSS. Por esa razón, cobró mucho sentido hacer creíble su propia capacidad nuclear de destrucción mutua asegurada, en un proceso combinado con la creación de portadores balísticos. La RPDC emprendió un largo proceso para crear sus capacidades tecnológicas con la construcción de un reactor, la obtención de agua pesada y plutonio, y el desarrollo de detonaciones nucleares de prueba. Sus resultados fueron la obtención de la bomba nuclear y de hidrógeno, la miniaturización de la ojiva, el desarrollo de misiles balísticos intercontinentales como portadores, y el inicio de la construcción de un submarino lanzamisiles. Pero el sentido de todo este proceso acelerado y riesgoso, era asegurar su supervivencia como nación y proyecto de país, a la vez que la búsqueda de una capacidad negociadora para finiquitar viejos conflictos y lograr sentar una base diferente para un eventual proceso que conduzca a una relación diferente con su vecino del Sur. Hay que recordar que hasta ahora sigue pospuesta la reunificación de la península coreana, misma que resultaría totalmente devastada en caso de un conflicto nuclear donde no habría ganadores.

Pero además de dirigir sus esfuerzos a la obtención de armamento estratégico, la RPDC ha comenzado a enfocar sus esfuerzos en la renovación de su armamento convencional. En el desfile militar por el 75 aniversario de la fundación del Partido del Trabajo de Corea, en octubre de 2020, fue presentado un nuevo tanque de batalla principal cuya torreta guarda similitudes con la del M1A2 Abrams estadounidense, aunque parece haber retomado algunos conceptos del novísimo T-14 Armata de Rusia. Este tanque no solo tiene protección a través de su blindaje reactivo, sino que cuenta con un sistema de protección activa para detectar los proyectiles adversarios que se le aproximen y destruirlos con proyectiles de fragmentación. Y al igual que la nueva generación de tanques cuenta con una estación que controla de forma remota una ametralladora.

La artillería reactiva de la RPDC cuenta con lanzadores múltiples del tipo KN-09, con 8 o 12 cohetes (en su versión modernizada) de 300 mm de calibre, y un alcance máximo estimado en el rango de 180 a 200 kilómetros. Se supone que incluye un sistema de navegación por guía satelital y por cámara. Los desarrollos en la familia de misiles balísticos de corto, medio y largo alcance de la familia Hwasong (basificados en rampas móviles o en silos) y de los misiles de Pukguksong (lanzados desde submarinos), representan un serio desafío para sus oponentes, no solo por su capacidad para transportar ojivas nucleares. Los avances más recientes incluyen el empleo de sistemas de guía inercial y por satélite, la capacidad para maniobrar en vuelo y así disminuir sus posibilidades de intercepción.

República Islámica de Irán

La República Islámica de Irán ha realizado importantes avances en materia de tecnología militar. Irán, país cuyos activos financieros han estado comprometidos a partir de las sanciones internacionales contra su programa nuclear, ha logrado obtener mediante sus capacidades industriales y el conocimiento de sus científicos, importantes logros en el sector de la defensa. Para muchos es conocido que dicho país ha desarrollado una amplia gama de misiles de diferente alcance con los que virtualmente podría neutralizar la presencia de potenciales adversarios en las aguas del Golfo Pérsico o del Estrecho de Ormuz. Pero a la par, ha desarrollado otros tipos de misiles balísticos y de crucero, probando estos últimos en la confrontación con el Estado Islámico.

Su industria militar ha dotado de medios navales de diferente porte, que incluyen desde muy pequeñas y maniobrables lanchas misileras, buques de superficie de mayor porte, hasta submarinos capaces de establecer de conjunto un efectivo control del Golfo Pérsico y de uno de los pasos estratégicos más importantes para la navegación mundial y el comercio de hidrocarburos: el Estrecho de Ormuz. El bloqueo de ese choke point ejercería una presión alcista en los precios del petróleo y conduciría a una crisis económica. Pero al desarrollo naval, Irán ha unido al menos tres dimensiones importantes: el desarrollo balístico, el de sus fuerzas terrestres y la componente aérea donde destacan por su versatilidad diferentes tipos de vehículos no tripulados, conocidos usualmente como drones.

El tanque de batalla principal Karrar, diseñado por la Organización de Industrias de Defensa de la República Islámica de Irán, combina algunas de las mejores prestaciones de los tanques de batalla más actuales de Estados Unidos y de Rusia, el M1A1 Abrams y el T-90 MS. No solo un mayor poder de fuego, con sistemas automatizados de recarga, y capacidades de supervivencia aumentada con un mejor blindaje con armadura reactiva, sino cámaras termográficas para mejorar la visión (incluida la nocturna), navegación satelital y un sistema de tiro más preciso (Army Recognition, 2020).

La variedad de misiles iraníes está diseñada tanto para disuadir a sus potenciales adversarios (en particular Israel y Estados Unidos), como para ejecutar un ataque de represalia, tal como sucedió contra una base estadounidense en Iraq, luego del asesinato del general Qasem Soleimani en 2020. Se considera que Irán tiene al menos una veintena de modelos de misiles balísticos de corto y mediano alcance, cuya cantidad se estima en no menos de 3000, ubicados en silos o en emplazamientos móviles (Barrie, Childs, Dempsey, Sabatino, & Wright, 2023, 4).

Ante la asimetría de poder tecnológico y militar, y las complejidades inherentes al diseño y producción de aviones de combate avanzados, Irán ha optado por desarrollar una gama de vehículos aéreos no tripulados. Estos suelen ser más baratos, fáciles de transportar, son guiados de forma remota en vuelos de larga duración y distancia, y cumplen una función multirol: sirven de forma simultánea para funciones de vigilancia y ataque, incluido su empleo como munición inteligente. El más mencionado, a propósito del conflicto armado que se libra en territorios cuya soberanía se encuentra en disputa en el Este de Ucrania, es el dron suicida Shahed-136. El grueso de su fuerza aérea ha sido dotado de varios modelos que, mediante ingeniería inversa, actualiza los aviones estadounidenses heredados de la época anterior a la revolución islámica. Sin embargo, en tiempos recientes desarrolla el Qaher F-313, un prototipo de caza de 5ta. generación que incorpora tecnología stealth, lo que reduce su firma radar y consecuentemente las posibilidades de detección por sus adversarios.

Poder militar y ascenso en la arquitectura de poder global

Si se analizan los conflictos bélicos más importantes, sin demeritar cada rama de las fuerzas armadas, hay que señalar que las potencias ganadoras han transitado del uso intensivo de medios terrestres al poderío naval y al uso de aviación de combate, en estrecha cooperación. Las fuerzas aéreas tienen una relevancia en todo esto. La historia militar del siglo XX y del inicio del siglo XXI puede ser muy útil para comprender la importancia de contar con aviones de combate de altas prestaciones y tripulaciones bien entrenadas. Desde la época de la Lutwaffe como participante en la Blitzkrieg, pasando por Pearl Harbor, Midway y el Día D, hasta las guerras de los Seis Días y de Malvinas, o las operaciones Tormenta del Desierto y Libertad Duradera, los medios aéreos crearon condiciones para definir el curso de los enfrentamientos. El empleo de grupos de batalla que incluyen portaviones, permitió a la aviación naval proyectar con mayor alcance su poderío.

Federación de Rusia

Rusia, el principal sucesor internacional de la otrora URSS, atravesó una época de bruscos cambios y una abrupta caída de su economía, lo que tributó en un ostensible debilitamiento de su capacidad científica y tecnológica militar. La obsolescencia de su equipamiento, estrategias y tácticas de combate fue visible en la primera guerra de Chechenia. Pero tras el surgimiento de un nuevo liderazgo político, que hoy se reconoce principalmente en la figura de Vladimir Putin y de Dmitri Medveded, la industria militar rusa se recuperó notablemente. La bonanza económica asociada a la venta de hidrocarburos, así como las relaciones con algunos Estados con los que comparte intereses, permitió invertir el presupuesto necesario para modernizar sus fuerzas armadas y comenzar a proyectar poderío militar con un fin estabilizador en el espacio post-soviético. De esa manera, puso límites a la incursión militar de Georgia en 2008, y garantizó la estabilidad política en Crimea para que sus ciudadanos decidieran libremente reincorporarse a la Federación Rusa.

Sus fuerzas terrestres combinan tanques de batalla modernizados y nuevos diseños. Aunque permanecen en servicio versiones actualizadas de los tanques soviéticos T-72 y T-80, se han ido incorporando progresivamente unidades del T-90 y sus versiones mejoradas. Un gran avance ha sido el desarrollo del tanque T-14 Armata y de toda una familia derivada de la construcción modular de ese blindado, que incluye medios para el transporte y apoyo de tropas. Su novedosa tecnología le permite una alta tasa de supervivencia de su tripulación.

Las fuerzas aéreas de la Federación de Rusia se encuentran en un momento de modernización de sus aviones de diferente designación. En particular de los modelos diseñados por las empresas PAO Sukhoi, RSK MiG y PSC Túpolev. No solo se han incorporado al pequeño grupo de países con aviones de combate de quinta generación (con tecnología indetectable), sino que cuentan con una amplia gama de misiles y capacidades de guerra electrónica. En particular los modelos de aviones Su-57 PAK FA, el avión en desarrollo Su-75 Checkmate (posiblemente la versión de exportación de esta tecnología), y el avión de combate no tripulado S-70 Ojotnik. Igualmente se trabaja en el diseño de un nuevo bombardero estratégico tripulado con tecnología invisible, el proyecto PAK-DA. Por otro lado, la aviación de combate cuenta con nueva y poderosa plataforma de apoyo de fuego en el helicóptero Kamov-52, probado en la guerra de Siria y que ha sido empleado también en el conflicto que se libra entre Rusia y Ucrania. Algunos analistas occidentales cuestionan las posibilidades de Rusia para equipar su fuerza aérea con estos diseños, a partir de las limitaciones económicas que pudieran afectar el presupuesto de defensa (The International Institute for Strategic Studies, 2023, p.163). En efecto, una parte importante de los activos financieros de Rusia en el exterior han sido congelados luego del inicio de la llamada “Operación Militar Especial”. Sin embargo, el impacto de este conflicto y de otros procesos en el mercado petrolero, generó a su vez una creciente renta que bien pudiera ser empleada para suplir los activos congelados.

Los medios de defensa antiaérea también han recibido un fuerte impulso con los sistemas S-300, S-350, S-400 y S-500, capaces de abatir múltiples blancos aéreos a alta velocidad. Incluso el transporte aéreo militar ha recibido un impulso con el proyecto Atlant, capaz de trasladar 200 militares o 60 toneladas de carga útil, y operar en ambientes climáticos extremos.

Sin dejar de introducir nuevos buques de superficie de diferente designación (esencialmente corbetas y fragatas misileras AA/AS), el esfuerzo ruso se ha concentrado en modernizar buena parte de su escuadra submarina. No solo se han enfocado en la botadura de nuevos submarinos estratégicos Clase Borey-A, sino en submarinos a propulsión nuclear de la clase Yasen-M o de propulsión diésel-eléctrica de la clase Lada. Particular importancia tiene la introducción del submarino de propósito especial Proyecto 09582 que parece estar asociado al dron submarino a propulsión y carga nuclear Poseidón.

Como un factor que genera un salto cualitativo está la aparición en los inventarios de las fuerzas armadas rusas de misiles con velocidad hipersónica, para los que hasta el momento no existen contramedidas eficaces. Tanto el misil Kh-47M2 Kinzhal (empleado por la fuerza aérea y probado con éxito en misión de combate), como el misil de crucero 3M22 Tsirkon (empleado por la marina de guerra rusa), o el vehículo de desplazamiento hipersónico Avangard (que funcionaría como parte de la fuerza de misiles estratégicos), son percibidos como un serio desafío por parte de Estados Unidos y sus aliados.

República Popular China

China en décadas recientes había utilizado de forma bastante activa la ingeniería inversa para modernizar sus fuerzas armadas. Pero el nivel alcanzado no solo en la adquisición o producción de algunos sistemas de armas bajo licencia, sino en el desarrollo endógeno de la tecnología militar, ha prosperado en el diseño de equipo militar de producción nacional. Ello forma parte de una concepción que le permitirá asegurar las rutas de comunicación marítima e incluso proteger los intereses de los ciudadanos chinos más allá de sus fronteras.

Una de las áreas donde se percibe un rápido crecimiento del gasto militar y de la incorporación de varias unidades es en la marina de guerra del Ejército Popular de Liberación. La República Popular China, con múltiples diferendos marítimos en el Mar del Sur de China e interesada en mantener una fuerte presencia naval, ha comenzado progresivamente a formar sus grupos de portaviones. No solo se reacondicionó el CV-16 Liaoning (antiguo portaviones soviético ex Varyag), para emplearlo en el entrenamiento de sus pilotos navales en la aviación embarcada. También ha sido capaz de construir sus dos primeros portaviones, el CV-17 Shandong (que es una modificación del diseño del Liaoning), y el CV-18 Fujian, que es completamente diferente y que cuenta con catapultas magnéticas, y el sistema STOBAR de recuperación de los aviones que aterrizan a través de un cable de frenado. Se ha programado la construcción de tres o cuatro portaviones más, que probablemente cuenten con propulsión nuclear.

Pero la eficacia de estos portaviones depende en gran medida de las agrupaciones navales que integren sus grupos de batalla. Su complemento ha sido la rápida botadura de nuevos tipos de buque que acompañarían a esos portaviones: buques de desembarco multipropósito Tipo 075 “Yushen”, fragatas Tipo 053 “Jiangkai”, destructores Tipo-052C o los recientes Tipo 055, corbetas Tipo 056, y submarinos a propulsión nuclear Tipo 094 “Jin”, o de propulsión más convencional de las clases “Yuan” y “Song”. Esta súbita ampliación de su flota y de sus necesidades ha llevado a la armada china a comenzar el entrenamiento de 450 pilotos navales y a aumentar significativamente el componente de su infantería de marina de 10 000 a 30 000 miembros. Claramente la armada china está adquiriendo capacidades oceánicas y esto se expresa en la instalación de una base en Djibouti.

Las fuerzas aéreas de la República Popular China, han reducido considerablemente los viejos modelos copiados de la Unión Soviética y han introducido nuevas variantes de cazas: el J-10, el J-11 (versión del SU-27) y su versión naval, el J-15. Así como la versión con licencia del SU-30: el J-16. Quizás lo más impresionante es que hayan comenzado a incorporar a sus unidades dos modelos de aviones de 5ta. generación: el J-20 y el J-31, que deben operar de conjunto tal como planificó Estados Unidos con el F-22 y el F-35. Por último, las fuerzas armadas de ese país asiático han incorporado en sus inventarios misiles hipersónicos. El DF-ZF, al igual que el Tsirkon ruso, puede en breve tiempo golpear cualquier objetivo en zonas geográficas muy distantes del punto de lanzamiento, haciendo casi imposible su intersección.

La República Popular China ha expresado en numerosas ocasiones su interés por la resolución pacífica, a través del diálogo y la negociación, de cualquier conflicto de intereses que sostenga con otra parte. En tiempos recientes, su cancillería ha mostrado preocupación y ha rechazado en reiteradas ocasiones la forma en que Estados Unidos trata de construir una coalición de países para frenar los intereses de China, en particular su legítima aspiración de reunificar Taiwán (provincia rebelde) a la nación china. Desde el “rebalance hacia Asia” en época de Obama, con el fortalecimiento de las relaciones de seguridad con los países del Sudeste Asiático, pasando por el renacido Diálogo de Seguridad Cudrilateral (más conocido como Quad) que involucra a Australia, Estados Unidos, Japón e India, y más recientemente con todos los desafortunados incidentes en torno al tema de Taiwán, es lógico pensar que la República Popular China observa con preocupación el intento de frenar sus objetivos de lograr la reunificación nacional antes del centenario de la república en 2049. Por extensión a un aumento de la intromisión estadounidense en los asuntos internos de China, que implican en relación a Taiwán no solo las ventas de armas, sino el entrenamiento de sus militares, no puede descartarse que prevalezcan otras opciones.

Otros países que desarrollan nuevos sistemas de armas

La modernización y el rearme tiene dos expresiones más: la competencia por el mercado de armas y la transferencia de tecnología (que en algunos casos genera dependencia hacia el suministrador). En el transcurso de estos años, Rusia compartió parte de su acervo tecnológico-militar con otras potencias que emergen como poderes globales: la República Popular China y la India.

La India también se ha visto involucrada en esta carrera de modernizaciones militares. Botó su primer portaviones de fabricación nacional, construye con colaboración rusa o de manera independiente varios diseños de aviones de 5ta. generación, e incluso ha obtenido avances notables en materia balística, en particular el interceptor exo-atmosférico o Vehículo de Defensa Prithvi (PDV) para suprimir ataques balísticos.

¿Son solo estos países los que comienzan a desarrollar capacidades críticas? Por supuesto que no. Los equilibrios militares a veces recurren a la cooperación entre industrias militares que son respaldadas por las alianzas políticas. Esta cooperación se realiza entre dos extremos: la necesidad de ganar grados de autonomía respecto a los principales suministradores de armas, desarrollando tecnología propia; y la generación de dependencias tecnológicas a través de programas que promueven la estandarización y homologación de los sistemas de armas, así como la distribución de los costos asociados a su desarrollo e introducción.

Japón, que desde el final de la Segunda Guerra Mundial no pudo fabricar portaviones, ahora ha comenzado a construir aceleradamente cruceros portahelicópteros de la Clase Izumo que por sus características pudieran ser empleados como pequeños portaviones para aviones de aterrizaje y despegue vertical (VSTOL), al igual que la República de Corea. Pero incluso las fuerzas de autodefensa niponas estarían interesadas en el desarrollo de su propio prototipo de caza de quinta generación, el proyecto F-3 o Shinshin, en el cual está interesado en participar como inversor asociado la Boeing. Sin embargo, no se puede descartar la posibilidad de que Estados Unidos ejerza presión sobre sus aliados, para favorecer la adquisición de sus sistemas de armas. En el pasado los estadounidenses lograron la cancelación de una versión mejorada del F-2 japonés o del Lavi israelí, para garantizar el mercado al F-16.

CONCLUSIONES

Aunque el presupuesto de defensa estadounidense es unas 3 veces mayor que el de la República Popular China y hasta 10 veces mayor que el de la Federación de Rusia, el acortamiento de distancias en materia tecnológica y despliegue de medios con capacidad similar o superior, ha provocado la alarma en Estados Unidos.

Para Rusia se trata de desplegar globalmente su poderío militar, y proteger sus intereses particularmente en las zonas del espacio postsoviético donde hay importante presencia de comunidades de rusos parlantes, o de Estados con los que comparte intereses como Bielorrusia y Kazajistán. También se trata de proveer protección de manera creíble a sus aliados como es el caso de Siria. En todo caso, una acción disuasoria frente al poderío de Estados Unidos, la OTAN y sus aliados extrarregionales.

En el caso de la República Popular China, sus intereses vitales van mucho más allá. El proyecto económico de ‘una ruta una franja’, necesita de una garantía sólida que impida disputas en el futuro.

La prioridad de la República Popular Democrática de Corea (RPDC) y de la República Islámica de Irán es proteger su soberanía nacional, en contextos regionales hostiles. La presencia de Estados Unidos, con bases militares y en alianza con países vecinos, contribuye notablemente a la percepción de amenaza. En el pasado, esos presupuestos han sido la base sobre la que se han desarrollado guerras de intervención. En el caso de Irán la preocupación es mayor, toda vez que Israel es su mayor adversario, y cuenta con un poderoso lobby sionista en Estados Unidos que podría influir en una aventura militar estadounidense.

Los tres países antes mencionados han establecido su propia “denegación de acceso a áreas” para terceros. En cualquier caso, en Estados Unidos existe la percepción de que algunos de sus adversarios tienen un presupuesto de defensa creciente. En razón de esto, trata de imponer selectivamente una política de sanciones coordinadas con sus aliados, para disminuir esos ingresos y por efecto indirecto lograr la contracción del gasto militar. Así ha sido en el caso de la República Islámica de Irán y en el caso de la Federación de Rusia, progresivamente desde 2014 y hasta el presente. Existe la clara intención de golpear la economía rusa a través de su sector petrolero, con el objetivo concreto de paralizar el proceso de modernización de las fuerzas armadas rusas, frenando el desarrollo de sus nuevos sistemas de armas por falta de financiamiento.

Incluso se trata de bloquear la transferencia de armas a terceros, con la intención de provocar otro daño y tratar de reducir la influencia rusa en países vitales para la política exterior de Estados Unidos. La compra del sistema de defensa antiaérea S-400 es un buen ejemplo para entender lo anterior. A la decisión de la India y Turquía de adquirir estos medios para su defensa, Estados Unidos ha reaccionado con la amenaza de sanciones. En el caso turco ha sido peor: después de participar en el programa de desarrollo del F-35, ahora se maneja en el congreso estadounidense la cancelación de cien F-35 destinados a Turquía. Existe la posibilidad de que Arabia Saudita pueda experimentar semejantes presiones si decide participar de la compra de sistemas antiaéreos S-400.

Como se puede apreciar en la última década se han producido saltos tecnológicos cualitativos y cuantitativos, tanto en el armamento considerado estratégico como convencional. En particular hay que prestar atención al carácter disruptivo de ciertos sistemas de armas, pese a su diferencia de complejidad tecnológica y costos asociados: vehículos de combate no tripulados (aéreos, navales y terrestres) y armas hipersónicas de trayectoria cambiante. Varios Estados de Medio Oriente, Asia-Pacífico, Europa y Norteamérica, están ampliando y modernizando sus capacidades en medios no tripulados, buques de combate, fuerzas aéreas, y nuevas capacidades misilísticas.

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