LENTE CIENTÍFICO ESTUDIANTIL

Impacto de la política energética rusa hacia el Asia-Pacífico: la reconfiguración del sistema internacional

Impact of Russian energy policy towards the Asia-Pacific: the reconfiguration of the international system

José Luis Salmon Soriano

Estudiante de tercer año de la Licenciatura en Relaciones Internacionales, Instituto Superior de Relaciones Internacionales “Raúl Roa García”, La Habana, Cuba. joseluis.07salmon@gmail.com, 0000-0001-7256-214X

Virgen Maité Llamos Acosta

Estudiante de segundo año de la Licenciatura en Relaciones Internacionales, Instituto Superior de Relaciones Internacionales “Raúl Roa García”, La Habana, Cuba. llamosmaite@gmail.com, 0000-0001-7302-6154

 

Recibido: 9 de octubre de 2022

Aprobado: 7 de noviembre de 2022

RESUMEN Los recursos energéticos le han facilitado a Rusia contar con una importante influencia en la geopolítica mundial y ejercer una posición de liderazgo sobre su zona de influencia. El uso geoestratégico de estos minerales le ha permitido alcanzar éxitos en política exterior y contribuir a su estabilidad doméstica. La incorporación de Crimea en 2014 al territorio de la Federación de Rusia y la posterior reactivación del conflicto ruso ucraniano en febrero del 2022, ha incidido en la diversificación de su mercado energético, encontrando en la región del Asia-Pacífico importantes socios. Esta estrategia ha estado condicionada, entre otros factores, por las continuas sanciones unilaterales de Washington y Bruselas al sector energético ruso. Tanto China como la India han desempeñado un papel importante como apoyo y socios de Rusia frente a esas medidas coercitivas. El artículo se plantea como objetivo general analizar la política energética desplegada por Rusia en el Asia-Pacifico en el periodo de 2014-agosto 2022.

Palabras claves: Rusia, Asia-Pacífico, política energética, geopolítica.

ABSTRACT Russia's energy resources have given it significant influence in world geopolitics and a leading position in its sphere of influence. The geostrategic use of these resources has allowed it to reap successes in foreign policy and contribute to the stability of its domestic policy. The incorporation of Crimea in 2014 to the territory of the Russian Federation and the subsequent reactivation of the Russian-Ukrainian conflict in February 2022, has had an impact on the diversification of its energy market, finding important partners in the Asia-Pacific region. This strategy has been conditioned, among other factors, by the continuous unilateral sanctions by Washington and Brussels on the Russian energy sector. Both China and India have played an important role in supporting and partnering Russia in the face of these coercive measures. The general objective of the article is to analyze the energy policy deployed by Russia in the Asia-Pacific in the period 2014-August 2022.

Keywords: Russia, Asia-Pacific, energy policy, geopolitics.

 

 

INTRODUCCIÓN

El fin de la Guerra Fría, y la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en la década de los 90 del siglo XX dio origen a un periodo de transición intersistémica. Este nuevo orden mundial estuvo caracterizado, hasta inicios del nuevo siglo, por la hegemonía en el ámbito político, económico y militar de Estados Unidos en casi todas las regiones del globo terrestre.

Sin embargo, desde inicio del siglo XXI tuvo lugar la emergencia de un nuevo polo de poder en las relaciones internacionales: la región del Asia-Pacifico, la cual surge y se consolida luego de la crisis financiera global desatada en 2008. Dicha área geográfica germinó con los objetivos de contrarrestar el orden mundial unipolar que caracterizó a la última década del pasado siglo y reorientarlo hacia uno multipolar, y establecer alianzas políticas y económicas entre potencias emergentes con el fin de reconfigurar el orden imperante (Fabelo, 2018).

En este contexto, fue notable el mayor peso e influencia de varias de sus economías, como la china y la rusa, así como de la concertación de importantes alianzas estratégicas que ubicaron a esa zona de Asia en el plano geopolítico global. Para Rusia, heredera de la URSS, en términos del Derecho Internacional, la región de Asia-Pacífico tiene gran relevancia en el desarrollo de su política exterior y en la conservación de su tradicional área de influencia.

En tal sentido, la nación euroasiática ha buscado potenciar el acercamiento a esa área a través de varios mecanismos de integración económica y de concertación política. Además, como definió en sus prioridades de política exterior1 aprobadas en el 2016, Rusia busca su reposicionamiento en el escenario internacional y la defensa de sus intereses en el extranjero. El país ha desplegado varias acciones en materia diplomática, que van desde la exportación de hidrocarburos hasta la asistencia militar, a fin de defender, ante todo, su lugar en el tablero mundial. En esa región, la nación eslava ha encontrado en China y en la India sus mejores aliados para desplegar sus objetivos estratégicos, especialmente su política energética.

Para el desarrollo del presente trabajo se utilizaron los siguientes conceptos procedentes de la Teoría de las Relaciones Internacionales y de las Ciencias Políticas:

Política Exterior: “actividad de un Estado en sus relaciones con otros Estados, en el plano internacional, buscando la realización de los objetivos exteriores que determinan los intereses de la clase dominante en un momento o periodo determinado” (González,1990, 33).

Política energética: parte integral de la política económica que incide sobre la producción, la oferta y uso de productos energéticos. Regula el funcionamiento de los mecanismos de formación de precios, la regulación de los mercados de energía, las estrategias para mejorar el desempeño de las empresas estatales, el papel de la inversión privada en este sector, la seguridad y confiabilidad de suministros, y la adopción de un régimen fiscal acorde con nuevas circunstancias (Lajous, 2007).

Geopolítica: disciplina que tiene la virtud de subrayar la importancia de los factores geográficos para la Política Exterior de los Estados y de estimular al estudio y al conocimiento de la Geografía, de los espacios de la tierra en toda su profundidad, por su valor posicional relativo y sus recursos naturales (Rodríguez, 2017, 163).

Actor Internacional: son todos aquellos grupos o entidades que tienen influencia (en mayor o menor grado) o intervienen, actúan en el escenario internacional. En esta categoría se incluyen los Estados y sus líderes, las organizaciones internacionales, intergubernamentales, no gubernamentales, supranacionales y las corporaciones internacionales (Rodríguez, 2017, 199).

Sistema Internacional: escenario en que se desarrolla la política internacional; es la estructura resultante de la interrelación entre los Estados y otras entidades políticas independientes (sistemas de estados, transnacionales, empresas multinacionales, organismos internacionales, etc.) que le permite lograr, a partir del poder que disponen, sus objetivos sobre el resto de los actores (Hernández, 2016).

Asimismo, atendiendo a lo anteriormente expuesto, el presente artículo se plantea como objetivo general analizar la política energética desplegada por Rusia en el Asia-Pacifico, en el periodo de 2014-agosto 2022.

DESARROLLO

Antecedentes de las relaciones Rusia-Asia Pacífico

Luego de la desintegración de la Unión Soviética, Rusia experimentó un gran caos y retroceso en su actividad económica, comercial y productiva. Esto fue debido, entre otros factores, a la existencia de un alto grado de corrupción en el gobierno del primer presidente de la Federación de Rusia, Boris Yeltsin, y a las consecuencias de los paquetes neoliberales desplegados en territorio ruso por el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI); que, con el objetivo de resolver la crisis, lograron un efecto contrario.

En el contexto de la primera etapa de la política exterior de la Rusia independiente se dio mayor prioridad a las relaciones con Europa Occidental y con Estados Unidos. Asimismo, de estos vínculos se imitaron los modelos económicos, lo patrones de desarrollo y la toma estratégica de decisiones (Zheltov, 2005). También se abandonaron las tradicionales zonas de influencias rusas. El gobierno de Yeltsin intentó, por todos los medios, occidentalizar a Rusia bajo los conceptos de desideologización, desmilitarización, desintegración del “imperio” y democratización interna. Se redujo a su vez la presencia militar, política y diplomática en diversos puntos del planeta.

Sin embargo, con la llegada a la presidencia de la Federación del actual mandatario, Vladimir Putin, los objetivos estratégicos se enfocaron en recuperar la estabilidad política, fortalecer la unidad nacional, recuperar sus capacidades económicas y el reposicionamiento como potencia regional y mundial. Se adoptó una política orientada a crear en el país una economía mixta, con un fuerte aparato gubernamental y de tipo capitalista, que representaría eficazmente los intereses de Rusia frente a Occidente. En este sentido y ante las ansias de la construcción de un mundo multipolar, el gobierno ruso definió a la región asiática como prioritaria en su política exterior.

Por otra parte, tal como refiere Gutiérrez (2010), también bajo la presidencia de Putin se desplegó una nueva concepción geopolítica: “el país es una potencia euroasiática, perteneciente no solo a Europa y a Occidente, como pretendían los euroatlantistas, reformadores prooccidentales encabezados por Boris Yeltsin durante sus dos periodos presidenciales” (pág. 51)

Así, el Kremlin potenció las relaciones económicas2, políticas, militares, diplomáticas, entre otras, con varias naciones de la región del Asia-Pacífico. De acuerdo con Narochnitskaia (2005), China, Kazajstán, India, Turquía, Armenia, Uzbekistán, Azerbaiyán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán, Vietnam, Siria, Corea del Sur, Indonesia, Malasia, Pakistán, Mongolia, Irán y Corea del Norte se encontraban en la lista de sus socios prioritarios en Asia en el primer quinquenio del siglo XXI.

Rusia siempre ha aspirado a tener un papel preponderante en los procesos políticos, económicos y de seguridad en la región de Asia-Pacífico. Es miembro, desde 1998, del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) y fundador de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS)3, creada en 2001. También, posee una cercana relación con los países integrantes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).

Desde la caída de la URSS, Moscú ha mantenido diálogos con Japón acerca su diferendo marítimo por las islas Kuriles, lo que permitió que la tierra del sol naciente se convirtiera en un socio de interés para el país eslavo. A pesar de ello, China y la India son actualmente los dos países de la región con los que el Kremlin mantiene el nivel de relaciones diplomáticas, económicas, militares y políticas al más alto nivel.

En correspondencia con esto, las relaciones sino-rusas se basan en la contención de la influencia de Estados Unidos en el área. Dentro de este orden de ideas, destaca también el intercambio en el campo energético, donde la cooperación ha sido más estrecha entre las dos naciones. A raíz de las sanciones por la reincorporación de Crimea a Rusia, esta última realizó su propio pívot hacia China. Desde tal acontecimiento, el mercado energético ruso se convirtió en uno de los mayores proveedores de petróleo y gas de esta nación.

Asimismo, con los sucesos en torno a Crimea en 2014, la mayoría de los países del Asia-Pacifico se mantuvieron distantes del conflicto, con el objetivo de mantener el equilibrio entre las grandes potencias que confluyen en la nación. Siguiendo su tradicional política de no alineamiento y la defensa de una política exterior independiente, la India se abstuvo de sumarse a las sanciones occidentales.

De modo similar, los países de la ASEAN tampoco se adhirieron. Por su parte, Australia fue la única potencia regional que impuso sanciones a Rusia en 2014, las que estuvieron encaminadas, entre otras, a prohibir la importación de armas provenientes de Rusia y a no permitir el ingreso de bancos estatales rusos a los mercados de capital del país oceánico. Por su lado, China se abstuvo en la votación de la Asamblea General de Naciones Unidas, efectuada el 27 de marzo de 2014, que condenaba a Rusia por la reincorporación de Crimea mientras apoyaba la soberanía territorial ucraniana4 (Shagina, 2020).

De igual manera, Japón, Corea del Sur y Nueva Zelanda se mantuvieron reacios a seguir el ejemplo de Estados Unidos y la Unión Europea en cuanto a la imposición de sanciones unilaterales5. Dichos países optaron por la neutralidad en el conflicto y mostraron diferentes niveles de cooperación. Según Shagina (2020), mientras que Tokio y Wellington se adhirieron solo hasta cierto punto, Corea del Sur consiguió mantenerse al margen de cualquier medida. Ello se produjo debido a que no consideraban a Rusia como una amenaza en la región, sino más bien como un socio en materia de seguridad contra China. En este sentido se consideró no sancionar al Kremlin para no perjudicar su política de defensa en el área.

En conexión con lo anterior, se ha hecho patente que las relaciones económicas, políticas, diplomáticas, militares, etc., de la Federación con el Asia-Pacifico, han tenido como objetivo geopolítico el proyecto de un mundo multipolar, configurado por un eje constituido por China-Rusia-India6, que ejerza una influencia política capaz de contrarrestar el dominio occidental en la región y la búsqueda de nuevos mercados energéticos asiáticos para reducir la interdependencia Rusia-Unión Europea.

1

 

Principales acciones de Rusia en la búsqueda de nuevos mercados energéticos en la región del Asia Pacifico

Con la llegada de Vladimir Putin a la presidencia, se potenció la industria extractiva de los minerales energéticos. El presidente comprendió el preponderante papel que jugarían los recursos minerales, en especial, los hidrocarburos, dentro del renacimiento de su nación como potencia mundial. Asimismo, según Munguía (2021), el uso de la geoestrategia energética, del uso del petróleo y del gas natural como herramientas para generar una fuerte política exterior, ha permitido a Rusia, de conjunto con otros factores, posicionar su interés nacional en los asuntos internacionales.

Si bien el principal mercado donde la nación euroasiática coloca sus hidrocarburos es el europeo7, el Kremlin ha buscado, desde hace varios años, diversificar los destinos de exportación de sus materias primas. Ello se ha llevado a cabo principalmente luego de las sanciones aplicadas por parte de Occidente al Kremlin, a partir de la reincorporación de Crimea al territorio de la Federación. Dicha diversificación ha tenido como objetivos principales contrarrestar la dependencia rusa hacia los mercados occidentales y proteger sus recursos energéticos ante las restricciones a sus empresas como consecuencia de las sanciones internacionales y la oposición de países europeos a proyectos energéticos con participación rusa. La política de Moscú se encuentra plasmada en la Estrategia Energética de la Federación de Rusia, aprobada en el 2020 y que está cuantificada hasta 2035. La misma derogó la adoptada en el 2012.

En tal sentido, con el comienzo en 2014 de la crisis diplomática, militar y política que rodea a Ucrania, las posiciones arraigadas de la Unión Europea y Rusia, respectivamente, han conducido a un punto muerto. Por ese motivo, Rusia ha encontrado fuertes socios comerciales en Asia. Dentro de estos destacan los países miembros plenos de la OCS: China, India, Kazajstán, Kirguistán, Pakistán, Tayikistán y Uzbekistán, a los que se suman Mongolia y Turquía.

De igual manera, con el inicio de la operación especial rusa en el país europeo, en febrero del 2022, una importante parte de los miembros de Asia-Pacífico se han mostrado reticente a unirse a las sanciones occidentales contra Rusia. Manteniendo un delicado acto de equilibrio, solo pocos países se han alineado con las medidas coercitivas unilaterales de Washington y Bruselas, al igual que lo hicieron en 2014 con la crisis de Crimea. La no alineación de Asia se volvió particularmente instrumental para la adaptación de Moscú a las sanciones unilaterales occidentales.

En 2021, según los resultados expuestos por Tsafos (2022), Rusia vendió cerca de 33 mil millones de metros cúbicos (bcm8) de gas a Asia, comparado con el mercado europeo que típicamente importa de 160 bcm a 200 bcm de Rusia. Del total exportado a Asia, dos terceras partes del gas: 14 bcm, era GNL9 del gasoducto ruso Sajalín. Este gas fluyó a Japón, las dos Coreas y China (incluida a Taiwán). Por su parte, del proyecto Yamal LNG fluyeron 8,5 bcm de gas mayormente hacia China, pero también hacia Japón, Corea, India y en menor volumen Bangladesh, Indonesia y Singapur. Rusia también abasteció a China con 10 bcm de gas a través del gasoducto Poder de Siberia, el cual fue lanzado a finales del 2019 y está diseñado para abastecer al mercado gasístico chino con 38 bcm de gas al año (Tsafos, 2022).

A medida que se ha deteriorado la relación con Occidente, el Kremlin ha pretendido impulsar con mayor fuerza sus exportaciones de energía y otros productos a clientes asiáticos. Por ejemplo, con el lanzamiento del oleoducto Siberia Oriental-Océano Pacífico (BCTO, siglas en ruso), Rusia se convirtió en uno de los mayores proveedores de petróleo a China, junto con Arabia Saudita (Shagina, 2020). El Kremlin también aspira a convertirse en un importante distribuidor de gas natural para China. En el 2021, el volumen de importación de China aumentó un 28,7%, según la Organización Mundial de la Energía. Esto significa que Moscú desplazó a Indonesia y a Estados Unidos para convertirse en el cuarto proveedor de Gas Natural Licuado (GNL) de China (World Energy Trade, 2022).

Para que Rusia diversifique su distribución de hidrocarburos en Asia, necesita crear una infraestructura sólida que le permita suplir la demanda de la región. En febrero de 2022, Gazprom, la empresa gasística estatal más grande del país euroasiático, firmó un acuerdo con la Corporación de Petróleo Nacional de China para abastecer, a través del Lejano Oriente ruso al país asiático, con 10 bcm de gas natural (Tsafos, 2022). Por su parte, China también es parte de dos proyectos para el abastecimiento de GNL, del grupo privado ruso Novatek en el Ártico.

Asimismo, se ha planeado entre los dos gobiernos la construcción del gasoducto Poder de Siberia 2. Este, de alcanzarse un acuerdo, se convertirá en el proyecto, en materia de energía más significativo para las dos naciones. La idea principal del gasoducto es conectar los yacimientos de gas del Oeste de Siberia, que abastecen a Europa, con Asia. Poder de Siberia 2 podría darle la posibilidad a Rusia de arbitrar entre el abastecimiento de los mercados europeos y asiáticos, el trofeo más codiciado por los estrategas energéticos rusos (De la Cal, 2022).

Las sanciones unilaterales impuestas por Occidente tras el inicio de la operación especial militar rusa en Ucrania atacan, inter alia, al sector de los energéticos. Si antes de esta Rusia exportaba más del 40% del gas hacia Europa, ese índice de participación se había desplomado, según De la Cal (2022), al 9%, en agosto del 2022.

No obstante, para mitigar las duras y sin precedentes sanciones unilaterales occidentales, Moscú ha encontrado en Beijing y Nueva Delhi los mejores mercados para comercializar los hidrocarburos que Washington y Bruselas “han dejado de comprar”. Como consecuencia de la operación especial, reafirmando una tendencia precedente, Rusia se convirtió en el mayor proveedor de gas natural y de petróleo de China. El Kremlin le ofreció a China descuentos en sus precios por los hidrocarburos, lo que ha permitido posicionar sus productos en el mercado chino. La cifra de exportación de dichos minerales había aumentado, según BBC News Mundo (2022), un 55% hasta mayo del 2022, con respecto al 2021.

Por su parte, la India, el tercer país que más importa energía e hidrocarburos en el mundo, ha aumentado su comercio con Rusia en materia energética. Nueva Delhi, que antes de la invasión solo recibía el 1% de las exportaciones de hidrocarburos rusos, en mayo del 2022 reportó un aumento del 18% (BBC News Mundo, 2022). Las cifras, que van en aumento, demuestran que Moscú podría convertirse en el mayor suministrador de recursos energéticos de la nación. De lograr esto, Rusia desplazaría a Irak, quien ha constituido hasta el presente el mayor exportador de combustibles hacia el país surasiático.

Antes del inicio del conflicto en Europa, la India solía comprar una mezcla de crudo predominantemente kazajo y ruso. El mercado energético de la Federación no tenía mayor volumen en la nación asiática por los elevados costos del flete. Asimismo, debido a las sanciones occidentales al país euroasiático, gran cantidad de petroleras y comerciantes indios evitaban el comercio directo con Rusia.

Sin embargo, el crudo que ahora India importa de Rusia es mucho más barato que el del mercado ordinario. Por su parte, como estrategia, Moscú ha hecho rebajas tanto en el precio de venta como en el costo de la transportación, elemento que ha usado para colocar los hidrocarburos que no vende en el Viejo Continente. Asimismo, se han emprendido estudios para establecer un mecanismo de intercambio de rupias por rublos, lo que facilitaría el comercio tras las restricciones occidentales a los pagos internacionales hacia y desde Rusia (World Energy Trade, 2022).

Cabe destacar que Rusia y la India mantienen una larga colaboración, tanto en el plano diplomático, comercial como en el militar. Además, de acuerdo con Word Energy Trade (2022), ambos países poseen intereses energéticos conjuntos. Ello se debe a que, entre otros factores, Rosneft posee el 49% de Nayara Energy, que gestiona la segunda refinería más grande de la India. Asimismo, la nación asiática se ha mostrado reticente de tomar partido ante el conflicto ruso-ucraniano y se ha abstenido en las votaciones de la ONU que han tenido como objetivo condenar la actuación del Kremlin.

Limitantes de la política energética rusa hacia la región

A pesar de que Moscú suministre grandes volúmenes de hidrocarburos hacia la región del Asia-Pacifico, las cifras son aún insuficientes para suplir toda la demanda de los países de área. Para esto, el país euroasiático deberá incrementar la capacidad que tiene para abastecer el mercado asiático. Ello se lograría con la construcción de nuevos gasoductos y oleoductos. Según Gaceta Mercantil (2022), está en fase de construcción el gasoducto Artic 2, el que duplicará la capacidad de exportación de GNL ruso en el Ártico. En adición, se han propuesto otros proyectos como el Baltic LNG y el ya mencionado Poder de Siberia 2.

En otro orden de ideas, queda camino por recorrer para que Rusia pueda equiparar, a niveles preconflicto en Ucrania, la exportación de hidrocarburos hacia Europa y Asia. Suponiendo que se alcanzaran dichas cifras, aún el negocio de los hidrocarburos no sería del mismo modo en las dos regiones, dado que, por ejemplo, China paga mucho menos por el gas ruso que Europa.

Además, para desarrollar su negocio de GNL, Rusia ha tenido que ofrecer una serie de exenciones fiscales, lo que obstaculiza al tesoro ruso ganar tanto con el GNL como con el gas proveniente de gasoductos. Por otra parte, ha sido más complejo para Gazprom construir nuevos proyectos dentro de China; a diferencia de Europa, donde ha logrado establecer una serie de empresas conjuntas a lo largo del tiempo (Gaceta Mercantil, 2022).

Se observa, además, que una importante limitante para el desarrollo de la estrategia energética rusa en el Asia-Pacífico ha sido la política exterior de Estados Unidos hacia esa región, la cual define a Rusia como un adversario y, en consecuencia, diseña e implementa toda una estrategia en función de su contención. Adicionalmente, el país norteamericano mantiene un interés especial en esa parte del planeta, a partir de una concepción geográfica en la que se concibe a sí mismo como potencia regional, “por derecho propio”. Esa proyección se basa en las condiciones geográficas del país, su extensa costa continental al Pacífico y las islas bajo control estadounidense que se encuentran en ese océano. Paralelamente, su presencia militar e intereses económicos en el área se han incrementado a lo largo de la historia (Álvarez, 2015).

Ya desde 2011, bajo la administración Obama, se habló de la estrategia conocida como “Rebalance” o pivote asiático, la cual, en esencia, trató de reconfigurar y dar un lugar central a la proyección histórica de Estados Unidos hacia el área, como potencia hegemónica. Sin embargo, en esta ocasión, se desarrolló en un escenario en el cual, por primera vez, existían actores capaces de desplazar a Washington y poder cuestionar su predominio regional tradicional y el de sus aliados, en especial de Japón.

Por su parte, la administración Trump, aunque no usó el término empleado por su predecesor, si continuó concentrando su accionar en la región, pero con un nuevo enfoque, bajo el nombre de Indo-Pacifico. Dentro de la Estrategia de Seguridad Nacional de 2017, son señaladas a Rusia y China como adversarios de relevancia. Mientras Obama optó por enfrentar el ascenso de China y Rusia desde espacios de concertación multilaterales como la ASEAN, Trump decidió salir del TPP y rediseñar su sistema de relaciones país a país.

Con el actual mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, la política exterior hacia la región ha mantenido una gran continuidad con sus antecesores. Es notable que, en medio de las tensiones con Rusia y China, Biden hizo su primera visita como presidente al área, en mayo del 2022, para “reafirmar” el papel de liderazgo de su país en el sistema internacional.

En este contexto, se destaca que, desde Obama hasta Biden, Estados Unidos ha tenido como objetivo convertirse en uno de los principales exportadores de hidrocarburos a nivel mundial. En el marco del conflicto ruso-ucraniano, Washington ha aprovechado la coyuntura a su favor para, como consecuencia del efecto de las sanciones unilaterales aplicadas al sector energético de Rusia, suplir la demanda de Europa y potenciar su exportación hacia el continente asiático. De mantenerse las cifras existentes hasta el momento, Estados Unidos podría convertirse en el primer exportador de recursos naturales energéticos en Europa.

La creación del Quad10 y AUKUS11 y la colaboración con los países de la ASEAN han acelerado la evolución de la política estadounidense en el área, lo que le ha permitido aumentar sus flujos comerciales con la región y su influencia, incidiendo también en la implementación de la estrategia energética rusa.

CONCLUSIONES

El colapso de la URSS dio paso a una nueva dimensión en la política mundial, así como en la política rusa. El Kremlin perdió su estatus de superpotencia y emprendió la búsqueda de una nueva área e identidad en la política mundial tanto en Europa como en Asia-Pacífico. Su objetivo en esta región está enfocado, en última instancia, en incrementar su influencia en la conformación de un sistema internacional multipolar. En consecuencia, Asia-Pacífico, con su economía dinámica y su creciente peso en los asuntos regionales, se ha convertido en un área importante para la consecución de la posición y objetivos de la nación euroasiática en esta nueva era.

Uno de los elementos que le ha permitido a Moscú el reposicionamiento regional ha sido la diplomacia energética implementada por el gobierno de Vladimir Putin. Dicha política ha estado condicionada, entre otros factores, por las continuas sanciones de Washington y Bruselas a los hidrocarburos rusos. Ello ha obligado al Kremlin a diversificar su mercado energético, donde China y la India han jugado un rol preponderante en la adaptabilidad de Rusia a las sanciones.

En función de lo planteado se observa no solo que Rusia debe fortalecer la infraestructura de oleoductos y gasoductos que abastece al Asia-Pacifico, sino también que tiene que establecer alianzas con otros países de la región para ampliar la cobertura de su política energética, elementos que le confieren desventaja ante la presencia de Estados Unidos en la zona.

Aunque Rusia reconoce el cambio de la geopolítica y la geoeconomía globales hacia el Este, que determinará esencialmente el futuro del orden mundial, las consecuencias de la operación militar especial en Ucrania podrían limitar temporalmente la capacidad del país para llevar a cabo todos sus objetivos en esa región. No obstante, se constata que Rusia ha sabido transformar estas circunstancias en una oportunidad, a fin de adentrarse más en el mercado asiático y convertirse en un socio comercial y energético de mayor importancia para varias de las principales economías del área, a pesar de las limitantes anteriormente explicadas.

notas

1 La política exterior de la Federación de Rusia tiene como objetivo crear un sistema estable y sostenible de relaciones internacionales basado en las normas generalmente aceptadas del derecho internacional y los principios de igualdad de derechos, respeto mutuo y no injerencia en los asuntos internos de los Estados, a fin de garantizar una sólida y la misma seguridad para todos y cada uno de los miembros de la comunidad mundial. Embassy of the Russian Federation to the United Kingdom of Great Britain and Northern Ireland, 2016.

2 Incluye las relaciones en materia de exportación-importación de hidrocarburos.

3 La creación de la OCS ayudó a mitigar las diferencias existentes entre Rusia y China en los primeros años 2000. A pesar de ello, desde Beijing, la OCS era vista como una organización regional, destinada a cuidar de los intereses chinos en el ámbito de la seguridad en Asia Central y la provincia de Xinjiang. Mientras tanto, desde Moscú, se veía como un bloque geopolítico antioccidental, lo que le llevó a intentar su ampliación hacia la India y Paquistán desde un principio, conseguida tras años de reticencias chinas.

4 Ver resolución: A/RES/68/262

5 Las sanciones se tomaron bajo la presión de los demás países occidentales ante su no acción. Las medidas se centraron en la condena política a la decisión de Moscú, congelación de acuerdos sobre inversiones y la restricción de visados a ciudadanos rusos.

6 Sin embargo, se observa que la India ha tenido también una tendencia a asociarse con Estados Unidos para contrarrestar a China.

7 Rusia es el principal proveedor de petróleo, gas natural y carbón de la Unión Europea. La cifra alcanza más del 30% de la matriz energética europea.

8 Las siglas, del inglés billion cubic meters, corresponden a la unidad de medida que se utiliza internacionalmente para medir la cantidad de gas natural producido o transportado

9 Gas Natural Licuado

10 Siglas en inglés del Quadrilateral Security Dialogue (Diálogo de Seguridad Cuadrilateral). Es un fórum de seguridad que compromete a cuatro naciones: Estados Unidos, India, Australia y Japón.

11 En inglés: Australia-United Kingdom-United States (Australia-Reino Unido-Estados Unidos). Es una alianza militar que engloba estos tres países para ayudar a Australia a adquirir submarinos de propulsión nuclear.

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