LENTE CIENTÍFICO ESTUDIANTIL

 

Raúl Roa: el periodismo al servicio de la revolución (1907-1959)

Raúl Roa: Journalism at the Service of the Revolution (1907-1959)

Emily Puisseaux Moreno

Estudiante de tercer año del Instituto Superior de Relaciones Internacionales “Raúl Roa García”. La Habana, Cuba.

emilyisri@gmail.com 0000- 0003- 2415- 4349

Marian Espinosa Díaz

Estudiante de tercer año del Instituto Superior de Relaciones Internacionales “Raúl Roa García”. La Habana, Cuba.

espinosadiazm3@gmail.com 0000-0002-8869-6588

 

Recibido: 2 de mayo de 2022

Aprobado: 11 de julio de 2022

 

RESUMEN El periodismo fue la principal arma que empleó Roa para enfrentarse a los gobiernos burgueses e imperialistas de la época; mas el suyo fue distinto, pues mostró en pareja magnitud al escritor y al revolucionario. Roa no fue de la función estética al deber político escalando etapas literarias antes de entrar en la batalla. Desde sus inicios, la literatura se situó en el centro de su afán periodístico, como fiel expresión de su temprana preocupación por los problemas de Cuba. Su obra constituye un ejemplar exponente de la importancia de la prensa como trinchera de combate contra el sistema capitalista. En ese sentido, hay que tener en cuenta que el arte y la literatura no solo son proveedores del placer espiritual, sino que también son parte del enfrentamiento capital de los tiempos recientes y que, por tanto, constituyen armas valiosas en la lucha ideológica.

Palabras clave: Roa, periodismo, escritor, revolucionario, Movimiento de Liberación Nacional Cubano, Canciller de la Dignidad

 

 

ABSTRACT Journalism was the main weapon used by Roa to confront the bourgeois and imperialist governments of the time. But his journalism was different, because it showed in equal magnitude the writer and the revolutionary. Roa did not go from the aesthetic function to the political duty, climbing literary stages before entering the battle. From his beginnings, literature was at the center of his journalistic zeal, as a faithful expression of his early concern for Cuba's problems. His work constitutes an exemplary exponent of the importance of journalism as a trench of combat against imperialism. In that sense, art and literature are taken into account not only as providers of spiritual pleasure, but also as part of the capital confrontation of recent times and, therefore, as valuable weapons in the ideological struggle.

Keywords: Roa, Journalism, Writter, Revolutionary, Cuban National Liberation Movement, Chancellor of Dignity

 

 

INTRODUCCIÓN

La figura del Canciller de la Dignidad excede la arista diplomática. Roa fue un destacado revolucionario desde la etapa republicana. Luchó contra el régimen machadista y posteriormente contra la dictadura batistiana. Durante este periodo, desarrolló una labor como propagandista, agitador, maestro y movilizador de masas.

El periodismo fue la principal arma que empleó Roa para enfrentarse a los gobiernos burgueses e imperialistas de la época; mas el suyo fue distinto, pues expresó en pareja magnitud al escritor y al revolucionario. Roa no fue de la función estética al deber político escalando etapas literarias antes de entrar en la batalla. Desde sus inicios, la literatura se situó en el centro de su labor en los medios, como fiel expresión de su temprana preocupación por los problemas de Cuba. Por tanto, su trabajo estuvo condicionado por su propia forma de existencia. No se puede descifrar en qué momento comenzaba el escritor y terminaba el periodista, o viceversa.

Rompió los límites de la escritura corriente para regalar un estilo superior. Su lenguaje fértil y lo elevado de su prosa dieron nuevos matices a la obra periodística cubana. Su obra no fue propia de un reportero en su generalidad, pues escribió para el futuro de ayer, que es el presente de hoy. Empleó sus altas cualidades literarias y su arte para escribir, al servicio de la Revolución.

Teniendo en cuenta que el arte y la literatura no solo son proveedores del placer espiritual, sino que también son parte del enfrentamiento capital de los tiempos recientes y que, por tanto, constituyen armas valiosas en la lucha ideológica, la presente investigación se propone como objetivo general describir la obra periodística de Raúl Roa dentro del proceso revolucionario de los años 30 y el movimiento de liberación nacional de los años 50. Para ello, se identificarán, en un primer momento, los factores que influyeron en la formación revolucionaria de Roa, para abordar entonces su imprenta por periodos.

DESARROLLO

Alborada revolucionaria de Roa. El periodismo durante estos años

Raúl Roa nació el 18 de abril de 1907 en medio de la Segunda Intervención Norteamericana a la Isla. Provenía de una familia de sentimientos independentistas. Su abuelo, Ramón Roa, participó como Teniente Coronel del Ejército Libertador en la gesta del 95. Fueron las conversaciones con el veterano y los relatos acerca de la guerra, las que le despertaron el amor a la Patria desde la niñez. A ello también contribuyó el afilado lenguaje que lo caracterizó, nutrido de las lecturas de Julio Verne y Alejandro Dumas. No obstante, el mismo Roa describiría que su verdadera formación como revolucionario se la dio “la convivencia con la gente del barrio, el choque con la realidad social cubana y las distintas clases sociales” (León, 1983).

La lectura de la obra martiana fue otro factor importante para la formación ideológica de Roa. En la etapa adolescente comenzó a leer a Martí, quien como él mismo definiría, “le dio la preparación espiritual que lo puso en el camino de Mella” (León, 1983). De las lecturas a la obra martiana surgió su sentimiento antimperialista. De esta forma, Roa se interesó por el conocimiento de la Historia y la situación sociopolítica de la República. Además, en esta etapa estudió la obra literaria de Sanguily, Varona, Marx y Lenin.

El contexto generacional que rodeó a Roa también influyó en la formación revolucionaria y marxista durante su etapa adolescente y juvenil. Contaba con un pensamiento de avanzada, que criticaba las diferencias sociales y tenía una sensibilidad especial hacia los problemas de la República1. Por otra parte, en la esfera internacional se habían producido importantes hechos, entre ellos, la Revolución de Octubre, con la que se otorgó relevancia a la ideología marxista a nivel mundial (Archivo CD: Roa, el Canciller de la Dignidad, Revolución en la diplomacia, 2022).

¿Qué otros hechos influyeron en el Roa joven?

Ejemplos, como la Revolución Mexicana, demostraron la instauración de un programa democrático agrarista que contó con la participación de las masas populares. La Reforma Universitaria de Córdoba, en Argentina, evidenció la necesidad de instaurar la enseñanza científica en las universidades y el papel de las masas estudiantiles en la transformación social. Todo ello sirvió de guía a las nuevas generaciones para querer cambiar las cosas, especialmente en la esfera universitaria y luego de carácter nacional. Esto, acompañado de la crisis estructural que ocasionó el mandato de Alfredo Zayas en Cuba, motivó la preparación de las fuerzas populares.

En esta época aumenta en la República la actividad obrera, las huelgas y manifestaciones en contra del gobierno. Se produjo la protesta de los 13 y surgieron movimientos revolucionarios como el Grupo Minorista de La Habana, el Movimiento de Veteranos y Patriotas y la Liga Antiimperialista de Cuba. Todo ello impulsó a la unidad del estudiantado y de las masas populares en contra de la crisis neocolonial. A propósito, Julio Antonio Mella surgió como líder de la reforma universitaria y bajo su dirección surgieron la FEU y el Grupo de Renovación Estudiantil con el objetivo de vertebrar la Reforma. Roa, desde el tercer año del bachillerato, siguió detalladamente el movimiento reformista universitario y se identificó con él y con su líder (Desde el Archivo de Cubadebate: La herejía coherente de Raúl Roa, 2017).

El ingreso a la Universidad abrió las puertas para el desarrollo de la acción revolucionaria de Roa. Se agrupó con una generación de jóvenes inspirados en las ideas de Mella y ya había leído el Manifiesto Comunista, lo cual lo había acercado al marxismo, pero, ¿y el periodismo?

Durante los años anteriores al 30, los temas históricos constituyeron importantes páginas en el periodismo de Roa. La historia de las luchas del 68 y el 95 ocuparon un lugar especial en sus creaciones, más cuando la estirpe mambisa le afloraba en la pluma y el machete de su abuelo (escritor, poeta y, sobre todo, coronel del Ejército Libertador, Ramón Roa). Las figuras de Sanguily, Agramonte, Maceo y Martí las trató por la dimensión del sacrificio y de lo que aspiraron para Cuba.

En el campo de la filosofía fueron significativos los artículos sobre dos filósofos que influyeron en su generación: José Ingenieros y José Ortega y Gasset. Sobre este último, Roa escribió un magnífico trabajo titulado “Filósofo en entredicho”, publicado en la revista mexicana Cuadernos Americanos para 1955, donde expuso y analizó las doctrinas del ideólogo español y el papel de la filosofía en la sociedad. A propósito, señaló:

“El filósofo es la medida de su filosofía. Esta será lo que aquel sea. Toda filosofía entraña, por eso, un compromiso ético. No basta lanzar al camino una mazorca centellante de pensamientos (…) Saber y deber, ciencia y conciencia, han de ir siempre en connubio” (Retorno a la alborada, 1964, 451-452).

Raúl Roa y la Revolución del 30

En el momento que Roa ingresó a la universidad, ya se había leído el Manifiesto Comunista de Marx y otros de sus textos. También simpatizaba con las ideas de Mella y se sentía identificado con las luchas de los estudiantes y obreros en contra de la tiranía machadista. De ahí, que su definición política lo condujera a asociarse con los jóvenes revolucionarios y antimperialistas de la época.

La universidad despertó en el joven revolucionario inquietudes políticas. Su primera experiencia carcelaria fue a causa de la firma de un llamamiento en contra de la intervención norteamericana a Nicaragua. Además, participó como maestro en la Universidad Popular José Martí y se incorporó a la Liga Antimperialista de Cuba.

Junto con las ideas de Mella, accionó el acercamiento de Roa a Villena, líder del proletariado y de las masas, quien lo vincularía con las luchas obreras. Villena le dio la oportunidad de comenzar su incipiente carrera periodística en el suplemento literario del Diario de la Marina. La vinculación de Roa al proletariado lo llevó a escribir en los periódicos obreros Tranviarios y Aurora. Asimismo, se vinculó junto a Villena en el enfrentamiento del aprismo2, que comenzaba a penetrar en los medios revolucionarios.

En paralelo, se mantuvo activo en su lucha revolucionaria. En 1927, el régimen de Machado buscó una alternativa para postergarse y optó por realizar una reforma constitucional para promulgar la prórroga de poderes. En protesta a ello, Roa formó parte de la masa universitaria que se manifestó en contra de dicha maniobra gubernamental. Junto a un grupo de estudiantes se dirigió a la casa de Enrique José Varona para comunicarle la inconformidad universitaria. Este hecho demostró el respeto que el joven revolucionario sintiera por el pedagogo cubano, lo cual también se demostraría en artículos posteriores como “Enrique José Varona en su centenario” (Iglesias, 2020).

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Durante la etapa universitaria, Roa comenzó a publicar en la revista América Libre, dirigida por Villena. En ella divulgó una serie de artículos llamados “Cuba factoría yanqui” donde analizaba la situación cubana. Además, dio a conocer “Nicaragua, víctima indefensa del imperialismo”, donde hizo un análisis marxista de la última etapa del capitalismo y su papel en la explotación de los pueblos, en particular en Nicaragua. En este artículo demostró el conocimiento de las ideas de Marx y el espíritu antimperialista de su pensamiento.

Su sentido crítico hizo que adquiriera prestigio en los medios periodísticos y literarios de la época. En ese periodo, se mantuvo vinculado a las revistas Avances y Orto, donde enfatizó en el estudio de la obra martiana. Sus publicaciones literarias se caracterizaron por su crítica y calidad de la prosa, a pesar de que en muchos trabajos no se manifestaron abiertamente sus ideas políticas, debido a las características de estos medios.

En este periodo, la principal acción de Roa se centró en incentivar el espíritu revolucionario dentro de la universidad. La vanguardia estudiantil se volcó de lleno a la lucha gubernamental, no obstante, la presión del gobierno. Al respecto, Roa planteó que la huelga necesitaba un nuevo aparato que dirigiera la contienda. En ese contexto, surgió el Directorio Estudiantil Universitario (DEU), bajo el común denominador del enfrentamiento a Machado, pero con diferencias ideológicas.

El 19 de marzo de 1930 se convocó a la Huelga General Política, en la que habló el organizador de la gesta, Rubén Martínez Villena y Roa participó como cronista de los hechos. Además, fue el redactor del documento que se repartió durante las protestas, en el que se exponían las convicciones marxistas y se apreció claramente su habilidad literaria. Ante la represión desatada por los sucesos, fue obligado a viajar al exilio y se unió a los integrantes de la vanguardia intelectual cubana, entre los que se encontraban Gabriel Barceló, Manuel Guillot y Aureliano Sánchez Arango. Se agrupó con ellos en la Asociación de Nuevos Emigrados Revolucionarios de Cuba (ANERC), fundada por Mella en México. Allá, utilizó las páginas de Cuba Libre, órgano oficial de la ANERC, para denunciar la represión a los participantes de la huelga.

Al regreso a Cuba, Roa renunció al DEU, debido a la posición reformista que adoptó la organización. Al poco tiempo fue apresado y encarcelado. Desde la cárcel, fue el encargado de redactar el programa de la organización, por su destacada ideología y su calidad como escritor.

Fue liberado en abril y nuevamente apresado en julio de 1931. Desde Línea, órgano oficial del Ala Izquierda Estudiantil (AIE), escribió junto a Pablo de la Torrente el llamamiento a las armas dirigido a los estudiantes, bajo el título “Tiene la palabra el camarada Máuser”. El artículo tuvo fundamentación marxista. Exhortaba a la juventud a tomar ese camino para lograr la Revolución. El escrito demostró, sin dudas, la radicalización de pensamiento de Roa. Además, planteó la necesidad de aplicar la lucha armada para lograr la victoria de la Revolución. Ello fue expresión de la clara ideología que presentaba Roa, en ese momento (León O. O., 1983).

Raúl Roa y sus compañeros fueron liberados en 1933, gracias a la presión popular contra la dictadura, después de alrededor de 2 años presos. Luego de la caída de Machado, el gobierno de Carlos Manuel de Céspedes y Quesada asumió una política entreguista a Estados Unidos. Ante esta situación, Roa continuó la lucha revolucionaria. Participó en actos y mítines para motivar a las masas a encauzar la lucha revolucionaria.

El gobierno de Céspedes retomó las clases en las aulas, lo cual permitió a Roa regresar a la universidad, donde se vinculó al proceso de depuración política del profesorado. Durante esta etapa, escribió en la revista Ahora, en la Revista Universidad, El País, Polémica y Línea. Por otro lado, participó como agitador de masas y movilizador estudiantil en aras de atraer a la opinión pública al proceso. En este sentido, se destacaron entre sus publicaciones, los artículos: “Reconquista revolucionaria”, “La lucha por el mantenimiento” y “Reforma, no trampolín”.

En contra también del gobierno de Carlos Mendieta Montefur, participó en tánganas estudiantiles y actos de la clase obrera, así como en la huelga general convocada por la universidad el 23 de febrero de 1935, que condujo a la derrota de la Revolución del 33. Sin embargo, Roa fue capaz de analizar las causas que condujeron a tal fracaso y mantenerse fiel a los principios revolucionarios.

Tomando en cuenta todo lo anterior, Roa fue el cronista de su generación. Su periodismo de la etapa, incluyó toda su producción en pro de la “revolución que se fue a bolina”, expresó el agudo enfrentamiento a Machado y se forjó en el fragor del combate estudiantil por la revolución antimperialista y agraria (Forteza, 2021).

Etapa de 1935 a 1959

El fracaso de la Huelga General de marzo de 1935 y la represión contra los participantes obligó a Roa a exiliarse nuevamente. Desde México, junto a otros compañeros, fundó la Organización Revolucionaria Cubana Antimperialista (ORCA), con el objetivo de agrupar a las fuerzas y partidos revolucionarios para enfrentarse a la dictadura y el imperialismo. Con este fin, publicó numerosos artículos, en Frente Único, órgano oficial de la organización. Allí Roa se refirió al papel de las masas populares en la victoria de la Revolución. El exilio sirvió para que se centrara en el papel de la unidad a través de la creación de un partido que agrupara las organizaciones de izquierda (Pogolotti, 2019).

Otra arista dentro de su labor periodística fue el apoyo a la Revolución española. Destacaron sus publicaciones en El Mundo, Futuro Social, Índice y Mediodía. En esta última, se agrupaban intelectuales de izquierda como Nicolás Guillén, Carlos Rafael Rodríguez, José Antonio Portuondo, Mirta Aguirre, entre otros. En el artículo “Madrid tumba del fascismo”, realizó un análisis de la trascendencia del conflicto español para la humanidad y dejó constancia de su fe militante en la victoria contra el fascismo.

A su regreso a Cuba, y durante la década del 40, Roa combinó la labor periodística con la de la enseñanza. Fungió como profesor titular de Historia de las Doctrinas Sociales en la Universidad de La Habana y luego, en 1947, como decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Derecho Público. Desde allí desarrolló una ferviente labor literaria contra el bonchismo y el gansterismo universitario. Además, durante el gobierno de Prío, fue director de Cultura del Ministerio de Educación, desde donde denunció los errores de esta administración.

En este sentido, publicó una serie de artículos aparecidos en El Mundo y en la Revista Universidad donde realizó un análisis de las causas que conllevaron a estos hechos, sustentada en los problemas estructurales de la República. Asimismo, publicó trabajos políticos y culturales que aparecieron en otras revistas como Bohemia y Crónica (León N.B., 2022).

Tras el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, se enfrentó al nuevo régimen desde el combate como periodista. Desde las páginas de El Mundo, expuso que el golpe de Estado fue un atropello a la voluntad popular. Desarrolló trabajos tácticos analíticos que planteaban la necesidad de la unión de los partidos anti batistianos. Le rindió homenaje a Martí en su centenario a través de una serie de artículos de denuncia a los crímenes de la República y la dictadura. Además, impulsaba la lucha armada como única vía para lograr la República soñada por Martí.

Nuevamente fue obligado a salir del país como consecuencia de la represión policial y se aisló en México, donde participó en numerosos actos políticos en solidaridad con Cuba y América Latina (León, 1983). Impartió conferencias en universidades mexicanas donde resaltaba los ideales de los próceres latinoamericanos como Bolívar, Juárez y Martí. Dirigió la revista Humanismo, desde donde continuaba denunciando los crímenes de la dictadura.

A su regreso a Cuba en 1955, se vertebró al movimiento de Resistencia Cívica que apoyaba logísticamente a la guerrilla. Paralelamente, obtuvo el Premio Justo de Lara de 1955 y 1957. Fue acreedor del Premio Juan Gualberto Gómez en 1956 con su semblanza biográfica “Pasión, muerte y resurrección de Rafael Trejo”.

Con el triunfo de la Revolución fue designado representante de Cuba en la ONU en 1959 hasta mayo, fecha en que fue nombrado Ministro de Relaciones Exteriores hasta 1976.

De manera general, entre 1935 y 1959, Raúl Roa García fue quien con mayor fuerza trajo a la nueva juventud revolucionaria las figuras de Mella, Villena, Barceló y Pablo de la Torriente Brau. En sus artículos y crónicas, los jóvenes del centenario encontraron el antecedente generacional e histórico a la lucha que ellos emprendieron. Roa demostró que la revolución del 30 no era la de Grau, Prío ni Batista. Fue el defensor y representante de la revolución ante el ataque y la infamia de la reacción. Las polémicas con Mañach y Ramón Vasconcelos lo mostraron imbatible en sus descargas de verbo revolucionario. Esos años permitieron el desarrollo pleno de su pujanza y creatividad periodística. Su labor adquirió visos clásicos en el periodismo revolucionario cubano, aún en las condiciones adversas del neocoloniaje político y cultural (León, 1983).

CONCLUSIONES

Por las peculiaridades de la labor periodística de Roa, su periodismo de combate está dentro del llamado género de opinión, fundamentalmente el artículo y la crónica. Le sirvieron para analizar, interpretar, orientar y movilizar a las masas a través de las distintas etapas del proceso revolucionario a partir de 1930. Roa se convirtió en un agitador y propagandista de la revolución, al tiempo que organizó al pueblo para la acción revolucionaria.

El análisis objetivo de la situación cubana y la aplicación de las ideas marxistas dieron fe de la madurez política del joven periodista, que entonces vislumbró cuál era el verdadero camino para obtener la independencia del país. Personificó, sin dudas, un exponente cimero del periodismo militante que, a través de las ideas marxistas y de la doctrina martiana, bregó por el Estado de obreros y campesinos mediante la revolución redentora y antimperialista. Por tanto, Roa es por definición, un periodista marxista y martiano.

Fue el cronista de su generación no solo por ser fiel testimoniante de aquellos años, sino también por la belleza literaria y la fuerza de su pluma. Su obra constituye un ejemplar exponente de la importancia del periodismo como trinchera de combate contra el imperialismo. Fue su periodismo otra forma de ser revolucionario.

notas

1 La República mediatizada, surgió bajo la dependencia al capital extranjero estadounidense. Los diferentes gobiernos sumieron al país en una crisis económica, que hacia los años 1920 y 1921 se hacía insostenible.

2 El aprismo es una corriente ideológica nacionalista, antiimperialista y cooperativista que preconiza un progresivo capitalismo de Estado y un vigoroso intervencionismo de este en beneficio de la colectividad. Nacido en Perú, considera que el capital extranjero debe formar parte de un plan de economía nacional. Socialmente, no es el partido de una sola clase, sino de tres clases oprimidas en un frente único: la clase campesina, la clase obrera industrial y la clase media que incorpora al pequeño comerciante y a los pequeños propietarios.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Cubadebate. (2017, julio 6). La herejía coherente de Raúl Roa. Obtenido de https://www.cubadebate.cu/especiales/2017/07/06/desde-el-archivo-de-cubadebate-la-herejia-coherente-del-raul-roa/

Cubadebate. (2022, abril 18). Roa, el Canciller de la Dignidad, Revolución en la diplomacia. Recuperado de https://www.cubadebate.cu/especiales/2022/04/18/archivo-cd-roa-el-canciller-de-la-dignidad-revolucion-en-la-diplomacia/

Forteza, Y. P. (2021, abril 18). Raúl Roa García: la dignidad de un canciller. Cubadebate. Recuperado de https://www.cubadebate.cu/especiales/2021/04/18/raul-roa-garcia-la-dignidad-de-un-canciller/

Iglesias, J. M. (2020). Ética y política en el pensamiento sobre la cultura de Raúl Roa García (1940-1958). Scielo. Recuperado de https://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_abstract&pid=S2218-36202020000400390

León, N. B. (2022, abril 17). Raúl Roa, un periodista de acción. Granma. Recuperado de https://www.granma.cu/mundo/2022-04-177raul-roa-garcia-un-periodista-de-accion-17-04-2022-21-04-17

León, O. O. (1983). Raúl Roa. Periodismo y Revolución. La Habana: Editora Política.

Pogolotti, G. (2019, diciembre 29). Retorno a la alborada. Cubadebate. Recuperado de https://www.cubadebate.cu/opinion/2019/12/29/retorno-a-la-alborada/

Roa, R. (1964). Retorno a la alborada (segunda ed.). Las Villas: Editora del Consejo Nacional de Universidades, Universidad Central de Las Villas.