EL MUNDO EN QUE VIVIMOS

 

África en Roa1

Africa in Roa

Dra. C. María Elena Álvarez Acosta

Doctora en Ciencias Históricas. Profesora Titular del Instituto Superior de Relaciones Internacionales “Raúl Roa García”. La Habana, Cuba. rez14me@gmail.com, 0000-0001-9425-4316

 

Recibido: 22 DE mayo DE 2022

Aprobado: 12 DE julio DE 2022

 

RESUMEN Como un homenaje a esta leyenda de Cuba, incursioné -en una primera aproximación- en una de las aristas dentro de las muchas actividades que Roa desarrolló a lo largo de su vida, su proyección hacia el Tercer Mundo en su labor como Canciller. En ese contexto se analizarán sus concepciones, criterios y proyecciones políticas que sirvieron de base a la defensa de los pueblos tercermundistas, esencialmente, de los pueblos africanos. Los criterios que se expondrán parten de la selección de algunas de sus intervenciones en Naciones Unidas en dos lapsos de tiempo: los años 1959- 1960 y 1973- 1975, relacionadas con África, fundamentalmente. La selección de ambos tiene en cuenta no solo un criterio cronológico, sino y, sobre todo, la proyección política.

Palabras claves: Tercer Mundo, Movimientos de Liberación Nacional, colonialismo, imperialismo, subdesarrollo

 

 

ABSTRACT As a tribute to this legend of Cuba, I ventured -in a first approximation- into one of the edges within the many activities that Roa developed throughout his life: his projection towards the Third World in his work as Foreign Minister. In this context, his conceptions, criteria and political projections that served as the basis for the defense of the Third World peoples, essentially of the African peoples will be analyzed. The criteria that will be exposed are based on the selection of some of his speeches in the United Nations in two periods of time: the years 1959-1960 and 1973-1975, fundamentally related to Africa. This selection takes into account not only a chronological criterion, but, above all, the political projection.

Keywords: Third World, National Liberation Movements, colonialism, imperialism, underdevelopment

 

“Con los pobres de la Tierra quiero yo mi suerte echar…”

José Martí

“Esta Revolución es de los humildes, con los humildes y para los humildes”

Fidel Castro Ruz

INTRODUCCIÓN

Escribir sobre Roa es, a la vez, difícil e insuficiente, pues no se puede expresar a través de las letras el significado y la grandeza de su obra y su personalidad, que quedó plasmado en todo lo que hizo y en cómo lo hizo, al tiempo que se hace necesario volver a la lectura de sus trabajos para poder descifrar las facetas, giros e intenciones que se nos habían escapado.

Sin embargo, como un homenaje a esta leyenda de Cuba, incursioné -en una primera aproximación- en una de las aristas dentro de las muchas actividades que Roa desarrolló a lo largo de su vida, su proyección hacia el Tercer Mundo en su labor como Canciller. En ese contexto se analizarán sus concepciones, criterios y proyecciones políticas que sirvieron de base a la defensa de los pueblos tercermundistas, esencialmente, de los pueblos africanos.

Los criterios que se expondrán parten de la selección de algunas de sus intervenciones en Naciones Unidas en dos lapsos de tiempo: los años 1959-19602 y 1973- 1975, relacionadas con África, fundamentalmente. La selección de ambos tiene en cuenta no solo un criterio cronológico, sino y, sobre todo, la proyección política. El primero refleja que, con independencia de la difícil situación de la Revolución cubana en sus dos primeros años de vida y del asedio por parte de Estados Unidos hacia nuestro país, la proyección cubana, de la mano del verbo de Roa, fue de apoyo total a la lucha de liberación nacional y contra cualquier forma de dominación e injusticia en el mundo.

El segundo momento, más de diez años después, expresa la continuidad de la postura cubana que, por suerte para todos los cubanos, también tuvo la voz de Roa, no solo para defender a David contra Goliat y denunciarlo en los foros internacionales, sino también a otros pueblos del mundo.

DESARROLLO

Primeras reflexiones

Roa calificó la diplomacia como el arte de la táctica, el tacto y el contacto; esa frase expresa el quehacer del Canciller de la Dignidad. También en los discursos de Roa se perfilan esos tres componentes: estrategia y objetivos definidos, la forma lógica y fluida de sus ideas para cumplir esos objetivos y la utilización del “contacto”, expresado en su peculiar manera de expresarse para dejar oír el criterio de Cuba. En este sentido, se hace imprescindible citar las palabras de Armando Hart Dávalos, en la despedida de duelo a Raúl Roa García, cuando apuntaba: (Hart, 1982).

Y cuando en las tribunas de los organismos internacionales su figura se ponía en pie y su verbo salía al aire, los farsantes temían a la palabra precisa, candente y definitiva de Raúl Roa García. A este hombre se le podría exterminar con los cañones, pero con la palabra, no había quien pudiera aplastarlo. Su estilo era singular. Y lo fue porque se alimentó con el jugo que brota de las entrañas del pueblo… Roa llevó a los salones de los foros internacionales el estilo de agitador político y estudiantil de los años 30, que en esencia nunca dejó de ser, llevó el estilo de la barricada estudiantil al foro internacional, y lo hizo sobre la base de una vasta cultura y de un amplísimo conocimiento del drama de nuestros pueblos.

Muchas pudieran ser las consideraciones en torno a la sólida formación de Roa y sus manifestaciones como maestro, periodista, teórico, canciller. Sin embargo, solo nos centraremos, como hemos dicho anteriormente, en el pensamiento y acciones de Roa en defensa de los pueblos tercermundistas. Destaca como Roa supo utilizar su aval teórico-práctico en la defensa de la Revolución cubana y los pueblos del Tercer Mundo, aún cuando hasta 1959 había centrado sus estudios en el acontecer cubano y latinoamericano. Sin embargo, esa sólida formación teórica le posibilitó incursionar profundamente en la realidad africana y defenderla con el mismo verbo que a la cubana.

En este ámbito sobresale su teoría antimperialista y sus concepciones sobre el capitalismo, el colonialismo y los Movimientos de Liberación Nacional que, con independencia de su formación y proyección ideológica, siempre expresó el pensamiento martiano, en el que se apoyó para defender a otros pueblos. La proyección de su postura –la de la Revolución cubana- y las bases de su práctica política como Canciller fueron resumidas por él mismo cuando expresó:

“Nuestro país, como ya dije en otra ocasión ante este foro internacional, forma parte por su historia, cultura y ubicación, de la comunidad latinoamericana, cuyas tradiciones, derechos, necesidades y anhelos afirma y propugna como propios; pero comparte, como propios también, los derechos, las necesidades y los anhelos de todos los pueblos a una vida justa, libre y próspera en un mundo sin imperios ni imperialismos y, por ser similares sus problemas, servidumbres, agonías y afanes, se siente aún ligado a la comunidad afroasiática de naciones” (Roa, 1959).

Los discursos de Roa eran complejos, pero a la vez sencillos, expresaban de forma impecable sus concepciones teóricas, el dominio de la historia universal y las proyecciones futuras, el análisis del momento y la situación que defendía; incorporaba los principios de la Revolución cubana, al tiempo que, con una habilidad poco común, lograba insertar la defensa de Cuba y la condena a Estados Unidos en los espacios más disímiles. Estos aspectos, y otros que no hemos incorporado, se hilvanaban lógica, coherente y claramente y su voz fluía como el canto de todos los cubanos en los foros internacionales.

Estrategia por el Tercer Mundo

La solidez de la formación de Roa como profesional, orador y revolucionario se expresaba en los análisis que introducía en sus discursos. Serían muchos los ejemplos que pudieran incluirse en cuanto al andamiaje teórico de sus intervenciones pero solo citaremos algunos, sobre todo referidos –o vinculados- a la problemática tercermundista, donde sobresalen las referidas a las épocas históricas, el capitalismo, el colonialismo y el subdesarrollo, entre otros.

En diciembre de 1959 en su intervención para apoyar la independencia de Argelia, Roa iniciaba su arenga con un análisis sobre la evolución de las épocas históricas, planteó:

Suelen agruparse en orgánicas y críticas las grandes épocas configurantes del proceso histórico. Las épocas orgánicas son aquellas en que el curso del desarrollo fluye con ritmo uniforme. Las épocas críticas se caracterizan por vastas y profundas conmociones en la estructura de la sociedad, urgida ya de nuevas bases y ajustes que garanticen su estabilidad, equilibrio y progreso. Tales coyunturas se producen, con frecuencia pendular, a lo largo de los siglos. Son, en suma, la razón de mudanza en la esencia misma de la vida de los pueblos (Roa, 1959).

Posteriormente, Roa desarrolla un análisis sobre la situación del momento y hace referencia al concepto de crisis: “Crisis no significa, en términos biológicos ni históricos, ineluctable declinación o acabamiento. Significa, en rigor, cambio: caída o ascenso, retroceso o renuevo, rebalce o torrente, supeditación o libertad. Pugna entre las fuerzas estáticas y las fuerzas dinámicas, entre la tradición y la innovación. Cruce, convergencia y bifurcación de caminos” (Ibídem).

En su intervención en la Asamblea General, el 6 de diciembre de 1960 (Roa, 1960a, 170) conceptualizó el colonialismo, como “la sobrevivencia más afrentosa de un régimen de expansión mercantil y de desplazamiento geográfico del poder político, aguijado, primordialmente, por el incentivo del lucrum in infinitum”, al tiempo que hacía un recuento histórico que, como él mismo señaló, “A estas alturas del debate, resulta ya ocioso adentrarse en la historia del colonialismo y referir sus depredaciones, perfidias, ultrajes y provechos” (Ibídem, 171).

A continuación, Roa explica por qué la posición cubana y reflexiona sobre la historia de Cuba como colonia y argumenta que “vale la pena consignarlo. Tres años atrás, Cuba no hubiese podido hablar con la diafanidad y entereza con que hoy lo hace. Tres años atrás, la voz genuina de Cuba estaba ausente de este foro internacional de naciones” (Ibídem).

Magistralmente refiere las formas de expoliación cometidas en nombre de la “civilización”, hace referencia a la India, Egipto y otros países y regiones del mundo, así como a los diversos mecanismos y organizaciones utilizadas para dicha expoliación que define como “rótulos”. Más adelante reseña las acciones de Estados Unidos y plantea: “Definir a Estados Unidos como una potencia imperialista es una verdadera tautología, ya que, en este caso, lo definido es la definición” (Ibídem, 175) y agrega como se desarrolló la acción neocolonial de Estados Unidos hacia Cuba y, posteriormente, las acciones contra la Revolución y la realidad sobre la base de Guantánamo. Por último, Roa cierra su declaración planteando:

“Interpretando el sentir de los pueblos y países que aún no han podido y quieren ser libres y, especialmente, el de los intrépidos, abnegados e invencibles guerrilleros argelinos –hermanos en el coraje y en el ideal de los guerrilleros cubanos de la Sierra Maestra-, la delegación de Cuba propone que no abandonemos este debate sin antes haber roto los últimos eslabones de las cadenas del colonialismo” (Ibídem,178).

En el año 1974 al referirse a los países tercermundistas y a las posibilidades de desarrollo, Roa expresaba “No es ocioso precisarlo. La interdependencia entre las naciones no podrá existir mientras se pretenda mantener la dependencia de los países no colonizados o neocolonizados, sostener el predominio de las empresas multinacionales monopolistas y consagrar el intercambio desigual (Roa, 1974, 356).

En esta intervención Roa se refiere a los obstáculos de los países subdesarrollados para avanzar y analiza las tácticas imperialistas en cuanto a los países petroleros del Medio Oriente, entre otros. Con esa cubanía tan propia expresaba que “las denominadas empresas multinacionales o transnacionales no tienen ya Caperucita Roja que embaucar, como el lobo del cuento” (Ibídem, 360).

En ese mismo año, Roa criticaba a las Naciones Unidas y planteaba:

“El dramático fracaso de la Estrategia Internacional para el Desarrollo, promovida por las Naciones Unidas, está a la vista de todos. El hecho de que apenas se le haya mencionado en esta tribuna prueba irrefutablemente que la historia tiende a condenarla al olvido. Ese expediente, como lo anticipara Cuba en diversos foros internacionales, no ha resuelto ni resolverá nada. El foso entre los países capitalistas desarrollados y los países del Tercer Mundo se ha ido ahondando por días” (Ibídem, 364).

Por último, quisiéramos mencionar una idea del discurso de Roa en el primer encuentro en Cuba de los No Alineados, donde parecería que veía el momento y el futuro, cuando señaló:

“Salta a la vista que el área capitalista desarrollada ha entrado, con todas sus implicaciones y consecuencias para la seguridad y la paz, en su etapa más embrollada después de la Segunda Guerra Mundial. Pero esa situación se torna aún más incierta y riesgosa si se tiene en cuenta que el viejo orden económico internacional, fundado en las relaciones coloniales y neocoloniales de dominio, explotación y despojo, con la consiguiente prolongación del subdesarrollo y la dependencia ha agotado ya casi todas sus reales posibilidades de aplastar, contener o desviar la insurgencia de los pueblos que luchan por su liberación y desarrollo en Asia, África y América Latina se van haciendo cada vez más ineficaces” (Roa, 1975, 380-381).

Roa y África

Cuba aspira a una paz fundada en la autodeterminación nacional, en la cooperación económica, en el respeto a los derechos humanos, en el imperio de la justicia social en el desarme internacional y en el uso constructivo de la energía atómica. No cabe ya eludirlo. El curso orgánico de la historia y, por ende, el porvenir de la humanidad depende, en buena parte, del pleno desarrollo de los países subdesarrollados. Y poner a contribución sus mejores esfuerzos para asegurar ese porvenir, es lo que interesa y preocupa al Gobierno y al pueblo cubanos en este decisivo avatar de la convivencia humana (Roa, 1959, 135).

Así culminaba Roa su discurso sobre Argelia en la Comisión Política y de Seguridad, en diciembre de 1959 y, en la práctica enumeraba las líneas esenciales de la Revolución cubana en política exterior.

Debemos hacer referencia a algunas características del Movimiento de Liberación en África para comprender con mayor claridad por qué la referencia a los pueblos africanos y a la defensa de su liberación y derecho a la paz se hacen prácticamente constante en los discursos y declaraciones de Roa.

La independencia de Cuba coincidió en el período en que se desenvolvió el proceso de liberación de los países africanos. Debemos recordar que la primera colonia de África Subsahariana que se independizó fue Ghana en 1957, mientras en el año 1960 proclamaron su independencia 17 países africanos. En ese escenario sobresalió la lucha armada en Argelia y las maniobras francesas por mantener sus posiciones, así como la utilización de métodos imperialistas a nivel continental para someter a los países al control neocolonial.

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Las acciones imperialistas en el período que estamos abordando tuvieron su máxima expresión en el Congo Leopoldville (posteriormente, Zaire, RPC), al tiempo que se iniciaba la lucha por la liberación en las colonias portuguesas y se fortalecía contra del apartheid.

La proyección cubana fue consecuente con sus principios antimperialistas, anticoloniales y de apoyo a los MLN. En la tribuna de Naciones Unidas y en otros escenarios, Roa apoyó a los africanos y denunció vehementemente a los imperialistas. Entre los años 1959-60 sobresalen los casos de Argelia y el Congo.

En el caso de la región del Magreb, Francia, por una parte, negociaba y cedía la independencia a Marruecos (Mohamed V, 2 de marzo de 1956, protocolo de independencia) y Túnez (Bourguiba, 20 de marzo de 1956), con un basamento neocolonial y, por la otra, excluía a Argelia y concentraba todo su poderío para mantener el dominio en ese país.

A partir de 1954 con el inicio de la lucha armada en Argelia, dirigido por el Frente de Liberación Nacional (FLN), la respuesta francesa fue una feroz represión, mientras todos los sectores argelinos se sumaron al Frente.

La lucha del pueblo argelino recibió un fuerte apoyo de los países recién independizados y del campo socialista en los marcos de Naciones Unidas la voz de Cuba fue una de las más “altas”. El 3 de diciembre de 1959 Roa alzaba la voz para defender la independencia de Argelia y planteaba:

La independencia de Argelia no interesa solo a los argelinos: interesa, en pareja proporción, a todos los pueblos del orbe y, especialmente, a los pueblos cuya independencia recién conquistada se robustece con la independencia de los que aún no han podido entrar en el concierto de las naciones libres (Roa, 1959, 130).

En esa misma intervención Roa hace una dura crítica a Francia, en su postura hacia Argelia y señala que: “Si la actitud de irritante regateo y distorsión asumida por el Gobierno de Francia responde a su típica óptica colonialista, la de justificado recelo adoptado por el Gobierno Provisional de la República de Argelia exhibe las raíces profundas del conflicto planteado y es lógica resultante de los antecedentes del proceso” (Ibídem).

Posteriormente Roa hace un recuento histórico del proceso de colonización en Argelia, donde destaca el interés de los colonos establecidos en el país africano, al tiempo que expone la postura de Francia y la actuación de De Gaulle, culminando con una condena rotunda a las acciones neocoloniales y subrayando la postura cubana ante estos hechos.

En 1974 en la Asamblea General, Roa coincidía con los planteamientos del Presidente argelino y lo citaba cuando planteó: “La nacionalización (sentenció el presidente Boumediene, en este mismo foro) constituye por sí un acto de desarrollo”. Este apotegma adquiere, en este contexto, su cabal significado” (Roa, 1974a, 362).

El capitalismo hizo todo por establecer el neocolonialismo, que en el caso africano predominó. Uno de los ejemplos más dramáticos fue el del Congo “Belga”. Los métodos utilizados por el imperialismo se manifestaron en diversos momentos y países, con objetivos claramente definidos:

Penetrar en el seno del MLN en un país dado y en el continente en general.

Frenar y frustrar las tendencias progresistas.

Buscar una salida neocolonial –o reafirmarla- para los países que se independizaban.

Garantizar el mantenimiento y control sobre la región.

En ese empeño el imperialismo trató de asegurar el predominio o monopolio de la élite explotadora de una etnia en cuestión o grupo social determinado; la creación y manipulación de partidos etno-tribales; la proclamación de secesiones; el asesinato a los líderes más prominentes y progresistas; el apoyo económico a grupos insurgentes; se utilizaron mercenarios y terceros países (africanos), se manipuló la actuación de las Naciones Unidas, entre otras. Todos esos métodos fueron condenados por la voz de Roa.

En el caso del Congo Belga, en las elecciones de mayo del 60, Patricio Lumumba ganó 33 de los 137 escaños de la Asamblea Nacional Bicameral, por encima de los demás candidatos y ganó los gobiernos provinciales oriental, Kivu y Kasai y propició una amplia alianza política. El día 30 de junio se le otorgó la independencia al país. En su primer discurso Lumumba planteó que el Estado conduciría a las masas al bienestar social, progreso y unidad, en la política exterior se seguirían los postulados del neutralismo positivo y la solidaridad panafricana; hizo una dura crítica a los colonialistas.

Esto fue visto con preocupación por los colonos, la exmetrópoli y los monopolios y se acusó a Lumumba de comunista.

En ese momento el imperialismo comenzaría a maniobrar, se iniciaba la crisis en el Congo. En este se utilizaron prácticamente todos los métodos imperialistas. El 11 de julio, Moisés Tshombe, proclamó la Secesión de Katanga, maniobra para derrocar el gobierno. Pidió reconocimiento de los belgas y su apoyo, en la práctica ya lo hacían. Debemos recordar que de Katanga no se había ido nadie, ni colonos ni funcionarios. De esta región se obtenía el 66% del ingreso anual del país. La secesión la había apoyado la Unión Minera del Alto Katanga, con apoyo de Bélgica, la OTAN y la minoría blanca de África Austral. Sus dominios comprendían 34 000 km2 y en sus minas trabajaban 21 146 africanos y 2 200 europeos, además controlaba la mayor parte de las plantas, energía eléctrica, industria ligera, ganadería y alimentación. También se declaró la secesión de Kasai por Albert Kilonyi (área rica en diamantes y emporio forestal), esta última tuvo menor repercusión, pero el país amenazaba estallar.

Lumumba exigió la presencia de fuerzas de las Naciones Unidas, para que se retiraran los belgas y poder controlar la secesión. El 14 de julio se decidió enviar esas fuerzas. En la práctica, sirvieron de apoyo a la usurpación y al crimen y no “pudieron” controlar nada, hasta después que Lumumba fue asesinado.

En diciembre de 1960 la voz de Roa condenaba enérgicamente las acciones contra el gobierno del Congo y señalaba: “La conjura urdida contra la autodeterminación, la independencia y la soberanía del Congo, a la cual desgraciadamente no resulta ajena esta organización, es signo inequívoco de la obstinación del colonialismo en mantener, por otros medios, la explotación económica y el dominio político de los territorios y pueblos que aparentemente libera. (Roa, 1960b, 174) A continuación apuntaba que: ”El Congo es, en estos momentos, una nación intervenida”…”El arresto, befa y atropello de Lumumba por la guardia pretoriana de Mobutu, y su probable ejecución por orden del neocolonialismo y del imperialismo, es un flagrante atentado al derecho de gentes y anuncio de días trágicos” (Ibídem, 175).

A continuación, subrayaba:

La vida de Lumumba, legítimo Primer Ministro del Congo y líder indomable del pueblo congolés, pende de un hilo y la responsabilidad de salvarla incumbe a las Naciones Unidas. El Gobierno revolucionario de Cuba me ha instruido, expresamente, para que inste a una acción rápida, enérgica y eficaz antes de que sea demasiado tarde (Ibídem).

A pesar de la postura de Cuba y la voz de nuestro Canciller, Lumumba sería asesinado en febrero de 1961. Las Naciones Unidas, el imperialismo y los esbirros internos tendrían la responsabilidad y vergüenza del asesinato brutal de un genuino líder africano.

Once días después, el 17 de diciembre de 1960, de nuevo Roa arremetía contra los imperialistas y salía en defensa del respeto a la independencia del Congo y la vida de Lumumba. En ese discurso Roa señalaba que, a pesar de la aprobación de la declaración sobre la concesión de independencia a los pueblos y países coloniales, en la que el voto de Cuba fue favorable, esta declaración podía quedar reducida, “como tantos otros textos grandilocuentes, a puro papel mojado” (Roa, 1960b, 1979). Más adelante apuntaba certeramente:

Las resoluciones del Consejo de Seguridad y los acuerdos de la Asamblea General Extraordinaria para considerar el creciente empeoramiento de la situación, han sido, como es notorio, burdamente torcidos y burlados en beneficio de los colonialistas belgas, del imperialismo norteamericano y de las potencias coloniales (Ibídem).

También la voz de Roa dio la bienvenida a otras naciones africanas independizadas y condenó el asesinato horrible de Amilcar Cabral. El 7 de octubre de 1974 señalaba:

El advenimiento del pueblo de Guinea Bissau a la independencia es la radiante coronación de larga y denodada lucha que suscitó la admiración y la solidaridad de todos los parajes de la tierra…. Amilcar Cabral –guía supremo y héroe nacional del pueblo de Guinea Bissau- fue nuestro amigo, nuestro camarada, nuestro hermano. Murió vilmente asesinado en los umbrales mismos de la victoria… No le lloraremos. A los conductores de pueblos se les rinde homenaje en pie y contemplando su obra. (Roa, 1974b, 365-366)

A pesar del período seleccionado para este estudio serían interminables los ejemplos que demuestran la postura de Cuba y las intervenciones de Roa en los diversos foros internacionales defendiendo a los pueblos africanos, condenando el apartheid, apoyando la lucha de las colonias portuguesas y condenando al colonialismo portugués, al imperialismo estadounidense, etcétera.

CONCLUSIONES

Roa fue un hombre que estuvo a la altura de su época, supo expresar no solo las necesidades de su pueblo y defender en todo momento la libertad de Cuba, sino también la de otros pueblos y países.

En sus intervenciones en diversos foros del mundo, Roa teorizó sobre las problemáticas del Tercer Mundo, sobresaliendo lo referido a las épocas históricas, el capitalismo, las crisis, el colonialismo y el subdesarrollo.

África ocupó un lugar importante en la proyección política de Roa después de 1959, y no podía ser de otro modo, la defensa de la autodeterminación, la soberanía y la condena al imperialismo eran parte inseparable de la teoría y la práctica de Roa, es por ello que fue el paladín ideal para defender a esos pueblos en los foros internacionales.

En su bregar por los pueblos del mundo destacó su postura y defensa de la independencia de los países africanos, como Argelia, el Congo, Guinea, entre otros; así como la denuncia de los asesinatos de líderes de dichos pueblos como Patricio Lumumba y Amílcar Cabral.

notas

1 Publicado en la revista Política Internacional. Instituto Superior de Relaciones Internacionales “Raúl Roa García”, La Habana. Edición Semestral. No. XIII, Julio-Diciembre 2009, La Habana, pp. 74-83

2 Intervenciones en la ONU seleccionadas: Argelia. Comisión Política y de Seguridad. Diciembre 3, 1959; Declaración sobre la Concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales. Asamblea General. Diciembre 6, 1960; la situación de la República del Congo. Asamblea General. Diciembre 17, 1960; Sin tapujos ni eufemismos. Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo. Santiago de Chile. Abril 13-mayo 21, 1972; El camino de la liberación y el desarrollo. Sexto período Extraordinario de Sesiones de la Asamblea General. Abril 9-30, 1974; Proa hacia un nuevo orden económico internacional. Asamblea General. Octubre 7, 1974; primer Encuentro en Cuba de Países No Alineados. Tercera Reunión del Buró de Coordinación de los Países No Alineados. Cuba, Santa María del Mar. Marzo 17, 18 y 19, 1975.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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BIBLIOGRAFíA

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