Reseña del libro: El pensamiento económico de Fidel Castro en las relaciones económicas internacionales*
Doctor en Ciencias Económicas. Miembro de Mérito de la Academia de Ciencias de Cuba. Profesor Titular de Economía Política, Historia del Pensamiento Económico y Teoría Económica, Instituto Superior de Relaciones Internacionales Raúl Roa García. Presidente de la Sociedad Científica de Pensamiento Económico de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba, e-mail: emolina@isri.minrex.gob.cu. ORCID iD: 0000-0001-7825-5001
Recibido: 29 de abril de 2020 Aprobado: 25 de mayo de 2020
La Revolución Cubana tuvo que contar con mucha creatividad con el vínculo imprescindible entre la economía y la política. Eso explica por qué las concepciones económicas de Fidel Castro tie-
nen que estudiarse principalmente a través de los discursos y documentos del Estado y del Partido, incluso a través de las leyes revolucionarias y su aplicación práctica. La política que se divorcia de la economía pierde su base objetiva y está condenada al fracaso. Al mismo tiempo no es posible cumplir
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Colectivo de autores (2018). El pensamiento económico de Fidel Castro en las relaciones económicas internacionales. Centro de Investigaciones de la Economía Mundial. La Habana: Editorial Academia.
cabalmente las tareas económicas sin un acertado enfoque político, es decir, sin respetar los intereses de la sociedad en su conjunto, para lograr la plena unidad del pueblo ante un enemigo muy poderoso: el imperialismo yanqui.
Para cada momento histórico, nuestro pueblo tuvo que incorporar el aprendizaje de una nueva forma de lucha por su independencia y autodeterminación. Tuvo que aprender que Patria y Socialismo tendrían que unirse para lograr la “segunda independencia” de que hablara Martí en su testamento político. Y, sin embargo, treinta años después de iniciada la Revolución Cubana de 1959, hubo que plantearse de nuevo cómo convertir el revés del socialismo en victoria. La década de los años noventa nos obli- garon a interiorizar en nuestra mentalidad aquella frase de Alegría del Pío: “aquí no se rinde nadie”, en circunstancias diferentes, ahora para un pueblo entero. Solo que este pueblo ya tenía mayor con- ciencia de sí mismo, de su propia historia; y de sus fortalezas y debilidades para continuar un nuevo tipo de lucha.
En forma muy breve, José Luis Rodríguez explica la labor realizada por investigadores del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial y colaboradores de este Centro para lograr este libro que resume un primer resultado del análisis del pensamiento económico del Comandante en Jefe en la esfera de las relaciones económicas internacionales.
El prólogo de Osvaldo Martínez, si bien pudiera considerarse extenso, no lo es realmente, si se tiene presente el amplio periodo que abarca y que expone cómo se fue enriqueciendo el contenido científico en las relaciones económicas interna- cionales en el pensamiento económico de Fidel, y cómo el Comandante en Jefe se supo asesorar e intercambiar con instituciones como el Centro de Investigaciones de la Economía Mundial y el Cen- tro de Investigaciones de Economía Internacional, y plantearle tareas acuciantes a la luz de los aconte- cimientos cada vez más complejos y conflictivos a escala global. Pero, además, de cierta manera este prólogo constituye una síntesis de todos los temas abordados en el libro.
A continuación, nos valemos del prólogo de Osvaldo Martínez en extenso:
Eran los años bien difíciles de la voz solitaria de Fidel Castro en las Cumbres de Jefes de Estado criticando al capitalismo globalizado transna- cional, desafiando lo que parecía ser el sentido común de la época, aceptado y repetido por todos. En esos años multiplicó su estudio de la economía mundial y esta temática estuvo pre- sente con más frecuencia que antes en sus inter- venciones en diversos escenarios.
Consultando esas intervenciones de la década puede apreciarse que convirtió los temas de economía mundial en armas de frecuente utiliza- ción polémica en los discursos, conversaciones, preguntas y respuestas. En ellos profundizó su manejo de las complicadas tramas del mercado financiero globalizado, del funcionamiento de las Bolsas de Valores, los fondos de cobertura, las técnicas y trampas de la especulación finan- ciera, la manipulación de las tasas de cambio, los entresijos del funcionamiento del FMI, del Departamento del Tesoro y la Reserva Federal de Estados Unidos, los irritantes privilegios del dólar de ese país y la actuación de su economía como un extractor de capitales procedentes del resto del mundo.
Es sabido cómo Carlos Marx logró explicar el carácter cíclico de las crisis a partir de la renova- ción masiva del capital fijo, cada vez que se produ- cía una revolución científico técnica. Pero bajo las condiciones de una exacerbada especulación finan- ciera, como la que hoy caracteriza el ciclo econó- mico, Fidel hace su propio análisis:
El tema de las crisis capitalistas, estudiado por Marx y seguido durante mucho tiempo por casi todas las escuelas de pensamiento económico, volvió a debatirse, y sobre él se interesó Fidel Castro, aplicando al análisis su acervo de conoci- mientos acerca del mercado financiero, la política neoliberal y las tesis marxistas sobre ellas.
Expresó que el sistema capitalista en su versión globalizada neoliberal, con el peso determinante de la especulación financiera, con la preferencia por la inversión especulativa y la peligrosa ten- dencia a la formación de burbujas financieras prestas a estallar, podía desencadenar una más fuerte crisis en algún momento futuro no lejano. Esta crisis se vería agravada por el hecho de que el gasto militar, utilizado en el pasado como amortiguador de las crisis y el manejo anticíclico de tipo keynesiano de las tasas de interés, no pro- ducían ya los resultados esperados. Así ocurrió en la realidad cuando en 2008 el sistema entró en una crisis más aguda y abarcadora caracte- rizada, entre otras cosas, por una sumatoria de crisis en sectores específicos como el alimenta- rio, energético, financiero, ambiental, de la que aún no parece haber salido por completo.
Cuando en 1998 se produce el evento interna- cional Economía 98 en La Habana, Fidel propone iniciar los eventos de Globalización y Problemas del Desarrollo a partir de 1999; porque, precisamente los problemas globales ponían en peligro la vida en el planeta y hacían necesario el debate a escala global, con la participación de todas las escuelas de pensamiento y todas las instituciones internaciona- les que estuvieran dispuestas a una confrontación sensata. La participación de Fidel fue muy activa en esos primeros eventos.
En el año 2006 tiene lugar la salida del com- pañero Fidel de sus responsabilidades como gobernante por razones de salud, pero no cesó de trabajar su intelecto hasta su fallecimiento a finales de 2016.
Durante esos años mantuvo activa su inteligen- cia, su sed de saber y su vocación de servicio
a Cuba y a los humanos de cualquier nacionali- dad. Sus Reflexiones, publicadas en los medios de información en forma de breves notas, dan cuenta de la amplitud de su registro intelectual.
Muchas de las Reflexiones fueron dedicadas a insistir sobre la catástrofe ambiental que conti- núa incubándose, sin que las muchas reuniones internacionales aporten acuerdos definidos para detener la suicida carrera y sin que los gobiernos de los países que más contribuyen a acelerarla asuman sus responsabilidades.
Fidel Castro había hecho referencia en numero- sas intervenciones al modelo consumista norteame- ricano –destructivo del medio ambiente– y que se exporta al resto del mundo. La conservación de este modelo consumista, que tiene como basamento el petróleo, encontró en los biocombustibles una nueva justificación económica, de espaldas a los intereses alimentarios de los pueblos:
Los llamados biocombustibles o agrocombus- tibles fueron objeto de un análisis crítico por representar un ejemplo de la capacidad del sis- tema capitalista transnacional para convertir los avances científicos en instrumentos de valoriza- ción del capital, antes que recursos para mejo- rar la vida de la especie. Esos agrocombustibles extraídos de cultivos comestibles como el maíz, la caña de azúcar, el aceite vegetal y otros, y transformados en combustibles para el consumo de automotores, significan una carga adicional sobre la crisis alimentaria, disminuyendo las tie- rras dedicadas a producir alimentos, estimulando la ocupación de nuevas tierras mediante la defo- restación, y la expulsión de comunidades campe- sinas. Todo para satisfacer el consumo creciente de combustible en los países ricos y contribuir con más emisiones contaminantes.
El tema de la crisis volvió a entrar en escena. La escasez de liquidez y crédito en países con crisis financieras permitió a Estados Unidos –vía absor- ción de capitales ajenos– contar con liquidez abun- dante: Gloria al billete verde, Dios de la Economía Casino. ¿Hasta cuándo este pilar de Estados Unidos
–el dólar– sostendrá el sistema monetario mundial? La burbuja hipotecaria, con sus célebres “hipotecas subprime”, explota en agosto del 2007:
La crisis económica desatada en la economía de Estados Unidos en 2008 –con un preámbulo en 2007–, que arrastró al mercado inmobilia-
rio registrando sucesos, desde la explosión de créditos chatarra hasta la quiebra de gigantes financieros como LehmanBrothers, expresó lo acertado del pronóstico sobre el estallido de otra crisis de mayor intensidad. La afanosa aplicación de programas de rescate de los especuladores entregándoles financiamiento concedido por el estado mediante procedimientos llamados de fle- xibilización cuantitativa, fue tratada desde dife- rentes ángulos en las Reflexiones.
Con los procesos de globalización neoliberal, las relaciones externas inciden de manera cada vez con más fuerza en el diseño de las políticas inter- nas. Las disciplinas internacionales tienden a abar- car ámbitos cada vez más amplios. En lo económico inciden en las políticas fiscales y monetarias, en los impuestos y subsidios, en las condiciones de com- petencia, las prácticas laborales y los planes de promoción del desarrollo. En otras áreas abarcan campos tan diversos como el ámbito de competen- cia del Estado, la propiedad intelectual, la adminis- tración de justicia, la participación de la mujer, la preservación del ambiente, la gobernabilidad y la lucha contra la corrupción:
La crítica de Fidel Castro a la teoría y la política neoliberal merece un destaque especial. Muy temprano advirtió que esa corriente de pensa- miento, en su esencia profundamente reacciona- ria, es la teoría y la política que se adapta como anillo al dedo al capitalismo del mercado finan- ciero desatado y al dominio del capital transna- cional sobre las economías del Sur. Denunció también que la voracidad empresarial que incita, acelera la agresión al medio ambiente y exacerba las contradicciones que amenazan con hacer estallar una devastadora guerra nuclear.
Su crítica fue sistemática y siempre contrastando las promesas neoliberales con sus resultados reales, en particular, en la llamada flexibilidad laboral, para lo cual utilizaba detallada informa- ción sobre desempleo, trabajo informal, desigual- dad de ingreso, pobreza, desnutrición, acceso a la educación y la salud, discriminación de la mujer, trabajo infantil y otros indicadores.
Osvaldo Martínez, quien se inició en su vida profesional como especialista en Historia del Pen- samiento Económico, si bien devino después un experto en Relaciones Económicas Internacionales, brinda al final de su prólogo una observación meto-
dológica fundamental cuando se investiga el devenir teórico de un autor que a la vez es actor y líder de una revolución:
Para cerrar el prólogo, tal vez ya demasiado extenso, a este valioso trabajo del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial que abre un necesario camino para la investigación y exposición del pensamiento de Fidel Castro, creo necesario señalar que para el estudio del pensa- miento del líder sobre las relaciones económicas internacionales, los autores se vieron obligados a extraerlo de los contextos en que fue expresado, ya fueran discursos en diversos escenarios, en Cumbres de Jefes de Estado, entrevistas con periodistas o alguna de las innumerables oca- siones en que el Comandante hizo referencia al tema. Esta descontextualización tiene un costo inevitable que deberán pagar todos los especia- listas que en sus áreas de conocimiento quieran segmentar su pensamiento.
Para ordenar la exposición, los autores elabora- ron ocho capítulos diferentes sobre distintos aspec- tos de la evolución de las relaciones económicas internacionales, sobre todo en los últimos 40 años, etapa en la que se concentran las mayores reflexio- nes sobre el tema por parte de Fidel entre 1975 y 2006.
Los títulos de los capítulos definen muy clara- mente los temas seleccionados:
Capítulo 1. El socialismo como condición para el desarrollo
Dr. José Luis Rodríguez
Capítulo 2. Agricultura y alimentación Dra. Jourdy Victoria James Heredia
Capítulo 3. Aspectos monetarios y financieros Lic. Francisco Soberón Valdés
Capítulo 4. Las relaciones comerciales MSc. Jonathán Quirós Santos
Capítulo 5. Integración y cooperación internacio- nal
Lic. Faustino Cobarrubias Gómez
Capítulo 6. Fidel y las empresas transnacionales MSc. Gladys Cecilia Hernández Pedraza
Capítulo 7. Energía y medio ambiente. Contexto internacional
Dr. Ramón Pichs Madruga, Lic. Avelino Suárez Rodríguez y Lic. Julio Torres Martínez
Capítulo 8. El Desarrollo Social Dra. Blanca Munster
De esta manera se pueden presentar en síntesis los ocho temas, tal y como lo hace en la introduc- ción José Luis Rodríguez:
El cuerpo de la investigación se inicia con un primer trabajo que aborda el tema del socia- lismo como condición para el desarrollo desde su génesis hasta su aplicación concreta en la práctica política de la Revolución cubana y en el desarrollo de diferentes movimientos revolucio- narios de los últimos años.
A continuación, se abordan aspectos que fueron tratados por primera vez de manera sistemática por el Comandante en Jefe en el libro La crisis económica y social del mundo, escrito a modo de informe del Presidente del Movimiento de Paí- ses No Alineados a la VII Cumbre del MNOAL, celebrada en Nueva Delhi en 1983. A partir de entonces otros temas cobrarían singular relevan- cia más allá de lo referido en esa ocasión, los que serían abordados también profundamente por el Comandante en Jefe, como es el caso de la impagabilidad de la deuda externa del Tercer Mundo y su compensación mediante la reduc- ción de los gastos militares (1985); los peligros de la destrucción del medio ambiente y la nece- sidad de tomar medidas urgentes para preservar la vida en el planeta (1992) o las múltiples refe- rencias a disímiles temas de la economía inter- nacional que se encuentran en los discursos e intervenciones de Fidel en los encuentros sobre Globalización y Desarrollo, los cuales se desa- rrollaron en Cuba entre 1999 y el 2009.
La flexibilidad del pensamiento económico de Fidel Castro ante las situaciones diversas que vive la economía mundial se hizo patente muy particu- larmente en el libro La crisis económica y social del mundo. Este libro puede considerarse una contri- bución teórica y práctica importante en el seno del movimiento revolucionario mundial, por su análisis de la crisis económica y social del mundo capita- lista, y sus diversas manifestaciones en los países subdesarrollados: para hallar las formas de lucha idóneas contra el neocolonialismo en los difíci- les años de las décadas de los setenta y ochenta, cuando el proceso de distensión internacional frente a la agresividad imperialista corría serios peligros.
Este análisis permitió reconocer el carácter
estructural y, por tanto, mucho más grave, de la cri- sis económica y social del mundo capitalista, frente a la cual se propusieron soluciones realistas y sen-
satas, que permitían unir las fuerzas antimperia- listas y progresistas que en Asia, África y América Latina, así como en los países capitalistas desarro- llados, trabajaban por la liberación nacional, la paz y el progreso democrático de la humanidad.
Cuba es fundadora del Movimiento de Países No Alineados. Participó en su primera conferencia, celebrada en Belgrado, en 1961, y desde entonces ha tenido una acción destacada en este Movimiento, lo cual ha sido ampliamente reconocido por el con- junto de países integrantes del mismo, en especial, ha sido relevante el papel de Cuba por mantener la unión y cohesión del Movimiento a pesar de la dis- paridad de tendencias que en el mismo subsisten. Sin el arma poderosa de la unidad, los países emer- gentes no pueden enfrentarse a la voracidad del imperialismo, ni amortiguar los embates terribles de la crisis económica y social del mundo capitalista.
Esta actitud destacada de lucha tuvo su colofón en las VI y VII Cumbres del Movimiento celebradas respectivamente en los años 1979 y 1983. Cuba presidió el Movimiento de Países No Alineados entre ambas Cumbres. Gran resonancia tuvieron los informes del Comandante Fidel Castro a estas dos Cumbres, siendo Presidente del Movimiento de Países No Alineados entre estos años.
En el Informe Central, presentado en la VII Cum- bre, celebrada en Nueva Delhi, India, en 1983, Fidel Castro, como presidente saliente, dio a conocer su libro: La crisis económica y social del mundo, sus repercusiones en los países subdesarrollados, sus perspectivas sombrías y la necesidad de luchar si queremos sobrevivir, que tiene la particularidad de reflejar los datos oficiales de aquellos organis- mos internacionales que tradicionalmente informan acerca de las cuestiones de la economía mundial y que permite reflejar la situación trágica del llamado Tercer Mundo ante la crisis económica y social del mundo capitalista.
Mediante cifras y datos el libro ilustra la esencia, causa y formas de manifestación de la crisis econó- mica y social que vive el mundo capitalista. Y frente a ese diagnóstico se traza un programa de lucha que objetivamente debe contribuir, no solo a bene- ficiar la situación económica y social del llamado Tercer Mundo, sino también a ejercer una favorable influencia en toda la economía mundial, incluyendo la de los países capitalistas desarrollados.
Si bien el título del libro La crisis económica y social del mundo abarca también a los países socialistas desarrollados y aun cuando estos últi-
mos estaban experimentando durante estos años una notable desaceleración en sus tasas de creci- miento, el origen de la crisis y la transmisión de sus efectos al resto del mundo se identifica claramente en los países capitalistas desarrollados, sobre todo en el grupo de sus siete mayores potencias y en particular, en Estados Unidos.
Al mismo tiempo que se reconocía a la crisis como parte del curso cíclico característico de las economías capitalistas desarrolladas se destacaba su gravedad en que reunía no solo efectos cíclicos, sino la acumulación de deformaciones originadas en la división internacional capitalista del trabajo en los años posteriores a la Segunda Guerra Mun- dial, determinadas en gran medida por la revolución científico técnica.
Llama la atención, que hoy se reconoce que estamos ante una Cuarta Revolución Científico-Téc- nica; cómo si se nos llamara a una nueva tarea cien- tífica: investigar sus consecuencias para el Sur: las nuevas deformaciones que originará la polarización científico tecnológica en la división internacional capitalista del trabajo en estos inicios del siglo xxi.
A esta gama notable de manifestaciones de carácter estructural de la crisis económica y social del mundo capitalista, entrelazada con la crisis del sistema neocolonial del imperialismo, Fidel propuso una respuesta de soluciones coherentes unidas desde los países del Tercer Mundo:
Traspasar el impresionante grado de control ejer- cido por las transnacionales sobre la comercia- lización a manos nacionales de los países del Tercer Mundo.
Eliminar el carácter neocolonial del sistema monetario internacional y en particular, el de sus instrumentos como el Fondo Monetario Interna- cional con lo cual sería posible emprender las transformaciones necesarias para el desarrollo.
La Reforma Agraria representaría un notable aporte a la solución de los problemas alimenta- rios del Tercer Mundo, al ampliar la producción agrícola y propiciar una distribución más equi- tativa de los ingresos. Esto crearía condiciones para combatir la crisis alimentaria, las dramá- ticas condiciones de salud que afectan a las masas del Tercer Mundo, actuar contra la acción degradante sobre la naturaleza de la erosión, la desertificación, el agotamiento y contaminación de fuentes de agua y otras formas de los suelos agrícolas del planeta, y eliminar el latifundio y el
minifundio, que actúan como un complejo con- texto de herencia colonial y neocolonial.
Fortalecer la política de reubicación de industrias de conformidad con los objetivos, las prioridades y las aspiraciones nacionales generales de los países en desarrollo y que no debe estar unida a la expansión de las empresas transnacionales en los países en desarrollo.
Entre las soluciones más demandadas en esos años para enfrentar los efectos negativos que reportaba la actividad de las empresas trans- nacionales a los países subdesarrollados era el esfuerzo por establecer un código de conducta internacional que se aplicara y normara las acti- vidades de esas entidades. Desde el punto de vista político, el código no representa ninguna protección que no pueda darse por sí mismo el país protector de las inversiones extranjeras. Un país subdesarrollado que dispusiera de un gobierno firmemente establecido, independiente y defensor de los intereses nacionales, si necesi- tara de ese código, lo debía promulgar él mismo sin tener que negociarlo internacionalmente.
El mundo encaraba entonces la más absurda carrera armamentista en toda su historia, que sig- nificaba por su magnitud, su poder destructivo y su grado de refinamiento tecnológico, el mayor peligro que jamás había conocido la humanidad, y ofrecía la prueba más evidente de la irracionalidad y el des- pilfarro que caracterizaba la crisis de las relaciones internacionales, la carrera armamentista significaba la amenaza más directa e inmediata para su propia supervivencia. Detenerla e invertirla era, sin duda alguna, el aporte más decisivo a la causa de la paz, el objetivo más esencial y determinante que el mundo tenía ante sí.
En el informe de la VII Cumbre de los Países No Alineados, Fidel Castro reiteró el programa propuesto por él, a nombre de la VI Cumbre en el XXXIV periodo de Sesiones de la Asamblea Gene- ral de la Organización de las Naciones Unidas, la de alcanzar un aporte adicional de no menos de 300 000 millones de dólares a los valores reales de 1977 en la próxima década. Estos recursos debían ser en forma de donaciones y créditos blandos, a largo plazo y mínimo interés, destinado a los países subdesarrollados.
El estudio profundo de las manifestaciones de la crisis económica y social del mundo capitalista
no solo permitió elaborar una consigna general de lucha para los países del llamado Tercer Mundo, sino concretar la consigna en un programa que iden- tificara las formas de lucha, independientemente de que las mismas tuvieran que adaptarse a las situa- ciones particulares de cada país.
El libro La crisis económica y social del mundo resume y profundiza las ideas expuestas por Fidel Castro durante las décadas de los años setenta y ochenta en variados eventos internacionales, incluido el Foro de las Naciones Unidas. Contó con la colaboración de varios economistas y especia- listas del Centro de Investigaciones de Economía Mundial y del Centro de Investigaciones de Econo- mía Internacional. Este libro aún no contenía el tema de la crisis ambiental con la fuerza con que poste- riormente fue abordada por Fidel Castro.
Sin embargo, ya desde la década de los años sesenta del siglo xx se lanzaron al mundo los pri- meros llamados de alerta de los académicos acerca de los problemas del medio ambiente (desertiza- ción, salinización y erosión de los suelos, defores- tación, contaminación de aguas, aire y terrenos). En la década de los años setenta, a instancias de los informes al Club de Roma, la preocupación por la identificación, el estudio y la recomendación de medidas para la solución de los problemas globales mostró una importante extensión por prácticamente todo el mundo.
Los estudios acerca de los problemas globales en las décadas de los años setenta y ochenta, per- mitieron apreciar la naturaleza multidimensional de estos: problemas globales ambientales, sociales, político-militares, jurídico-institucionales, educacio- nales y culturales, científico-técnicos, éticos y, por supuesto, económicos.
En los dos primeros informes al Club de Roma, la dimensión de lo económico en los problemas glo- bales se circunscribía a un eventual agotamiento de los recursos naturales no renovables y a los supues- tos problemas relacionados con las diferencias entre las tendencias del crecimiento demográfico y del crecimiento de la producción de alimentos.
El tercer informe al Club de Roma, “Remodelando el orden mundial” (1975), inició el enfoque integral de los problemas económicos globales como un sistema de problemas íntimamente interrelaciona- dos, enfoque que se continuaría por otros informes o modelos globales de los años 1970 y 1980 como: “¿Qué hacer?” (1975), “El futuro de la economía mundial” (1976), “¿Catástrofe o nueva sociedad?”
(1977), “Norte-Sur” (1980) y “Problemas globales de nuestro tiempo” (1984).
Posteriormente se añadieron al análisis de los problemas económicos globales, una visión mul- tifacética de los problemas que se presentan a las naciones subdesarrolladas para alcanzar el desarrollo.
Llama la atención que estos informes hayan coin- cidido en el tiempo con la aplicación de las políticas neoliberales en el ámbito mundial y especialmente en América Latina, cuando en los años 1980 y 1990 estuvieron vigentes los planes de ajuste estructu- ral del Fondo Monetario Internacional, con vistas a garantizar el pago de la deuda externa por los paí- ses subdesarrollados. Silvio Baró señala como cau- sas posibles de la preponderancia de estas políticas neoliberales, las razones siguientes:
Debilitamiento de la capacidad negociadora de las naciones subdesarrolladas y la imposición a estas de una segunda generación de políticas económicas neoliberales por parte de las poten- cias imperialistas y de las instituciones financie- ras internacionales.
La extensión de la aplicación de las referidas políticas económicas a naciones industrializadas como las de la Unión Europea luego de la firma de tratado de Maastricht en 1992.
El tránsito de las economías exsocialistas de Europa oriental y la antigua Unión Soviética a la economía de mercado y la consiguiente adop- ción por estas de las políticas económicas neoli- berales.
Las políticas neoliberales agravaron la situación crítica en casi todo el mundo, con sus altas tasas de interés, elevados niveles de desempleo, retroceso en el tratamiento de los países subdesarrollados, introducción de normas y principios muy negativos para la regulación de las relaciones internacionales, entre otras, lo cual determinó que los problemas mundiales alcanzasen una gran difusión internacio- nal. El 12 de junio de 1992, Fidel Castro pronuncia un breve discurso en Río de Janeiro en que define y enriquece las ideas que ya venía defendiendo en su libro La crisis económica y social del mundo:
Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liqui- dación de sus condiciones naturales de vida: el hombre. [...] Ahora tomamos conciencia de este problema cuando casi es tarde para impedirlo.
[...] Es necesario señalar que las sociedades de consumo son las responsables fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente. Ellas nacieron de las antiguas metrópolis coloniales y de políticas imperiales que, a su vez, engen- draron el atraso y la pobreza que hoy azotan a la inmensa mayoría de la humanidad. [...] Han envenenado los mares y ríos, han contaminado el aire, han debilitado y perforado la capa de ozono, han saturado la atmósfera de gases que alteran las condiciones climáticas con efectos catastróficos que ya empezaron a padecer. [...] No es posible culpar de esto a los países del Ter- cer Mundo, colonias ayer, naciones explotadas y saqueadas hoy por un orden económico mundial injusto (Castro, 1992: 13-14).
En relación con este discurso en Brasil, en agosto 25 del 2007, el propio Fidel Castro escribió el siguiente comentario:
Si hablé en Río de Janeiro del hombre como una especie en peligro de extinción por la destrucción de las condiciones naturales de vida, hace más de 15 años, hoy ese peligro está más cercano. Nuevos y no previstos problemas creados por la ciencia, la tecnología y el despilfarro congénito del neoliberalismo, multiplican los riesgos políti- cos, económicos y militares (Castro, 1992:13-14).
En la mayoría de los trabajos científicos que identifican esos problemas globales, no siempre se atribuyen sus causas a la dinámica del capital glo- bal. Una concepción científica del desarrollo exige un diagnóstico preciso que identifique el vínculo esencial entre la dinámica capitalista y los proble- mas globales.
Creemos muy positivo este libro, el cual puede estimular un debate científico muy creativo hacia los problemas globales, y muy en particular, para valorar el lugar que puede asumir nuestra pequeña nación en el concurso de los pueblos, que no es más que rehacer adecuadamente la utopía tan necesa- ria que movilice a los trabajadores hacia un mundo mejor posible, tal y como quiso Fidel y luchó por ello. Ello supone también considerar todos los inte- reses legítimos de la humanidad, pues con cierta lógica racional se puede aceptar la existencia de un “tercer mundo” a lo interno del “primer mundo”. Ello hace posible y necesaria la búsqueda de una alianza global, concebida con gran creatividad, pues sin ella no es posible acceder a todas las formas de lucha
efectiva contra el capital global.
Castro Ruz, F. (2007). Discurso pronunciado en Rio de Janeiro en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Am- biente y Desarrollo, el 12 de junio de 1992. En: El Diálogo de Civilizaciones, La Habana: Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, pp. 13-14.
Baró, S. (2006). El desarrollo mundial como problema global. En: García Rabelo, M. Teorías del subdesarrollo y el desa- rrollo. La Habana: Editorial Félix Varela.
Castro Ruz, F. (1983). La crisis económica y social del mun- do, sus repercusiones en los países subdesarrollados, sus perspectivas sombrías y la necesidad de luchar si quere- mos sobrevivir. Informe a la VII Cumbre de los Países No Alineados. La Habana: Oficina de publicaciones del Consejo de Estado.
Colectivo de autores (1984). Problemas globales de nuestro tiempo. Moscú: Editorial Progreso.